1 Al igual que muchos otros que se han dado ya el trabajo de redactar los hechos acerca de las cosas que creemos, 2 tal como nos las fueron dadas por aquellos que fueron testigos oculares desde los [tiempos] más tempranos y por los portadores del mensaje, 3 [yo también] tuve a bien investigar todo de forma prolija, desde el comienzo, y entonces, escribirla para ti en el orden en que ocurrió, poderoso Teófilo, 4 para que te sientas confiado en cuanto a las cosas que se te han enseñado oralmente.
5 En los días del rey Herodes de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, quien era de la división de Abías. El tenía una esposa llamada Elisabet, quien era descendiente de Aarón. 6 Ambos habían sido hallados justos por Dios, porque obedecían todos los Mandamientos y requerimientos de Jehová. 7 No obstante, nunca habían tenido hijo, ambos estaban ya muy entrados en años, y Elisabet era estéril.
8 Ahora, sucedió que mientras estaba asignado como Sacerdote ante Dios en su división de sacerdotes 9 (siguiendo la costumbre de la orden sacerdotal) [Zacarías fue escogido mediante suertespara ofrecer incienso al entrar al Lugar Santo de Jehová.] 10 [En aquel tiempo], había una gran multitud orando afuera, durante la hora en que el incienso se estaba ofreciendo; 11¡y fue un mensajero de Jehová quien se le apareció!, a la derecha del altar de incienso.
12 Pues bien, Zacarías se perturbó y asustó mucho por causa de lo que vio. 13 Sin embargo, el mensajero le dijo: “No te atemorices, Zacarías, porque las cosas que has pedido en oración han sido escuchadas favorablemente. Tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo y deberás llamarlo Juan. 14 Estarás feliz y danzarás de júbilo…de hecho, mucha gente se alegrará por su nacimiento; 15 porque él va a ser grande a los ojos de Jehová. El no tomará vino ni ningún licor en lo absoluto, y estará lleno de Aliento Santo de Dios, aún estando todavía en la matriz de su madre. 16 El volverá hacia Jehová su Diosa muchos de los hijos de Israel. 17 Él irá delante de Él con el poder del espíritu de Elías. Y el preparará gente para Jehová, volviendo los corazones de padres de Nuevo hacia sus hijos, y los [corazones] de aquellos que no obedecen, a un sentido bueno y justo.”
18 Pero Zacarías preguntó al mensajero: “¿Cómo puedo estar seguro de esto? Después de todo, soy viejo y mi esposa está bien entrada en años.”
Entonces el mensajero respondió: “Yo soy Gabriel, aquel que se sienta frente a Dios. Yo fui enviadopara traerte estas buenas noticias. 20 Pero debido a que no creíste estas palabras, las cuales se realizarán justo a tiempo; (¡mira!) estarás en silencio, y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas.”
21 Mientras tanto, la gente [afuera] estaba esperando por Zacarías, y empezaron a preguntarse por qué se demoraba tanto en el Lugar Santo. 22 Mas cuando salió no podía hablar, y ellos se dieron cuenta que acababa de ver algo inusual. El les hizo señas, pero no podía expresarse verbalmente. 23 Entonces, después del período asignado para su servicio en el [Templo], regresó a casa.
24 Después de esto, Elisabet su esposa quedó en cinta, y ella se escondió por cinco meses, [porque] decía, 25 “Esta es la voluntad de Jehová, [no quiero] que la gente se ría de mi.”
26 Fue durante su sexto mes, que el Mensajero Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad en Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen que estaba comprometida para casarse con José (de la casa del [Rey] David). El nombre de esta virgen era María. 28 Cuando él vino a ella, dijo: “Regocíjate tú, persona favorecida, porque Jehová está contigo.”
29 Estas palabras realmente la perturbaron, porque se preguntaba qué clase de saludo era este.
30 Entonces el mensajero le dijo: “No temas, María, porque has hallado favor con Dios. 31{¡Mira!}Concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo, a quién llamarás Jesús. 32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y Jehová Dios le dará el trono de David su antepasado. 33 El gobernará sobre la casa de Jacob a través de las edades, y su Reino no tendrá fin.”
34 Entonces María preguntó al mensajero: “¿Cómo puede esto ser posible, dado que yo no he tenido sexo con ningún hombre?”
35 Y el mensajero respondió: “El Aliento Santo de Dios vendrá sobre ti y el poder del Altísimo será una sombra sobre ti, y así, lo que nacerá será llamado Santo…Hijo de Dios. 36 {¡Miren!} Tu parienta Elisabet también está encinta de un hijo a su avanzada edad. Y este es el sexto mes de esta llamada “mujer estéril”, 37 porque nada es imposible a no ser que Dios así lo diga.”
38 Entonces María dijo: “{¡Mira!} ¡Yo soy la esclava de Jehová! ¡Que lo que has dicho me ocurra!” Ante esto, el mensajero la dejó.
39 Así, María se levantó rápidamente y viajó a una ciudad de Judá en la parte montañosa del país, y entró en la casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.
41 Pues bien, justo cuando Elisabet escuchó el saludo de María, el bebé en su matriz saltó. Entonces, Elisabet fue llenada [con el] Aliento Santo [de Dios], 42 y proclamó en voz alta: “¡Tu eres una mujer bendita y bendito es el fruto de tu matriz!43 Así, ¿cómo es que la madre de mi Señor viene a mí? 44 Miren, cuando escuché el sonido de tu saludo, el bebé en mi matriz saltó de gozo. 45 La mujer que cree es bendita, porque todas las cosas dichas por Jehová se realizarán.”
46 Entonces dijo María: “Yo glorifico a Jehová con mi vida, 47 y sobre Dios mi Salvador, mi cuerpo llora de gozo, 48 porque Él miró hacia abajo a Su humilde esclava. {¡Mira!} Porque de hoy en adelante, seré llamada bendita, por todas las generaciones por venir, 49 porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí, y Su Nombre es Santísimo. 50 Por generaciones Él ha mostrado misericordia a los que le temen, 51 pero con su brazo poderoso esparcirá a los que en su corazón se creen superiores. 52 Él ha removido emperadores de sus tronos, y ha puesto en su lugar a los humildes. 53 Él ha llenado a los hambrientos de cosas buenas, y ha despedido a los ricos sin nada. 54 Él vino en auxilio de Su siervo Israel, para recordarle de la necesidad de misericordia, 55 tal como se lo explicó a nuestros padres… a Abraham y a su semilla, durante la era.”
56 De modo que María se quedó con Elisabet por aproximadamente tres meses y entonces regresó a casa.
57 Pronto llegó el tiempo en que Elisabet habría de dar a luz, y tuvo un hijo. 58 Así, cuando sus vecinos y parientes escucharon cómo Jehová le había mostrado gran misericordia, ellos también se alegraron.
59 Pues bien, cuando fueron a circuncidar al niño (en el octavo día), lo iban a llamar igual que su padre, Zacarías. 60 Pero su madre dijo: “¡Absolutamente no! El será llamado Juan.”
61 Sin embargo, [los vecinos] dijeron: “Este no es el nombre de ninguno de nuestros parientes.” Y se dirigieron al papá, preguntando cómo él quería llamarlo.
63 Él entonces pidió una tabla y escribió: “Su nombre es Juan.” Y esto los admiró mucho. 64 Entonces, de un momento a otro, Él le abrió la boca, se desató su lengua, y empezó a hablar, glorificando a Dios.
65 Esto atemorizó a todos en el vecindario. Y de estas cosas se habló por todas las Colinas de Judea. 66 Quienquiera que escuchaba de esto, decía en su corazón, preguntándose: “¿Qué es lo que este niño llegará a ser cuando crezca? Porque la mano de Jehová está con él.
67 Entonces Zacarías, el padre [del niño], fue llenado con el Aliento Santo [de Dios] y profetizó: 68 “Alabado sea Jehová el Dios de Israel, porque él vio hacia abajo y liberó a su pueblo. 69 Él levantó un cuerno de salvación para nosotros, en la casa de David su siervo, 70 tal y como lo dijo a través de la boca de sus Santos, en la era de los Profetas, 71 para salvarnos de todos nuestros enemigos, y de la mano de todos aquellos que nos odian. 72 Ha sido bueno con nuestros padres, y ha recordado el Santo Pacto [que implementó], 73 mediante el juramento que le hizo a Abraham, nuestro padre, [esto es], que sin temor, iba a salvarnos de las manos de nuestros enemigos, y a conducirnos a servirle de una forma santa, 75 al plantarnos frente a Él en lealtad y justicia, por todo [el resto] de nuestros días.
76 Pero en cuanto a ti, niñito, tú serás llamado profeta del Altísimo. Tu irás frente a Jehová, para preparar Sus caminos, 77 para dejar que su pueblo conozca cómo [pueden] ser salvados, mediante el perdón de sus pecados, 78 a través de la misericordia de Dios, quiénnos cuidará desde lo alto, como si se tratara de la alborada de un Nuevo Día, 79 el cual brillará sobre aquellos que se encuentran en la oscuridad, y aquellos que están sentados en la sombra de la muerte, y para enderezar nuestros pies en los caminos de la paz.”
80 Pues bien, el niñito creció y continuó haciéndose fuerte con el Aliento [de Dios], y vivió en el desierto hasta el día en que se mostró a Israel.
1 En aquellos días, Tiberio César decretó que todos en
la tierra fuesen registrados, 2 y esta primera registración, se llevó a cabo
cuando Quirino era gobernador de Siria. 3 De modo que, cada persona tuvo que
retornar a su lugar de origen para ser registrada. 4 Como resultado, José tuvo
que viajar de Nazaret de Galilea a la ciudad de David, Belén de Judea (porque
era de la familia de David) 5 para ser registrado con María, con quién se había
casado según su promesa y quién [para entonces ya] estaba encinta 6 Y sucedió
que mientras ellos estaban allí, que llegó el tiempo para que ella diera a luz.
7 Por tanto, ella dio a luz su primer hijo y lo envolvió apretadamente en un
manto; entonces lo acostó en un comedero [para ganado], (porque no habían
cuartos disponibles para ellos en la posada).
8 En aquellos días, habían algunos pastores cuidando
sus ovejas, por la noche, en los campos aledaños. 9 Entonces, el mensajero de
Jehová apareció, parado encima de ellos brillando en [su] gloria, alrededor de
ellos, (lo cual los asustó). 10 Pero el mensajero les dijo: “No se aterroricen.
¡Miren! Les traigo buenas nuevas alegres para todos. 11 Porque, un Salvador- el
Señor Elegido- les ha nacido en la ciudad de David. 12 Y esta es la señal para
que ustedes busquen: “Encontrarán un infante envuelto apretadamente en un manto
y acostado en un comedero [para ganado].
13 Entonces, de repente, un gran ejército celestial
apareció junto al mensajero, alabando a Dios y diciendo: 14 “Gloria a Dios en
las alturas, y paz a los hombres en la tierra, [aquellos] que han probado ser
buenos.”
15 Así,
después de que los mensajeros hubieron regresado al cielo, los pastores dijeron
entre sí: “Vayamos a Belén y veamos estas cosas que Jehová nos ha revelado.” 16
Y con esto, fueron rápidamente y encontraron a María y a José, y al infante
acostado en el comedero [para ganado]. 17 Entonces, cuando vieron esto,
explicaron las cosas que se les había dicho acerca del niñito.
18 Pues bien, todos aquellos que oyeron de esto se
asombraban por lo que los pastores les contaron, 19 y María empezó a guardar
todas estas palabras, sacando conclusiones en su corazón. 20 A continuación,
los pastores se fueron, glorificando y alabando a Dios, por todas las cosas que
habían visto y oído, [y relatando las cosas] justamente como se les había dicho
a ellos.
21 Ahora bien, después de ocho días, llegó el tiempo
para circuncidarlo. Fue entonces cuando se le dio el nombre Jesús, el nombre
que el mensajero {de Dios] dijo que debían ponerle, aún antes que hubiese sido
concebido en el vientre [de María].
22 Al final de los cuarenta días de purificación
requeridos por la ley de Moisés, ellos lo llevaron a Jerusalén para presentarlo
a Jehová, 23 exactamente como fue escrito en la Ley de Jehová: “Cada varón que
abre matriz, debe ser llamado santo para Jehová.” 24 Entonces ellos ofrecieron
el sacrificio que estaba especificado en la ley de Jehová: “un par de tórtolas
o dos pichones.”
25 {¡Miren!} Había un hombre en Jerusalén llamado
Simeón, una persona justa y devota, que había estado esperando el Consolador de
Israel; y el Aliento Santo [de Dios] estaba con él. 26 Le había sido mostrado
divinamente mediante el Aliento Santo que no moriría sin antes haber visto al
Ungido de Jehová. 27 Y fue debido a que el Aliento [de Dios] lo dirigía, que
entró en el templo.
Mientras los padres traían al niño Jesús para hacer lo
que la Ley requería por costumbre, 28 [Simeón] lo tomó en sus brazos y alabo a
Dios al decir: 29 “Ahora, Oh Soberano Señor, ya puedes liberar a tu esclavo en
paz, tal como lo dijiste, 30 ya que mis ojos han visto al que salva, 31 aquel
que Tu proveíste para que toda la gente vea; 32 una luz que revelar a las
naciones, y una gloria para Israel, Tu gente.’
33 Pues bien, el padre y la madre de [Jesús] se
admiraban de las cosas que de él se decían.
34 Simeón también los alabó, pero le dijo a su madre
María: “¡Mira! Este va hacia una caída. Y se levantará por los muchos en
Israel, una señal para ser calumniado. 35 Tu vida será apuñaleada por una
espada larga, para revelar las cosas que muchos piensan en sus corazones.”
36 Había también una profetisa, Ana, una hija de la
tribu de Aser. Esta mujer estaba ya muy entrada en años y solamente había
estado casada por siete años desde su virginidad. 37 Era ya una viuda de
ochenta y cuatro años quien siempre estaba en el Templo, adorando día y noche,
ayunando y orando. 38 Y a la misma hora, ella se levantó y dio gracias a Dios,
y habló acerca del [niño] a todos los que estaban esperando la liberación por
rescate en Jerusalén. 39 Entonces, después de haber hecho todo cuanto requería
[la ley de Jehová], se dirigieron de regreso a su hogar en Nazaret de Galilea.
40 Así, el pequeño creció y se hizo fuerte, y estaba lleno de sabiduría, y Dios
le mostraba favor de continuo.
41 Cada año sus padres iban a Jerusalén al festival de
la Pascua. 42 Y cuando tenía doce años de edad, ellos otra vez fueron al
festival, según se acostumbraba. 43 Entonces, después que los días de fiesta
hubieron terminado, y ellos estaban regresando a casa, el niño Jesús se quedó
rezagado en Jerusalén, pero sus padres no se dieron cuenta. 44 Así, asumieron
que estaba en algún lado en la compañía de la gente que viajaba junta. Estaban
ya a un día de camino, cuando finalmente empezaron a buscarlo entre sus
parientes y amigos, 45 pero cuando no pudieron encontrarlo, retornaron a
Jerusalén para buscarlo.
46 Pues bien, después de tres días, lo encontraron en
el templo, sentado en medio de los maestros, escuchando y haciéndoles
preguntas. 47 Su entendimiento y respuestas asombraban a cualquiera que lo
escuchaba.
48 Ahora, cuando [José y María] lo vieron, se
indignaron. Y su madre le preguntó: “Hijo, ¿por qué nos trataste de esta
manera? Aquí tu padre y yo hemos estado muertos de preocupación buscándote.”
49 Pero él les respondió: “¿Por qué tienen que
buscarme? ¿No saben ustedes que tenía que estar en la casa de mi padre? 50 Sin
embargo, ellos realmente no entendían lo que les decía.
51 Entonces regreso a casa en Nazaret, junto con
ellos, y él siempre les obedecía; y mientras tanto su madre guardaba con
cuidado todos estos dichos en su corazón. 52 Así, Jesús continuó progresando en
sabiduría, desarrollo físico, y favor, tanto de parte de Dios como de los
hombres.
1 En el quinceavo año del reinado de Tiberio César,
cuando Poncio Pilatos era gobernador de Judea y Herodes era el gobernante del
distrito de Galilea (pero Felipe su hermano era gobernante de distrito de la
zona de Idumea y Traconites), y Lisanias era el gobernante del distrito de
Abilene; 2 en los días de los sumo sacerdotes Anas y Caifás, las palabras de
Dios vinieron a Juan, el hijo de Zacarías, [mientras este se encontraba] en el
desierto.
3 Así, él viajo por toda la comarca alrededor del
Jordán predicando un bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados, 4
justamente como estaba escrito acerca de él en el libro del profeta Isaías:
“Preparen el camino para Jehová. Hagan sus caminos rectos. 5 Rellenen cada
bache, y nivelen cada montaña y colina. Enderecen las curvas, suavicen las
partes ásperas, 6 para que toda carne entonces vea, lo que Dios ha provisto
para salvarlos.”
7 Mientras veía que las muchedumbres venían para ser
bautizadas por él, dijo: “hijos de víboras, ¿quién los ha metido miedo para que
escapen de la ira que viene? 8 Produzcan la clase de fruto que muestre que
están listos para el arrepentimiento. Y no digan para ustedes mismos: “Abraham
es nuestro padre, porque, yo les digo, que Dios tiene el poder, para levantar
hijos de Abraham de estas piedras. 9 Porque, el hacha se encuentra ahora
tendida sobre las raíces de los árboles, y cada árbol que no produce buenos
frutos, será cortado y arrojado en el fuego.”
10Así, las muchedumbres le preguntaron: “¿qué debemos
hacer?
11 Y él respondió: “Un hombre que tiene dos pares de
interiores, debe compartir con aquel que no tiene ninguno; y aquellos que
tienen algo de comer, deben hacer lo mismo. “
12 Porque, hasta los recaudadores de impuestos vienen
para ser bautizados. Y ellos le preguntaban: “Maestro, ¿que debemos hacer?
13 El respondió: “Solo recauden un impuesto justo.”
14 Y cuando los que estaban en el servicio militar le
preguntaban: “¿qué debemos hacer?”
El dijo: “No acosen ni acusen falsamente a nadie.
Solamente estén satisfechos con sus provisiones.”
15 Y porque la gente estaba buscando [al Mesías], todo
mundo se preguntaba en sus corazones, acerca de Juan: “¿podría ser este ‘el
Ungido’?
16 Pero Juan les respondió a todos diciendo: “Mi parte
es bautizarlos con agua. Sin embargo, uno que es mayor que yo viene, y no soy
digno de desatar sus sandalias. El los bautizará con “el Aliento Santo” y con
fuego. 17 Su pala está en su mano [y está listo], para limpiar completamente su
era, y para traer el trigo a sus silos. Pero él quemará toda la paja, con un
fuego que no se puede apagar.”
18 Si, él dijo muchas cosas esperanzadoras mientras
predicaba las buenas nuevas a la gente.
19 Herodes (el gobernante del distrito) había sido
reprendido [por Juan], debido a Herodías (la esposa de su hermano), y por todas
las otras cosas malas que había hecho. 20 Entonces, Herodes hizo más grande su
maldad al encerrar a Juan en prisión.
21 Entonces, fue después de toda la otra gente, que
Jesús también fue bautizado. Y mientras oraba, los cielos se abrieron 22 y el
Aliento Santo de Dios bajó a él en la forma de una paloma. Entonces una voz
vino del cielo [y dijo]: ‘Tu eres mi Hijo amado, yo te apruebo.”
23 Jesús tenía aproximadamente treinta años cuando
vino en poder, siendo el hijo de José(según se opinaba) , de Elí, 24 de Matat,
de Leví, de Melquí, de Janaí, de José, 25 de Matatías, de Amós, de Nahúm, de
Esli, de Nagai, 26 de Maat, de Matatías, de Simeí, de Josec, de Joda,27 de
Joanán, de Resa, de Zorobabel, de Sealtiel, de Nerí, 28 de Melquí, de Adí, de
Cosán, de Elmadán, de Er, 29 de Jesús, de Eliezer, de Joram, de Matat, de Leví,
30 de Simeón, de Judas, de José, de Joanán, de Eliaquim, 31 de melea, de Mena,
de Matatá, de Natán, de David, de Jesé, de Obed, de Obed, de Boaz, de Salmón,
de Nasón, 33 de Aminadab, de Arni, de Hezrón, de Pérez, de Judá, de Jacob, de
Isaac, de Abraham, de Taré, de Nacor, 35 de Serug, de Reu, de Peleg, de Eber,
de Selá, 36 de Cainan, de Arpaksad, de Sem, de Noé, de Lamec, 37 de Matusalén,
de Enoc, de Jared, de Mahalalel, de Cainán, 38 de Enós, de Set, de Adán, de
Dios.
1 Pues bien, Jesús fue llenado con el aliento Santo de
Dios, por tanto dejó el Jordán, y el Aliento [de Dios] lo condujo al desierto,
2 donde fue tentado por el Calumniador por cuarenta días. Y no comió nada
durante todo ese período, así es que al final estaba muy hambriento. 3 Entonces
el Calumniador le dijo: “Si tu eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se
conviertan en panes.”
4 Pero Jesús respondió: “Está escrito: ‘Pan no es la
única cosa que necesita el hombre para sobrevivir’”
5 De manera que el Calumniador lo llevo alto y le
mostró todos los reinos de la tierra en un instante de tiempo, 6 y dijo: “Te
daré poder sobre todas estas cosas y la gloria de ellas, porque estas me han
sido dadas y yo puedo darlas a quien yo desee. 7 Todas serán tuyas si tu
solamente te inclinas ante mí.”
8 Pero Jesús le respondió: “Está escrito, debes adorar
a Jehová tu Dios. El es el único a quien debes adorar.”
9 Entonces [el Calumniador] lo condujo a Jerusalén y
lo puso sobre una torre alta de batalla, en el templo. Y dijo, “si tu eres un
hijo de Dios, salta abajo desde aquí, 10 porque está escrito: “El ordenará a
sus mensajeros que te protejan, 11 y ellos te alzarán en sus manos, para que tu
pie no tropiece en una piedra.”
12 Pero Jesús respondió: “Está dicho: ‘no debes poner
a prueba a Jehová tu Dios.’” 13 Así, después que el Calumniador hubo terminado
de tentarlo, él se retiró hasta un tiempo designado.
14 Entonces el poder del Aliento [de Dios] hizo que
Jesús regresara a Galilea, y su fama se esparció por toda aquella zona. 15 El
también empezó a enseñar en las sinagogas, donde todos lo honraban.
16 Cuando llegó a Nazaret (donde había sido criado),
tal como era su costumbre en Sábado, el fue a la sinagoga, se puso de pie y
leyó. 17 Allí se le dio el rollo del profeta Isaías. Por tanto, lo abrió y
encontró el lugar en que decía: “El Aliento de Jehová está sobre mí, porque El
me escogió para declarar buenas nuevas a los pobres. El me envió para predicar
libertad a los prisioneros, el recobro de la vista a los ciegos, para remover
todas las presiones de la gente, 19 y a predicar acerca del año que Jehová ha
escogido.”
20 Entonces, el enrollo el rollo, se lo devolvió al
asistente, y se sentó-mientras todo mundo en la sinagoga lo miraba. 21 y dijo:
“Hoy, esta escritura que acaban de escuchar, se ha cumplido.”
22 Entonces, todos empezaron a decir cosas buenas
acerca de él y a maravillarse de las palabras llenas de gracia que salían de su
boca. Y preguntaban: “¿No es este el hijo de José?”
23 Así, el dijo: “Ustedes, indudablemente quisieran
aplicar estas palabras a mí: ’Doctor, cúrate a ti mismo'. Haz todas las cosas
que hemos escuchado que hiciste en Capernaúm cuando estuviste allí, aquí mismo,
en tu pueblo.’” 25 entonces dijo “Yo les digo la verdad, ningún profeta es
aceptado en su propio pueblo.25 ahora, es un hecho que habían muchas viudas en
Israel, allá en los días de Elías, cuando los cielos fueron cerrados por tres
años y medio, causando una terrible hambruna en el país. 26 Pero Elías no fue
enviado a ninguna de ellas, solamente a una viuda en el país de Sidón. 27 Y
habían también muchos leprosos en Israel en el tiempo del profeta Eliseo, pero
el único que fue limpiado fue Naamán, un Sirio.”
28 Ahora bien, todos los que lo escucharon decir esto
en la sinagoga se pusieron furiosos, 29 de modo que se levantaron y lo
empujaron hacia fuera de la ciudad hasta el filo de una montaña, donde se
asentaba la ciudad, para arrojarlo cabeza abajo. 30 Pero él simplemente camino
por en medio de ellos y continuó su camino.”
31 Después de eso, fue a Capernaúm, una ciudad en
Galilea. Allí también enseñó en el Sábado, 32 y la [gente] se asombraba por su forma
de enseñar, porque hablaba con autoridad.
33 Ahora, había un hombre en la sinagoga [quien estaba
poseído por] un demonio sucio. Y [el hombre] gritó, 34 “¡Ah! ¿Qué negocio
tenemos contigo, Jesús, Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé exactamente quién
eres: “tu eres el Santo de Dios.”
35 Pero Jesús lo reprendió diciendo: “Cállate y sal de
él,” Así, el demonio lo arrojó en medio de ellos, y entonces salió sin hacerle
daño.
36 Ante eso, todos estaban asombrados y empezaron a
hablar entre ellos y a preguntar: “¿Qué clase de habla es esta? Este da órdenes
a los espíritus sucios con autoridad y poder, ¡y estos salen!” 37 Así, las
noticias acerca de él se propagaron por todos lados, por toda aquella región...
38 Después de dejar aquella sinagoga, fue a casa de
Simón. Allí, la suegra de Simón se encontraba enferma y le pidieron que la
ayudase. 39 Por tanto. Se acercó a ella, reprendió a la fiebre, y esta la dejó.
Entonces ella se levantó inmediatamente, y empezó a servirle.
40 Pues bien, al atardecer, todos aquellos que tenían
gente enferma con varias enfermedades, los trajeron a él. Así, él puso sus
manos en cada uno [de ellos] y los curó. 41 Los demonios también salían de
muchos de ellos, gritando: “Tu eres el Hijo de Dios” Pero (porque ellos sabían
que él era el Ungido), los reprendió y no dejó que dijeran nada.
42 Entonces, al siguiente día, salió y caminó hacia un
lugar solitario. Pero las muchedumbres empezaron a buscarlo y finalmente llegaron
a donde se hallaba y trataron de impedirle que se marchara. 43 Pero les dijo:
“Tengo que predicar las buenas nuevas del Reino de Dios a otras ciudades,
porque, para esto fui enviado.”
44 Así, predicó en las sinagogas de Judea.
1 Hubo una ocasión cuando la gente se amontonaban
junto a [Jesús] mientras ellos escuchaban la Palabra de Dios, mientras estaba
parado junto al lago de Genesaret. 2 De modo que notó que dos botes estaban
anclados junto al lago, donde habían llegado los pescadores, quienes estaban
lavando sus redes. 3 Pues bien, [Jesús] entró en uno de los botes (el cual
pertenecía a Simón) y le pidió a este que se alejara un poco de la orilla.
Entonces, se sentó y empezó a enseñar a las muchedumbres desde el bote. 4 Y
cuando hubo terminado de hablar, le dijo a Simón, “Sal a lo hondo y tira las
redes para que captures.”
5 Pero Simón respondió: “Instructor, hemos trabajado
toda la noche y no capturamos nada. Sin embargo, ya que tú lo pides, voy a
bajar las redes.”
6 Pues, lo hicieron, atraparon una gran cantidad de
peces. De hecho, las redes empezaron a romperse. 7 [Por esta razón] llamaron a
sus socios en otro bote para que viniesen a ayudarles. Y cuando llegaron,
llenaron ambos botes hasta el punto que estaban a punto de hundirse.
8 Al ver esto, Simón Pedro cayó a las rodillas ante
Jesús y dijo: “Vete de mí, porque soy un hombre pecador, Señor.” 9 [Él dijo
esto] porque, cuando atraparon tantos pescados, Simón y aquellos que estaban
con él, quedaron asombrados y abrumados...10 al igual que sus socios Santiago y
Juan (los hijos de Zebedeo).
Pero Jesús le dijo a Simón: “Deja de tener miedo.
Porque de ahora en adelante estarás atrapando hombres vivos.” 11 De manera que
trajeron sus botes de regreso a tierra y lo dejaron todo atrás para seguirlo.
12 En otra ocasión, mientras él estaba en una de las
ciudades, (¡miren!) había un hombre lleno de lepra. Cuando este vio a Jesús,
cayó sobre su cara y le rogó: “Señor, si tu solo lo quieres, puedes limpiarme.”
13 Entonces, [Jesús] extendió su mano, lo tocó, y
dijo: “Yo quiero. Se limpio.” E inmediatamente la lepra lo dejó. 14 Entonces le
ordenó que no contase a nadie, diciendo: “Anda y muéstrate a los sacerdotes y
entrégales una ofrenda por tu limpieza, tal como lo mandó Moisés, como un
testimonio para ellos.”
15 No obstante, la palabra acerca de él continuaba
esparciéndose, y grandes muchedumbres se reunían para escuchar y ser sanadas de
sus enfermedades. 16 Así, él se retiró a los desiertos para orar.
17 Mientras enseñaba (algunos días después), algunos
fariseos y maestros de la ley estaban [sentados entre la muchedumbre]. Ahora
bien, la gente había venido desde cada aldea de Galilea y de Judea, así como de
Jerusalén. Y [Jesús] estaba curando con el poder de Jehová. 18 Entonces
{¡Miren!} algunos hombres le trajeron un hombre paralizado, tendido en una
camilla. Y buscaban la forma de llevárselo. 19 Pero, al no poder encontrar
manera de abrirse paso entre la muchedumbre, subieron al techo, y bajaron la
camilla por entre las tejas, [y lo pusieron] frente a Jesús. 20 Cuando él vio
su fe, dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados.”
21 Ante esto, los escribas y fariseos empezaron a
preguntarse entre ellos: “¿Quién es este que tanto blasfema?” ¿Quién sino Dios
puede perdonar pecados?
22 Pero Jesús reconoció lo que pensaban y preguntó:
“¿A qué conclusiones están llegando ustedes en sus corazones? 23 ¿Qué es más
fácil decir, tus pecados te son perdonados o levántate y anda?
24 Pero, solo para que sepan que se ha dado al Hijo
del Hombre el poder de perdonar pecados en la tierra..., él entonces dijo al
paralítico: “Yo te digo, Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.”
Entonces el hombre, inmediatamente se levantó, frente
a todos ellos, tomó la [camilla] donde había estado tendido, y regresó a su
casa glorificando a Dios. 26 Pues bien, todos estaban encantados y glorificaban
a Dios. Pero también tenían miedo, y decían: “¡Hemos visto cosas extrañas hoy!”
27 Después de esto, [Jesús] salió y vio a un
recaudador de impuestos llamado Leví, sentado en la oficina de impuestos, y le
dijo: “Ven, sé mi seguidor.” 28 Pues bien, [Leví] se levantó, dejó todo atrás,
y empezó a seguirlo.
29 Entonces Leví dio una gran fiesta de recibimiento a
[Jesús], en su casa, y había una gran multitud de recaudadores de impuestos y
otros que se reclinaban con ellos para la comida. 30 Ante esto, los fariseos y
sus escribas empezaron a quejarse a los discípulos, diciendo: “¿Por qué comen y
beben con recaudadores de impuestos y pecadores?”
31 Jesús respondió: “Aquellos que están sanos no necesitan
médico, solamente los enfermos lo necesitan. 32 Yo vine a llamar a los
pecadores a arrepentimiento, no a la gente justa.”
33Más tarde, ellos dijeron: “Los discípulos de Juan y
aquellos que pertenecen a los fariseos ayunan frecuentemente para pedir cosas
[a Dios]. Pero tus [discípulos] solo andan comiendo y bebiendo.”
34 Y Jesús respondió: “No se puede esperar que los
amigos del novio ayunen mientras este está con ellos, [no es verdad}? 35 Pero
de seguro vendrán días, cuando el novio sea apartado de ellos. En esos días
ayunarán.”
36 Entonces les dio una ilustración “Nadie corta un
parche de una prenda nueva y lo cose a una prenda vieja, porque si lo hace, el
parche nuevo se romperá...y, de todas maneras, el parche de la prenda vieja no
va a igualarse con la vieja. 37 Tampoco nadie pone vino nuevo en pieles viejas.
Si lo hacen, el vino nuevo romperá las pieles. 39 Cualquiera que ha probado el
vino viejo no quiere el nuevo, de todas maneras, porque dicen, ‘el viejo es
bueno.’
1 Ahora bien, sucede que mientras Jesús atravesaba un
campo de granos un Sábado, sus discípulos recogían grano en sus manos, sus
discípulos lo sobaban y se lo comían. 2 Pues bien, algunos de los fariseos
preguntaron: ‘¿Por qué están haciendo algo ilegal en Sábado?”
3 Pero Jesús dijo: “¿No han leído que David hizo la
misma cosa cuando él y sus hombres llegaron a estar hambrientos… 4 como él
entró al templo de Dios y comió el pan de la presentación, y lo compartió con
algunos de sus hombres…algo que no es legal para nadie, salvo para los
sacerdotes? 5 Entonces añadió: “¡El Hijo del hombre es el Señor del Sábado!
6 En el siguiente Sábado, nuevamente entró en la
sinagoga y empezó a enseñar. Pues bien, un hombre que allí se encontraba
[tenía] mano derecha tullida, 7 y los escribas y fariseos lo observaban de
cerca para ver si lo curaría en Sábado, con el propósito de encontrar algo de
que acusarlo.
8 No obsatante, [Jesús] sabía lo que estaban pensando,
por tanto dijo al hombre con la mano tullida: “Levántate y párate en el centro.”
Así es que el [hombre] se paró. 9 Entonces, Jesús dijo: “¿Déjame preguntarte
algo; es legal hacer lo bueno o lo malo, salvar o destruir una vida durante el
Sábado?”
10 Finalmente, después de mirar a todos en derredor,
dijo al hombre: “Extiende tu mano (lo cual hizo), y su mano fue curada. 11 Pues
bien, [los escribas y fariseos] se pusieron furiosos y empezaron a hablar entre
ellos acerca de qué cosa podían hacerle a Jesús.
12 Fue por ese mismo tiempo que subió a una montaña a
orar, de modo que pasó toda la noche en oración a Dios. 13 Entonces, al
siguiente día, llamó a sus discípulos y escogió de entre ellos a doce, a los
cuales empezó a llamar apóstoles. Esos fueron 14 Simón (a quién también llamó
Pedro), Andrés su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé (Natanael), 15
Mateo, Tomás, Santiago [el hijo] de Alfeo, Simón (quien es llamado el celoso),
16 Judas [el hijo] de Santiago ([Tadeo]), y Judas Iscariote (quien se volvió
traidor).
17 Después haber bajado de la [montaña], encontró un lugar
plano donde un grupo grande de sus discípulos y una muchedumbre muy enorme
procedente de Judea, Jerusalén y de las inmediaciones de la playa de Tiro y
Sidón, vinieron a escucharle y a ser curados de sus enfermedades. 18 Allí,
gentes que habían estado siendo molestadas por espíritus sucios fueron curadas;
19 y toda la muchedumbre trataba de tocarlo (mientras poder emanaba de él), de
modo que los curó a todos.
20 Entonces miró a sus discípulos y dijo: “[Ustedes]
los pobres son benditos, porque el Reino de Dios es de ustedes. 21 [Ustedes]
los que tienen hambre son benditos, porque serán saciados. [Ustedes] los que
están llorando son benditos, porque pronto reirán.
22 Ustedes son benditos cuando sea que los hombres los
odien, y no quieran más estar con ustedes; o cuando ellos dicen cosas malas
acerca de ustedes, y los llaman inicuos, por causa del Hijos del Hombre. 23
Cuando llegue Aquel día, alégrense y salten de gozo, porque {¡Miren!} ustedes
tienen una gran recompensa en los cielos. Porque, estas son las mismas cosas
que sus padres solían hacerles a los profetas.”
24 “Pero, infortunios para ustedes los que son ricos,
porque ya tienen todo lo que quieren. 25 Infortunio para ustedes los que tienen
[estómagos] llenos, porque llegarán a tener hambre. Infortunio para ustedes los
que se están riendo, porque llorarán y se lamentarán. 26 E infortunios para
ustedes cuando todos dicen cosas bonitas acerca de ustedes, porque esto es lo
que sus padres hicieron a los profetas falsos.”
27 ‘Yo les digo a todos ustedes los que están
escuchando, amen a todos sus enemigos, y hagan el bien a aquellos que los
odian. 28 Oren por todos los que los maldicen, y oren por aquellos que los
insultan. 29 Si alguien los golpea en una mejilla, ofrézcanle la otra también.
Y si alguien les quita la ropa, ofrézcanle también su ropa interior.”
30 “Den a todo el que pide, y no pidan de vuelta al
que recibió.
31 “Si aman solamente a quienes los aman a ustedes,
¿qué clase de favor están haciendo? Los pecadores también aman a quienes los
aman. 33 Y si solamente hacen cosas buenas por quienes también les hacen cosas
buenas a ustedes, ¿qué clase de favor es este? Porque hasta los pecadores hacen
la misma cosa. 34 Y si prestan sin interés a aquellos que esperan que les
paguen, ¿qué clase de favor es este? Hasta los pecadores prestan sin interés
cuando esperan que se les pague.
Por tanto, amen a sus enemigos, y hagan cosas buenas;
den prestado sin esperar que se les devuelva, y recibirán un galardón
enorme…serán hijos del Mas Alto. Porque, Él es bueno hasta con los
malagradecidos y los inicuos, 36 por tanto sean misericordiosos así como su
Padre es misericordioso.
37 “No juzguen [a otros], y ustedes no serán juzgados.
No condenen [a otros], y ustedes no serán condenados. Liberen [a otros] y
ustedes serán liberados. 38 Den, y la gente les dará. Ellos les darán una
porción generosa, apretada y rebosante. La cantidad que ustedes miden [para
otros], es la que ellos medirán para ustedes.”
39 Entonces les dio algunas ilustraciones: “¿Puede un
ciego guiar a otro ciego? ¿Ambos caerán en un pozo, verdad?
40 “Un discípulo no está por encima de su maestro,
pero todo aquel que aprende bien será como su maestro.”
41 “¿Por qué buscan una paja en el ojo de su hermano,
cuando no son capaces de ver la viga en el suyo propio? 42 ¿Cómo pueden decirle
a su hermano: ’Déjame sacarte esa [basurita] de tu ojo, cuando ustedes no
pueden ver la viga en el suyo propio? ¡Hipócrita! Primero remueve la viga de tu
propio ojo, y entonces verás claramente, cómo remover la basurita del ojo de tu
hermano.
43 “Un árbol bueno no produce fruto podrido, y un
árbol podrido no produce fruto bueno. 44 Todos los árboles son conocidos por su
fruto. La gente no recoge higos de cardos, y no corta uvas de arbustos
espinosos. 45 Un hombre bueno trae cosas buenas de las cosas buenas que ha
atesorado en su corazón, pero un hombre malo, trae cosas malas de su maldad.
Esto es porque su boca habla de las cosas que llenan su corazón.
46 “Así pues, ¿porque me llaman diciendo: “Señor,
Señor, cuando no hacen lo que les digo? 47 Así de esa manera es aquel que viene
a mí: escucha lo que digo y lo hace. 48 Es como un hombre que estaba
construyendo una casa, y cavó hondo para poner su fundamento sobre la roca.
Así, cuando una inundación vino, y el río dio contra la casa, esta resultó
inamovible, porque estaba bien construida. 49 Pero aquel que oye pero no hace
[lo que yo digo], es como un hombre que construye su casa en el terreno sin
fundamento. El río dio contra esta e inmediatamente [la] derribó, causando un
enorme daño.
1 Cuando hubo terminado de decir estas cosas hasta
donde lo podían escuchar, entró en Capernaúm. 2 Y [en esa ciudad] se encontraba
un centurión quien tenía un sirviente muy apreciado que estaba enfermo y cerca
de morir.3 Así, cuando escuchó acerca de Jesús, envió algunos ancianos de Judea
a pedirle que viniese y salvase la vida de su esclavo. 4 Entonces ellos
rápidamente fuero a Jesús y le rogaron diciendo: “[El centurión] merece que tú
hagas esto por él, 5 porque el ama a nuestra nación y construyó una sinagoga
para nosotros.”
6 De modo que Jesús se fue con ellos, pero no estaba
ya muy lejos de la casa cuando el centurión envió sus amigos a decirle: “Señor,
no te molestes [en venir], porque no soy digno de tenerte bajo mi techo. 7 Es
por no considerarme a mi mismo merecedor que no fui a ti yo mismo. Solamente di
la palabra y haz que mi siervo sea sanado. 8 Mira, yo soy un hombre con poder,
[porque tengo] soldados bajo mi mando. Si yo digo a este: “ponte en camino”, se
pone en camino; y a otro: “Ven”, viene; y a mi esclavo: “Haz esto.”, él lo
hace.”
Pues bien, al oír esto Jesús se asombró. Por tanto se
volvió hacia la muchedumbre que lo seguía y dijo: “Yo les digo, no he
encontrado fe tan grande en Israel.”
10 Entonces, al retornar a la casa, [los ancianos] que
habían sido enviados encontraron al esclavo en buena salud.
11 poco después de eso, él viajó con sus discípulos y
una gran muchedumbre a una ciudad llamada Naín. 12 Y mientras se acercaba al
portón de la ciudad, {¡Miren!} estaban sacando a un muerto. Era el único hijo
que había tenido su madre, y ella era una viuda. Una gran muchedumbre de la
ciudad también estaba con ella. 13 así, cuando el Señor la vio, se conmovió y
sintió piedad y dijo: “Deja de llorar.” 14 Entonces subió y toco el cofre, y
los cargadores pararon. Y dijo: “Joven, yo te digo, ¡levántate!”
15 Pues ante esto, el hombre muerto se sentó recto y
empezó a hablar. Entonces, [Jesús] se lo entregó a su madre. 16 No obstante,
todos estaban atemorizados y empezaron a glorificar a Dios diciendo: “Un gran
profeta se ha sido levantado entre nosotros.” y “Dios ha empezado a prestar
atención a su pueblo.”
Y estas noticias acerca de él se esparcieron a lo
largo de toda Judea y los campos aledaños.
18 Ahora, los discípulos de Juan estaban reportándole
todo lo que había ocurrido. 19 Así, Juan llamó a dos de sus discípulos y los
envió al Señor para preguntarle: “¿Eres tu el que había de venir, o debemos
esperar otro? 20 Y cuando llegaron a Jesús, los hombres dijeron: “Juan el
Bautista nos envió a preguntarte si eres el Ungido, o si debemos esperar a
alguien más.”
21 Pues, durante esa hora el curo a muchos que estaban
enfermos, plagados y que tenían espíritus inicuos, y concedió el don de la
vista a mucha gente ciega. 22 Entonces respondió; “Vayan por su camino y den un
reporte a Juan de lo que vieron y escucharon. [Díganle que] los ciegos están
viendo, los cojos están caminando, los leprosos están siendo curados, los
sordos están escuchando, los muertos están siendo levantados, y los pobres están
siendo instruidos con las buenas nuevas. 23 Aquel que no tropieza por mi causa
es bendecido.” 24 Después que los mensajeros de Juan su hubieron retirado,
preguntó a la muchedumbre acerca de Juan: “¿Qué fueron a ver al desierto, cañas
soplando en el viento? 25 Pues, ¿qué fueron a ver, un hombre vestido en ropa
suave? Porque, aquellos que se visten bien y se miman a sí mismos, son los que
viven en palacios. 26 Pues ¿qué fueron a ver alla afuera…un Profeta? Si, y yo
les digo, ¡mucho más que un profeta! 27 Este es aquel acerca de quien se
escribió: {¡Miren!} Estoy enviando adelante mi mensajero, quien preparará el
camino delante de ti.” 28 Yo les digo; de aquellos nacidos de mujer, ninguno es
mayor que Juan, pero una persona que es la menor en el Reino de Dios, será
mayor que él.
29 Pues bien, cuando la gente común y los recaudadores
de impuestos escucharon esto, hablaron de la justicia de Dios, porque ellos
habían sido bautizados en el bautismo de Juan. 30 Pero los fariseos y aquellos
que habían sido entrenados en la Ley no tomaron en cuenta este consejo de parte
de Dios, porque [Juan] no los había bautizado.
31 [De modo que Jesús dijo]: “a quién debo comparar a
los hombres de esta generación…a quién se parecen? 32 Ellos son como niñitos
que se sientan en el mercado, y se gritan entre ellos diciendo: “Tocamos la
flauta, pero ustedes no bailaron. Gemimos, pero ustedes no lloraron. Porque,
cuando el Bautista vino, el no festejó o tomó vino, asi es que ustedes dijeron
que tenía demonio. 34 Pero el Hijo del hombre vino comiendo y bebiendo, y por
eso ustedes dicen: {¡Mira! Este es un glotón y tom mucho vino…y se relaciona
con recaudadores de impuestos y pecadores! 35 Sin embargo, la sabiduría es
probada justa por sus resultados.”
36 Uno de los fariseos [llamado Simón] continuó
pidiendo a Jesús que cenase con él. Asi es que fue a la casa del fariseo y se
reclinó a la mesa. 37 Y {¡miren!} una mujer de la ciudad, una conocida
pecadora, supo que el estaba reclinándose para una comida en la casa del
fariseo, así es que trajo una caja de alabastro con ungüento perfumado. 38
entonces, sentándose detrás de él, a sus pies, lloró y mojó sus pies con sus
lágrimas, entonces los secó don su cabello. Ella también le beso tiernamente
los pies y los untó con el ungüento perfumado.
39 Pues, cuando el fariseo que lo había invitado vio
esto, pensó para sí mismo: “Si este hombre fuera profeta sabría quién, y qué
clase de mujer es la que lo está tocando. ¡Ella es una pecadora!”
40 Entonces Jesús dijo: “Simón, tengo algo que
decirte.”
Y [Simón] respondió: “¡Adelante, dímelo Maestro!
41 “dos hombres debían dinero a un cierto prestamista;
uno estaba endeudado con quinientas monedas de plata y el otro con cincuenta.
42 Cuando no tuvieron nada para pagarle, este liberalmente los perdonó a los
dos. Así, ¿cuál lo amará más?”
43 Entonces Simón respondió: Ceo que aquel a quien más
le perdonó.” Ante esto Jesús dijo: “Juzgaste correctamente.”
44 Así, volviéndose hacia la mujer preguntó a Simón:
¿Ves a esta mujer? Cuando vine a tu casa, no me diste agua para mis pies, pero
esta mujer mojo mis pies con sus lágrimas y los secó con su pelo. 45 Tú no me
saludaste con un beso, pero desde el momento en que entré, esta mujer ha estado
besando tiernamente mis pies. 46 Tú no has untado mi cabeza con aceite, pero
esta mujer untó mis pies con ungüento perfumado. 47 Por eso te digo, aunque
ella tiene muchos pecados, le son perdonados porque mostró mucho amor. Pero
quienquiera que no ha sido perdonado por mucho, tampoco ama mucho.”
48 entonces dijo a ella: “Tus pecados son perdonados.”
49 Ante esto, los que estaban reclinados a la mesa con
él empezaron a preguntarse: “¿Quién mismo es este hombre, que hasta perdona
pecados?”
50 Pero el dijo a la mujer: “tu fe te ha salvado. Ve
por tu propio camino en paz.”
1 Poco después de eso, {Jesús} emprendió su viaje de
ciudad en ciudad y de aldea en aldea, junto a los doce; predicando y hablando
acerca de las buenas noticias del Reino de Dios. 2 Ahora, [junto a él viajaban]
algunas mujeres a quienes había curado de espíritus sucios y enfermedades.
Estaba María (quien es llamada Magdalena), de quién habían salido siete
demonios; 3 Juana, la esposa de Chuza (El ayudante principal de Herodes);
Susana, y muchas otras, quienes atendían las necesidades de ellos.
4 Cuando una gran muchedumbre se congregó (junto con
aquellos que viajaban con él de ciudad en ciudad), les habló utilizando esta
ilustración: 5 "Un granjero salió a plantar semillas. Y mientras plantaba,
algunas cayeron junto al camino donde se encontraba, y entonces continuó
caminando. [Luego] las aves del cielo vinieron y se las comieron. 6 Otras
cayeron en las rocas, [y], porque no había agua, se secaron después de haber
germinado. 7 También otras cayeron entre espinos. Los espinos crecieron y las
ahogaron. 8 Mas otras cayeron en buen terreno, y, después de germinar,
produjeron fruto, [más] de a ciento por una.
Y, mientras les decía esto, gritó: ¡Dejen que el que
tiene oídos para oír escuche!
9 Pues bien, sus discípulos le preguntaron el
significado de la ilustración. 10 De modo que les dijo: “A ustedes se les ha
permitido entender el misterio del Reino de Dios. Pero en cuanto al resto,
[todo lo que oyen] son ilustraciones. Así, cuando miran, miran en vano, y
aunque oyen, no entienden.”
11 “Ahora, la ilustración significa esto: “La semilla
es la Palabra de Dios. 12 Aquella al lado del camino son los que oyen, pero el
Calumniador viene y se lleva la Palabra de sus corazones, para impedirles creer
y ser salvados.”
13 “Aquellas que cayeron en las rocas, son los que oyen
y dan la bienvenida a la Palabra con gozo, pero debido a que no tienen raíces,
ellos solamente creen por una temporada. Y cuando llega el tiempo de pruebas,
se apartan.
14 Mientras que aquellas que cayeron entre los
espinos, estas son aquellos que han oído, pero debido a las inquietudes diarias
(las riquezas y los placeres del vivir), son ahogados y no llegan a producir.”
15 “Pero [aquellas que caen en buen terreno], tienen
un corazón bueno y puro; y, después de escuchar la Palabra, la recuerdan y a
continuación comienzan a producir fruto.
16 “Nadie que enciende una lámpara, la cubre con una
olla o la esconde bajo la cama, más bien la ponen en alto, en un pedestal, para
que los que entran puedan ver la luz. 17 Así, no hay nada escondido que no vaya
a ser descubierto, ni nada cubierto que no vaya a ser expuesto a la luz. 18 Por
esto, presten atención a cómo escuchan, porque, a quien quiera que tenga, más
le será dado. Pero, a aquellos que no tienen, hasta lo que se imaginan tener,
les será quitado.”
19 Ahora, la mamá y los hermanos [de Jesús] vinieron a
verlo, pero no pudieron llegar a él debido a la muchedumbre. 20 Sin embargo,
alguien le dijo a él: “Tu madre y hermanos están parados afuera. [Ellos]
quieren verte.”
21 Pero él respondió: “Mi madre y mis hermanos son
aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la obedecen.”
22 Algunos días más tarde, [Jesús] y sus discípulos
entraron en un bote y él les dijo: “Crucemos al otro lado del lago.” Por tanto
partieron, 23 y mientras navegaban, él se durmió. Ahora bien, una violenta
tempestad de viento vino sobre el lago y el bote empezó a [llenarse] de agua,
de modo que llegaron a estar en una situación peligrosa. 24 Entonces [los
discípulos] vinieron y lo despertaron, diciendo: “¡Maestro, maestro! ¡Estamos a
punto de ahogarnos!”
Y cuando se despertó, reprendió al viento y el agua
agitada, y estos se calmaron, volviéndose muy pacíficos. 25 Y él preguntó:
“¿Dónde está su fe?”
Pero ellos estaban tan asustados e impresionados que
se preguntaban el uno al otro: “¿Quién realmente es este? Porque hasta da
órdenes al viento y las olas, ¡y estos le obedecen!”
26 Entonces ellos navegaron hasta el país de los
genesarenos, el cuál se encuentra en la orilla opuesta a Galilea. 27 Pero al
salir a tierra, un hombre endemoniado de la ciudad, vino para encontrarse con
él. Este no había usado ropa por algún tiempo, y no vivía en una casa, sino que
vivía entre las tumbas.
28 Pues bien, cuando vio a Jesús, gritó y cayó
enfrente de él; y luego dijo en voz alta: “¿Qué negocio tengo contigo Jesús,
Hijo del Más Alto? Te ruego que no me atormentes.” 29 ([Dijo esto, porque
Jesús] había ordenado al espíritu sucio salir del hombre.)
[Este hombre había sido] arrestado repetidamente,
encadenado, asegurado por las piernas con hierros, y puesto bajo guardia. Pero
rompía las cadenas; además los demonios lo forzaban a vivir en estos sitios
aislados.
30 Por lo tanto, Jesús le preguntó: “¿Cuál es tu
nombre?”
Y él respondió: “Legión” (porque muchos demonios
habían entrado en él). 31 Y ellos continuaron rogándole que no les ordenase
irse al abismo.
32 Ahora bien, una gran piara de cerdos estaba
comiendo en una montaña, de modo que [los demonios] le rogaron que les
permitiese entrar en [los cerdos], y él les dio permiso. 33 Entonces los
demonios salieron del hombre y entraron en los cerdos, y la piara entera corrió
hacia un risco, y, cayendo en el lago, se ahogó.
34 Pues, cuando los cuidadores vieron lo que había
ocurrido, corrieron y dieron el reporte en la ciudad y en los campos aledaños.
35 Entonces la gente vino a ver lo que había pasado, y cuando vinieron a Jesús,
encontraron al hombre (del cual los demonios habían salido), vestido y en su
sano juicio, sentado junto a los pies de Jesús, de modo que se atemorizaron. 36
Aquellos que vieron lo que había ocurrido, les relataron la manera en que el
endemoniado había sido curado.37 Así, un gran número [de personas] que vinieron
de las áreas circundantes le pidieron que los abandonara, pues tenían mucho
miedo. Entonces se subió al bote para regresar.
38 Ante esto, el hombre de quien los demonios
salieron, empezó a rogar ir con Jesús. Pero él lo despidió diciendo: 39
“Regresa a tu casa y cuenta las cosas que Dios hizo por ti.” De modo que se fue
y proclamó por toda la ciudad, las cosas que Jesús había hecho.
40 Una muchedumbre estaba esperando a Jesús cuando
llegó de regreso, ya que todos ellos lo estaban esperando. 41 Pero {¡mira!} un
hombre llamado Jairo (quien era el presidente de la sinagoga) vino hacia él y
cayó a sus pies, rogándole que entrara en su casa. 42 [Esto fue] porque tenía
una hija única (de unos doce años de edad) que se estaba muriendo.
Pues bien, mientras él entraba, la gente se
arremolinaba a su alrededor. 43 Y una mujer que [había estado sufriendo] de un
flujo de sangre por doce años (y a quién nadie había sido capaz de curar), 44
vino desde atrás y tocó el fleco de su vestidura; y el flujo de sangre cesó
instantáneamente.
45 Entonces Jesús preguntó: “¿Quién me tocó?”
Pues bien, todos lo negaban. Y Pedro dijo: “Maestro,
las muchedumbres están todas alrededor tuyo empujándote.”
46 Pero Jesús dijo: “Alguien me tocó, porque sentí
poder saliendo de mí.”
47 Así, viendo que [lo que hizo] no había pasado
desapercibido, la mujer se acercó temblando, cayó frente a él, y explicó a
todos la razón porque lo había tocado, y cómo había sido curada
instantáneamente. 48 Entonces él le dijo a ella: “Hija, tu fe te ha salvado.
Sigue tu camino en paz.”
49 Bien pues, mientras todavía hablaba, alguien se
acercó al lado del presidente de la sinagoga y le dijo: “Tu hija ha muerto, no
molestes más al maestro.”
50 Pero cuando escuchó esto, Jesús le dijo: “No temas,
solo ten fe y ella se salvará.”
51 Cuando el entró en la casa, no dejó a nadie entrar
con él, excepto Pedro, Juan y Santiago, y el papá y la mamá de la niña. 52 Toda
la gente estaba llorando y golpeándose de dolor sobre ella, así es que dijo:
“¡Paren de llorar! Ella no murió, solo está durmiendo.”
53 Ante esto, todos empezaron a reírse de él, porque
sabían que ella estaba muerta. 54 Pero él la tomó de la mano y la llamó
diciendo: “¡Muchacha, levántate!” 55 Entonces su aliento regresó y se incorporó
inmediatamente. Y él les dijo que le dieran algo de comer.
56 Pues bien, sus padres estaban muy emocionados, pero
él les dio instrucciones de no contar a nadie lo que había ocurrido.
1 Él llamó a los doce y les dio el poder y la
autoridad sobre los demonios, y para curar enfermedades. 2 Entonces los envió a
predicar el Reino de Dios y a curar. 3 Les dijo: “No lleven nada consigo; ni
báculo ni bolsa de comida, o pan, o plata, ni siquiera dos mudas de interiores.
5 Y, donde sea que entren en una casa, hospédense allí y salgan a predicar. 5
Y, cuando sea que la gente no los reciba bien, sacúdanse el polvo de sus
sandalias, al salir de la ciudad, a manera de testimonio en su contra.”
Así, se fueron y viajaron por todas la aldeas,
proclamando las buenas nuevas y curando a la gente en todo lado.
7 Ahora bien Herodes, (el gobernante del distrito) oyó
acerca de todo lo que estaba sucediendo, y se fue perturbado por las dudas,
[por cuanto] algunos decían que Juan había sido levantado de entre los muertos.
8 Aún otros decían que uno de los antiguos profetas se había levantado.
9 Herodes dijo: “Yo decapité a Juan. Así que, ¿quién
exactamente es este de quien oigo cosas semejantes?” Y buscaba una oportunidad
para ver a [Jesús].
10 Pues bien, cuando los apóstoles regresaron, ellos
le contaron [a Jesús] todo los que habían hecho. Entonces los llevó a un lugar
privado cerca de la ciudad, llamado Betsaida. 11 Pero las muchedumbres se
enteraron y lo siguieron. Así, él les dio una cariñosa bienvenida, y empezó a
hablarles acerca del Reino de Dios, y curó a aquellos que lo necesitaban.
12 Pues bien, el día estaba por terminar, y los doce
vinieron y le dijeron: “Despacha a las muchedumbres para que puedan ir a las
aldeas y lugares aledaños a buscar provisiones y un sitio para descansar, ya
que estamos en un lugar aislado.”
13 Pero él les dijo: “Denle ustedes algo de comer.”
Y ellos respondieron: “No tenemos nada a más de cinco
panes y dos pescados…a menos que vayamos y compremos comida para toda esta
gente.” 14 (Pues bien, la muchedumbre era de unos cinco mil hombres.)
Pero él le dijo a sus discípulos: “Hagan que se
reclinen para comer, en filas de unos cincuenta.”
15 Así, [los apóstoles] hicieron esto e hicieron que
todos se reclinaran en el piso. 16 Entonces el tomó las cinco [hogazas de] pan
y los dos pescados, miró al cielo y dijo una bendición sobre estos, entonces
los partió y se los dio a los discípulos para que los pusieran frente a la
muchedumbre. 17 De esta manera, cada uno comió y quedó satisfecho; además,
[después de eso] recogieron doce canastas de desperdicios.
18 Más tarde, mientras se encontraba orando en un
lugar tranquilo, sus discípulos vinieron a él y le preguntaron: “¿Quién dicen
las muchedumbres que soy?
19 Ellos respondieron: “Juan el Bautizante, o Elías,
mientras otros dicen que eres uno de los antiguos profetas que ha sido
levantado.”
20 Entonces él preguntó: Ustedes, sin embargo; ¿quién
dicen que soy?
Y Pedro respondió: “[Tú eres] el Ungido de Dios.”
21 Ante esto, él los instruyó con firmeza que no
contaran esto a nadie, 22 y dijo: “El Hijo del Hombre tendrá que sufrir muchas
cosas. Será rechazado por los ancianos, sacerdotes principales y escribas, y
entonces será asesinado. Pero en el tercer día será despertado.”
23 Desde ese momento, le decía a todos: “Si alguien
quiere seguirme, que rechace todas las cosas que desea, entonces tome su poste
de empalamiento de día en día, y continúe siguiéndome. 24 Porque, aquellos que
quieran conservar sus vidas, las perderán, pero aquellos que pierdan sus vidas
por mi causa, las salvarán.
25 Así, ¿qué bien le hace a un hombre ganar el mundo
entero, si pierde su vida o queda lisiado?
26 “Si cualquiera se avergüenza de mí y de lo que
digo, el Hijo del Hombre se avergonzará de él, cuando venga en su gloria, y la
del Padre, y la de sus santos ángeles. 27 Pero yo les digo la verdad, algunos
que están aquí parados no gustarán la muerte antes de ver el Reino de Dios.”
28 Y sucedió justamente como él dijo. Aproximadamente
8 días más tarde tomó a Pedro, Juan junto con Santiago, y subió a la montaña a
orar. 29 Entonces sucedió que mientras oraba, su cara cambió y sus ropas se
empezaron a brillar. 30 También, {¡miren!} había dos hombres hablando con él…
¡Moisés y Elías! 31 ¡Ellos se podían reconocer! Y empezaron a hablar de la
partida que [Jesús] estaba a punto de cumplir en Jerusalén.
32 Ahora, Pedro y los otros tenían mucho sueño. Pero
cuando vieron su gloria y la de los otros dos hombres parados con él, se
despertaron completamente. 33 Y a través de la separación que había entre
ellos, Pedro dijo a Jesús: “Instructor, es bueno que estemos aquí. Armemos tres
tiendas; una para ti, una para Moisés, y otra para Elías.” (Pero él realmente
no sabía lo que estaba diciendo.)”
34 Y justo mientras decía esto, una nube se formó y
los cubrió. Entonces [Moisés y Elías] desaparecieron en la nube, esto asustó [a
los apóstoles]. 35 Además una voz salió de la nube y dijo: “Este es mi Hijo, el
que ha sido escogido. ¡Escúchenle!”
36 Y mientras la voz [se escuchaba], [vieron] a Jesús
solo. Pero ellos no dijeron nada…en aquel entonces, no contaron a nadie las
cosas que vieron.
37 Al día siguiente, después de bajar de la montaña,
una enorme muchedumbre vino a su encuentro. 38 Y {¡miren!}, un hombre gritó de
entre la muchedumbre: “Maestro, te ruego que veas a mi hijo, porque él es el
único que tengo. 39 {¡Miren!} Un espíritu viene sobre él y él grita. Entonces
lo hace convulsionarse y bota espuma [por la boca]. Después de eso para, pero
lo deja rasmillado. 40 Yo les rogué a tus discípulos que lo expulsaran, pero no
pudieron.”
41 Entonces Jesús dijo: “¡Oh generación sin fe y
torcida, por cuánto tiempo más tengo que quedarme con ustedes y soportarlos?
Trae a tu hijo acá.” 42 Nobstante, justo mientras el hijo se acercaba, el
demonio lo arrojó al suelo y lo forzó a una violenta convulsión.
Entonces, Jesús reprendió al espíritu sucio, curó al
niño, y se lo devolvió a su padre… y todos quedaron asombrados del Poder
Majestuoso de Dios.
43 Ahora bien, cada uno de ellos estaba estupefacto
por las cosas que él hacía, pero [Jesús] dijo a sus discípulos: 41 “Hagan que
estas palabras vivan en sus oídos: El Hijo del Hombre está a punto de ser
traicionado y entregado a manos de hombres.” 45 No obstante, ellos todavía no
entendían lo que quería decir. De hecho, [el significado] estaba escondido de
ellos, para que no pudieran entender, además tenían miedo de preguntarle más.
46 Entonces ellos empezaron a preguntarse cuál de
ellos sería el mayor. 47 Pero Jesús sabía lo que ellos estaban pensando en sus
corazones, de modo que tomó al pequeño y lo sentó junto a él mismo. 48 A
continuación les dijo: “Cualquiera que da la bienvenida a este jovencito en mi
nombre, me esta dando la bienvenida a mí. Y cualquiera que me da la bienvenida
a mí, da también la bienvenida Aquel que me envió, porque quien actúa como uno
de los menores entre ustedes, es el mayor.”
49 Entonces Juan dijo: “Instructor, hemos visto a un
hombre expulsando demonios mediante el uso de tu nombre, y hemos tratado de
impedírselo, porque no es uno de nosotros.”
50 Pero Jesús le dijo: “No traten de impedírselo,
porque aquellos que no están contra ustedes, están a su favor.”
51 Ahora bien, dado que el número de días (hasta
cuando iba a ser tomado) casi se habían cumplido, se resolvió a ir a Jerusalén.
52 Entonces, envió mensajeros por adelantado, y estos
entraron en una aldea samaritana, para preparar [su arribo]. 53 Pero no se le
dio la bienvenida allí, porque se dirigía a Jerusalén. 54 Y cuando los
discípulos Santiago y Juan [oyeron] acerca de esto, preguntaron: “Señor,
¿quieres que pidamos que baje fuego del cielo y los barra completamente? 55
Pero él se volvió hacia [ellos] y los reprendió. 56 Luego viajaron a otra
aldea.
57 Y sucedió que mientras viajaban por el camino, que
alguien le dijo: “¡Yo te seguiré dondequiera que vayas!”
58 Y Jesús respondió: “Las zorras tienen sus cuevas, y
los pájaros en el cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde
recostar su cabeza.”
59 Entonces le dijo a alguien más: “Sé mi seguidor.”
Pero el hombre respondió: “Primero déjame ir y enterrar a mi padre.”
60 Y [Jesús] le dijo: “¡Dejen que los muertos
entierren a sus muertos! Tú, sal y predica el Reino de Dios.”
61 Entonces aún otro dijo: “Yo te seguiré Señor. Pero
primero deja que me despida de los que están en mi casa.”
62 Y Jesús respondió: “Ningún hombre que pone sus
manos en un arado y mira hacia atrás, es muy apto para el Reino de Dios.”
1 Después de eso, el Señor nombró a otros setenta, a
quienes envió delante de él en pares (de dos en dos), a cada ciudad y lugar al
que él estaba a punto de dirigirse. 2 Y les dijo: “Hay una cosecha muy grande,
pero no hay suficientes trabajadores. Por tanto, rueguen al Amo de la cosecha
que envíe más trabajadores para que cosechen. 3 ¡Caminen! {¡Miren!} Los envío
como ovejas en medio de lobos.”
4 “No lleven bolsa de dinero, lonchera ni sandalias. Y
no [paren para] saludar a la gente en el camino. 5 Cuando entren en una casa
deben decir: ’Que esta casa tenga paz.’ 6 Y si un hijo de la paz se encuentra
allí, la paz de ustedes descansará sobre él; pero si no, esta volverá a
ustedes. 7 Por tanto, quédense en aquella casa y coman y beban las cosas que
ellos les provean, porque un trabajador merece su recompensa. No se muevan
continuamente de una casa a otra.”
8 “Cuando sea que entren en una ciudad y ellos los
reciban bien, coman lo cualquier cosa que pongan frente a ustedes. 9 Luego,
curen a los enfermos entre ellos y díganles: ‘El Reino de Dios está cerca.’ 10
Pero dondequiera que entren en una ciudad y ellos no les den la bienvenida,
vayan a sus calles principales y digan: 11 ‘Nos estamos sacudiendo el polvo que
se ha quedado en nuestros pies, en esta ciudad, y se lo devolvemos todo a
ustedes.’
“¡Recuerden esto: el Reino de Dios está cerca!”
13 “Aflicciones para ti Corazín, y aflicciones para ti
Betsaida, porque si los milagros que han sucedido en ustedes también hubiesen
ocurrido en Tiro y Sidón, ellos se hubiesen arrepentido y estarían sentados [y]
vestidos de luto y cenizas hace ya mucho tiempo. 14 Así pues, les será más
fácil a Tiro y a Sidón resistir el Juicio que a ustedes.”
15 “Y tú Capernaúm, ¿Serás elevada a los cielos?
[¡No!] ¡Ustedes irán abajo a su tumba!
16 “Quien sea que los escuche a ustedes, también me
escucha a mí, pero cualquiera que los ignora, también me ignora a mí… y
cualquiera que me ignora a mí, también ignora a Aquel, que me envió.”
17 Cuando los setenta que fueron enviados en pares
retornaron, con alegría dijeron: “Señor, hasta los demonios nos obedecían
cuando utilizábamos tu nombre.”
18 Entonces él les dijo: “Yo vi al Opositor cayendo
del firmamento como un rayo. 19 ¡Miren! Les he dado autoridad para que se paren
en serpientes y escorpiones, y sobre el poder del enemigo. Nada les causará
daño. 20 Sin embargo, no se alegren debido a que los espíritus malos les
obedecieron; alégrense porque sus nombres han sido inscritos en los cielos.”
21 Y en ese momento, el Aliento Santo [de Dios] hizo
que gritara de Júbilo: “Te honro públicamente Padre, Señor del cielo y la
tierra, porque tu escondiste estas cosas de los sabios y los entendidos, pero
Tú las has revelado a los que son como niños. Sí Padre; es por eso que
aprobaste este razonamiento claro.”
22 “Mi Padre me ha dado todo, y nadie sabe quién es el
Hijo, sino el Padre, o quién es el Padre sino el Hijo (y aquellos a quienes el
Hijo desea mostrárselo).”
23 Con esto, el regresó a sus discípulos y dijo
privadamente: “Los ojos que ven estas cosas que ustedes ven son benditos, 24
porque, les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver las cosas que
ustedes están viendo y no las vieron…y escuchar las cosas que ustedes están
escuchando, pero no las oyeron.
25 Entonces {¡Miren!} un hombre que conocía muy bien
la ley se levantó, y para probar [a Jesús], le preguntó: “Maestro, qué debo
hacer para heredar la vida en la era?”
26 De modo que [Jesús] respondió: “¿Qué es lo que está
escrito en la Ley? ¿Qué has leído?”
27 A continuación, el respondió: “Debes amar a Jehová
tu Dios con todo tu corazón, vida, fuerza, y mente, y a tu vecino como a ti
mismo.”
28 Y [Jesús] respondió: “Esa es la respuesta correcta.
Sigue haciendo eso y vivirás.”
29 Pero el hombre quería mostrar lo justo que era, y
por eso preguntó a Jesús: “Entonces, ¿quién es mi vecino?.”
30 Entonces Jesús dijo: “Un hombre estaba viajando de
Jerusalén a Jericó, cuando se encontró con unos ladrones. Ellos lo despojaron,
lo golpearon y lo dejaron por muerto. 31 Pero, por coincidencia, un sacerdote
estaba viajando por la misma ruta. Y cuando vio [al hombre golpeado], se pasó
al lado opuesto.
33 “Pero cuando un Samaritano se acercó y lo vio, le
dio lastima. 34Asi, se inclinó, y derramó aceite y vino en sus heridas y las
vendó. Entonces lo puso sobre su animal, lo condujo a una posada y lo cuidó. 35
Al día siguiente, tomó dos monedas de plata; se las dio al encargado y dijo:
‘Cuida de él y cuando regrese por este camino, te pagaré por todo lo que tu gastes
a más de esto.’
36 Ahora, ¿Cuál de los tres les parece se hizo prójimo
al hombre que asaltaron los ladrones?”
37 El [hombre joven] respondió: “Aquel que le mostró
misericordia.”
Entonces Jesús dijo: “Ve por tu camino y haz lo
mismo.”
38 Ahora, mientras estaban viajando, entraron en
cierta aldea, y allí había una mujer llamada Marta, quien lo recibió en su
casa. 39 Esta mujer tenía una hermana llamada María, quien se sentó a los pies
del Señor y se puso a escuchar lo que decía. 40 Pero Marta, estaba distraída,
porque estaba ocupada preparando [una comida]. De modo que ella vino a él, y
preguntó: “Señor, ¿no te molesta que mi hermana me haya dejado para que yo haga
sola todos los preparativos? Dile que me dé una mano.”
41 Pero el Señor respondió: “Marta, Marta, tu estas
preocupada y molesta por [ estar preparando] muchas cosas. Todo lo que
necesitamos son unas cuantas cosas, o quizás solo una. María escogió la parte
buena y no le será quitada.”
1 Ahora, él se encontraba en cierto lugar orando; y
cuando hubo terminado, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a
orar…tal como Juan enseñó a sus discípulos.”
2 Entonces dijo: “Cuando oren digan: Padre, que tu
Nombre sea hecho santo, y que tu Reino venga. 3 Danos el pan que necesitamos
para hoy, y perdónanos nuestros pecados, del mismo modo que nosotros perdonamos
a los que nos deben, y no nos lleves a la tentación.”
5 Entonces preguntó: “¿Cuál de ustedes tiene un amigo
a quien ustedes pueden ir a media noche y decirle: ‘Amigo, préstame tres lonjas
[de pan], 6 porque otro de mis amigos ha recorrido un largo camino y no tengo
con qué [alimentarlo]? 7 Porque el responderá desde adentro: ‘No me causes
molestias. La puerta ya está con seguro, y mis hijos están en la cama conmigo,
así es que no puedo levantarme para darte nada. ’’
8 Les digo que, aunque no se levantará a darle nada
por ser su amigo, sí se levantará y le dará las cosas que necesita, si [su
amigo] continúa molestándolo. 9 Por tanto, continúen pidiendo y se les dará,
sigan buscando y encontrarán. Sigan tocando y se les abrirá. 10 Porque, todo el
que pide recibe, y todo el que sigue buscando encontrará, y a todo el que toca
se le abrirá.
11 ¿Qué padre entre ustedes le dará a su hijo una
culebra, cuando este le pide un pescado? 12 O si pide un huevo, ¿le darían un
escorpión? 13 Ahora, si ustedes en su maldad, saben dar cosas buenas a sus
hijos, ¡cuánto más lo hará el Padre en el cielo. [El] dará su Aliento Santo a
todo el que se lo pide!”
14 En cierta ocasión Jesús expulsó un demonio que impedía
que un hombre hablara. Y cuando el demonio salió, el hombre habló, lo cual
asombró a las multitudes. 15 Pero algunos de ellos decían: “Este expulsa
demonios con la ayuda de Belcebú, el gobernante de los demonios.”
16 Entonces, otros trataron de tentarlo pidiéndole una
señal del cielo. 17 Sabiendo lo que se imaginaban, dijo: Todos los reinos que
están divididos son destruidos, y una casa que está [dividida] caerá. 18 Por
tanto, si el Opositor está dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su
reino?
Ahora ustedes dicen que yo expulso demonios, con el
poder de Belcebú, entonces, ¿a quién utilizan ustedes cuando los expulsan? Por
esta razón ellos los juzgarán. 20 Porque, si yo expulso demonios por el dedo de
Dios, el Reino de Dios los ha rebasado.
21 Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida su
mansión, todas sus cosas estarán seguras. 22 Pero si alguien más fuerte llega,
lo vence y le quita las armas en que confiaba, [los intrusos] luego se
dividirán todo el botín.
23 Ahora, cualquiera que no está conmigo está en mi
contra, y el que no viene a mi será esparcido.
24 Cuando un espíritu sucio sale de un hombre, viaja
por muchos lugares desérticos, buscando un sitio donde descansar. Y cuando no
encuentra ninguno, dice: ‘Volveré a la casa de donde me mudé.’ 25 Y cuando
encuentra [la casa] barrida, limpia y decorada, 26 entra y trae consigo otros
siete espíritu, que son más malos que él mismo. Entonces, después de entrar,
ellos continúan viviendo allí. De manera que el resultado final para este
hombre es peor que su condición inicial.’
27 Ahora bien, mientras decía estas cosas, una mujer
de entre la muchedumbre gritó: ‘¡Feliz sea el vientre que te cargó y los pechos
que mamaste!’
28 Pero él contestó: ¡No! ¡Felices son aquellos que escuchan
la Palabra de Dios y la obedecen!”
29 Y mientras una muchedumbre se empezaba a formar, el
dijo: “Esta es una generación inicua porque busca una señal. Sin embargo,
ninguna señal les será dada excepto la señal de Jonás. 30 Porque como Jonás
resultó ser una señal para la gente de Nínive, de la misma forma el Hijo del
Hombre será una señal para esta generación.
31 La Reina del Sur se levantará en el Juicio, junto
con los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los
confines de la tierra, para escuchar la Sabiduría de Salomón. Pero miren, algo
más que Salomón está aquí.
32 Los hombres de Nínive serán resucitados en el
Juicio, junto con esta generación y la condenarán, porque se arrepintieron ante
las cosas que Jonás predicó. Pero {¡Miren!} algo más que Jonás está aquí.
33 Nadie enciende una lámpara y entonces la esconde, o
la pone bajo una canasta. [Más bien] la pone en un pedestal, para que la gente
pueda ver por dónde va.34 La lámpara de nuestro cuerpo es el ojo, y cuando tu
ojo es simple, entonces todo tu cuerpo es brillante. Pero cuando [tu ojo] es
inicuo, todo tu cuerpo es oscuro. 35 Por lo tanto, cuiden que la luz dentro de
ustedes no [llegue a ser] oscuridad.
36 Porque, si todo tu cuerpo es brillante (sin tener
partes oscuras), será una lámpara brillante que ilumina tu camino.
37 Después que hubo dicho aquello, un fariseo le pidió
que comiera con él, de modo que fue y se reclinó a la mesa. 38 Pues bien, el
Fariseo estaba sorprendido al ver que no se lavó antes de cenar. 39 Pero el
Señor le dijo: “Ustedes fariseos gustan de lavar la parte externa de los platos
y las cucharas, pero por dentro están llenos de maldad y cosas robadas. 40
Gente irrazonable, Aquel que hizo el exterior, hizo el interior, ¿no es así? 41
Pero si ustedes dan regalos a los necesitados, entonces {¡miren!} todo lo que
poseen es limpio…no solamente lo que son por fuera.
41 Sin embargo, ay de ustedes fariseos, porque les
gusta los asientos delanteros en las sinagogas, y todos los saludos en los
mercados. 44 Si, ay de ustedes, porque son como tumbas escondidas, sobre las
cuales los hombres caminan sin querer.”
45 En respuesta, uno que había sido entrenado en la
Ley, dijo: “Maestro, al decir cosas como estas nos estás insultando.”
46 Entonces Jesús dijo: “Ay también de ustedes los que
han sido entrenados en la Ley, porque amontonan cargas sobre los hombres; tan
altas que no se pueden llevar; ¡pero ustedes mismos no las tocarían ni con uno
de sus dedos!
47 Ay de ustedes, porque construyen tumbas para los
profetas, ¡aunque fueron sus padres los que los asesinaron! 48 Ustedes
realmente son testigos [contra si mismos], porque aprueban lo que hicieron sus
ancestros, cuando asesinaron a los mismos profetas cuyas tumbas ustedes
construyen.
49 Es por esta razón que la Sabiduría de Dios dijo:
‘Les enviaré profetas y apóstoles, no obstante, ellos perseguirán a algunos y
asesinarán a otros, 50 para que toda la sangre de todos los profetas, que ha
sido derramada desde la fundación del mundo, sea puesta sobre esta generación- 51de
la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, quien fue asesinado entre el
altar y el [templo]. Sí, yo les digo: todo esto le será reclamado de esta
generación.
52 Ay de ustedes los que han sido entrenados en la
Ley, porque han recibido la llave del conocimiento, pero han fallado en entrar
[por la puerta]; ¡y después bloquean el camino a los que desean entrar!
53 Luego se fue de aquel lugar.
Y los escribas y fariseos se esforzaron mucho por
entramparlo, preguntándole constantemente acerca de cosas, 54 agazapándose y
tratando de atraparlo en algo que pudiera haber dicho.
1 Una muchedumbre se había reunido, y habían tantos
miles allí, que literalmente se pisaban entre sí. Entonces [Jesús advirtió a sus
discípulos]: “Cúidense de la levadura de los fariseos, la cual es hipocresía. 2
No hay nada escondido que no haya de ser revelado, y nada secreto que no llegue
a ser conocido. 3 Por tanto, las cosas que ustedes dicen en la oscuridad, serán
escuchadas en la luz; y lo que ustedes murmuran en los cuartos privados, será
predicado en las terrazas.
4Yo les digo esto, mis amigos, no se atemoricen de
aquellos que matan el cuerpo, pero no pueden hacer nada más que eso. 5 Déjenme
mostrarles a quién deben ustedes temer: Teman a Aquel, quien después de matar,
tiene autoridad para tirarlos en el botadero de la basura. Teman a Él!
Cualquiera que niegue conocerme ante los hombres, será también negado [por mí]
ante los mensajeros e Dios.
6 Cinco gorriones se venden por tan solo dos monedas
pequeñas, ¿no es así? Sin embargo, a los ojos de Dios, nunca se olvidan. 7
Porque, hasta los pelos de sus cabezas están contados. Así pues, no se
atemoricen; porque ustedes son más valiosos que muchos gorriones.
8 Yo les digo esto: Para todo el que admita ante los
hombres, que está en unión conmigo, El Hijo del Hombre también admitirá unidad
con este ante los mensajeros de Dios. 9 Pero, cualquiera que niegue conocerme
ante los hombres, será a su vez negado ante los mensajeros de Dios. 10 Es más,
todo aquel que habla una palabra contra el Hijo del Hombre será perdonado, pero
aquellos que blasfemen el Aliento Santo [de Dios]…estos no serán perdonados.
11 Cuando los lleven ante las sinagogas, o los
gobernantes oficiales o autoridades, no se preocupen en cuanto a qué han de
hacer; cómo defenderse, o qué dirán, 12 porque el Aliento Santo [de Dios] les
enseñará qué decir en aquel momento.”
13 Entonces, alguien entre la muchedumbre dijo:
“Maestro, di a mi hermano que comparta su herencia conmigo.”
14 Y [Jesús] preguntó: “Hombre, ¿quién me nombró juez
o árbitro en la causa entre ustedes dos?” 15 Entonces el dijo: “Mantengan sus
ojos abiertos y guárdense de la codicia, porque la vida no proviene de poseer
muchas cosas.”
16 Y les dio esta ilustración: “Los campos de cierto
hombre rico produjeron [una buena cosecha]. 17 así que empezó a pensar para sí
mismo, “¿qué haré, por cuanto no hay suficiente espacio ahora en la tienda para
mis cosechas? 18 Y él dijo: Haré esto: ‘Derribaré los graneros y construiré
unos más grandes. Allí es donde pondré todo mi trigo, y mis otras cosas buenas.
19 Entonces me diré a mi mismo: Tienes muchas cosas guardadas para muchos años.
De modo que ahora puedes descansar… come, bebe, y disfruta.
20 Pero Dios dijo, hombre tonto, esta noche, te van a
pedir tu vida; ¿a quién entonces pertenecerán todas estas cosas?
21 Esto es lo que le sucede a un hombre, que guarda
tesoros para sí mismo, pero falla en no ganar riquezas con Dios.”
22 Entonces les dijo a sus discípulos: Esta es la razón
por la cuales digo que no se preocupen por sus vidas… en cuanto a qué comerán,
o por sus cuerpos, en cuanto a qué se pondrán. 23 Porque, su vida vale más que
la comida, y su cuerpo es [más] valioso que la ropa. 24 Los cuervos no plantan
ninguna semilla, ni tampoco cosechan, y ellos no tienen graneros o silos de
almacenaje. Es así porque Dios los alimenta. Y… ¿cuánto más valiosos son
ustedes que simples pájaros?
25 ¿Quién puede añadir una pizca a la duración de su
vida mediante preocuparse? 26 Así, si [el preocuparse] no puede arreglar cosas
pequeñas, entonces por qué preocuparse por nada más?
27 Fíjense en cómo las lilas crecen. Ellas no trabajan
o hacen ropa, pero yo les digo que ni siquiera Salomón en su gloria, fue vestido
[tan bien como] una de estas. 28 Por tanto, si Dios viste tan bien a la
vegetación que hoy está aquí y es echada al horno al día siguiente, ¡cuánto más
los vestirá él a ustedes de fe pequeña!
29 De modo que dejen de buscar qué comer o qué beber,
y no se preocupen en cuanto a qué harán, 30 porque estas cosas son las que las
naciones persiguen. Porque su Padre sabe que ustedes necesitan estas cosas. 31
Por tanto, continúen buscando su Reino y ustedes recibirán el resto.
31 No se atemoricen, rebaño pequeño, porque su Padre
ha accedido darles el Reino. 33 Así, vendan todas las cosas que poseen, y
dénselas a los que las necesitan. Háganse maletas que no se gastan… tesoros en
el cielo que nunca fallan, donde no hay ladrones o moho que los consuman. 34 Porque,
donde están sus tesoros, allí es donde estarán sus corazones también.
35 Por tanto, ¡pónganse su ropa de trabajo, enciendan
sus lámparas 36 y actúen como hombres que esperan el retorno de su amo para su
casamiento!; [y] así, cuando el llegue y toque, puedan abrir [las puertas]
enseguida. 37 Porque aquellos esclavos a quienes se encuentre vigilando cuando
su amo llegue, serán bendecidos. 39 Noten esto: Si el amo de la casa, hubiera
sabido cuándo el ladrón iba a llegar, hubiese estado vigilando y no hubiese
permitido que su casa fuera violada. 40 Ustedes también, ¡manténganse listos!
Porque el Hijo del Hombre vendrá a una hora que ustedes consideren poco
probable.”
40 Entonces Pedro preguntó: “Señor, ¿Estás dando esta
ilustración solo para nosotros, o para todos?”
42 Y el Señor dijo: “¿Quién realmente es el fiel
mayordomo de la casa, el sabio a quien su amo puso sobre sus amigos fieles,
para proveer toda su comida en el tiempo apropiado? 43 Este esclavo es bendito
si se lo encuentra haciendo esto, ¡cuando su amo llegue! 44 Les digo la verdad;
¡él lo pondrá a cargo de todo lo que él posee! 45 Pero si este esclavo alguna
vez dijera en su corazón: ‘Mi amo ha demorado su retorno’, y comenzara a
golpear a los sirvientes, machos y hembras; [y] entonces hace fiestas, bebe y
se emborracha, 46 el amo de este esclavo llegará en un día y una hora en que no
se lo espera, y lo azotará y lo enviará con los infieles.
47 El esclavo que sabe lo que su amo espera, y no
prepara la comida que este quiere, será azotado con un látigo muchas veces. 48
Pero aquellos que no entienden, y hacen cosas por las cuales merecen ser
azoados, estos será azotados con pocos [golpes]. Porque, de aquellos a quienes
se ha puesto a cargo de mucho, se les exigirá también mucho.
49 Yo vine a comenzar un fuego en la tierra, de modo
que, ¿qué más puedo esperar sino que ya se haya encendido? 50Yo tengo un
bautismo que debo aguantar, y yo estoy siendo presionado hasta el momento en
que se complete.
51 ¿Pensaron ustedes que vine a traer paz a la tierra?
¡Yo les digo que no!
Más bien, ¡he venido a traer división! 52 Porque de
hoy en adelante habrán cinco en una casa, que estarán divididos contra [otros]
dos, y dos contra tres. 53 Un padre estará dividido contra su hijo, y un hijo
[estará] contra su padre; una madre [estará] contra su hija, y una hija contra
su madre; suegra contra nuera, y nuera contra suegra.”
54 Entonces dijo a la muchedumbre: “Cuando ustedes ven
una nube subiendo en el oeste, dicen que una tormenta se aproxima… y eso mismo
sucede. 55 Entonces, cuando el viento sopla desde el sur, ustedes dicen que
habrá una ola de calor… y sucede. 56 ¡Hipócritas! Ustedes saben leer la tierra
y el cielo, entonces… ¿por qué no pueden también leer los tiempos?
57 También, ¿porque no juzgan lo que es justo por ustedes
mismos? 8 Por ejemplo, cuando llevan un caso ante un gobernante, traten de
resolverlo mientras están en camino, ¿quién entonces los entregará al
comisario, y quién entonces los meterá en la cárcel? 59 Yo les digo, ustedes no
saldrán, a menos que hayan pagado hasta el último centavo.”
1 Para ese tiempo, algunos que allí estaban le
relataron acerca de ciertos galileos cuya sangre Pilatos había mezclado con los
sacrificios de ellos [mismos]. 2 Entonces Jesús preguntó: “¿Creen ustedes que
aquellos galileos eran peores pecadores que todos los otros galileos,
[solamente] porque sufrieron estas cosas? 3 ¡No! Yo les digo que si no se
arrepienten, todos ustedes también serán destruidos. 4 O aquellos dieciocho
sobre quienes cayó la torre de Siloam y los mató, ¿creen ustedes que estos eran
peores pecadores que el resto de gente que vive en Jerusalén? 5 ¡No! Yo les
digo que, si ustedes no se arrepienten, todos ustedes serán destruidos de la
misma manera.
6 Un hombre tenía un árbol de higo en su viñedo; y
cuando vino a este en busca de fruto, no pudo encontrar ninguno. 7 Entonces
dijo a la persona que cuidaba el viñedo: ‘Por tres años he venido en busca de
fruto de este árbol, y todavía no he encontrado ninguno, por tanto, ¡córtenlo!
¿Por qué razón ha de ocupar tanto espacio?’
8 Sin embargo, [el cuidador del viñedo] respondió:
‘Amo, déjalo por solamente un año más, para que lo cultive y le ponga
fertilizante. 9 Entonces, si produce fruto en el futuro… pero si no, debes
cortarlo.’
9 Ahora bien, él estaba enseñando en una de las
sinagogas en Sábado, 11donde {¡miren!} había una mujer que había estado muy
débil por dieciocho años. Ella estaba doblada y no podía enderezarse. 12 Y
cuando Jesús vio esto, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer, has sido librada de esta
en debilidad.” 13 Entonces puso sus manos sobre ella y esta se enderezó al
instante y empezó a glorificar a Dios.
14 Pero el presidente de la sinagoga se resintió por
esto, porque Jesús hizo esta curación en sábado. De modo que dijo a la
muchedumbre: Hay seis días, [que es cuando] el trabajo se debe hacer. Vengan y
sean curados durante esos días, no en el sábado.
15 Sin embargo, el Señor respondió: “Hipócritas, ¿no
sacan ustedes a sus bueyes o asnos de sus establos y los conducen para que
beban, en sábado? 16 Porque esta es una hija de Abraham, y el Opositor la ha
mantenido atada {¡miren!} ¡Por unos dieciocho años! ¿No era apropiado para ella
el haber sido desatada de este tipo de amarre en sábado?”
17 Pues, después que hubo dicho esto, todos los que se
le oponían se avergonzaron, mientras la muchedumbre empezó a regocijarse sobre
las cosa gloriosas que hizo.
18 Entonces dijo a continuación: “¿Cómo será el Reino
de Dios? ¿A qué se puede comparar? 19 Es como una semilla de mostaza, que un
hombre plantó en su jardín, la cual creció hasta parecerse a un árbol, donde
los pájaros del cielo anidaban en sus ramas.”
20 Y de nuevo, dijo: “¿A qué debo comparar el Reino de
Dios? 21 Es como levadura que una mujer escondió dentro de tres grandes medidas
de harina, hasta que la masa subió y toda ella estaba llena de levadura.”
22 Pues, él viajó de ciudad en ciudad y de aldea en
aldea, enseñando, mientras continuaba su camino a Jerusalén.
23 Entonces alguien preguntó: “¿Señor, se salvarán
solo unos pocos?”
24 Y él les dijo: “Luchen para entrar por la puerta
angosta, porque yo les digo que muchos tratarán de entrar, pero, simplemente no
tendrán la fuerza suficiente. 25 Después que el Amo de la casa se levante y
asegure la puerta, si aún están parados afuera, golpeando y gritando: ‘Señor
ábrenos’, él dirá, ‘Yo no sé de dónde eres.’
26 Entonces ustedes dirán: ‘Pero si comimos y bebimos
contigo, y nos enseñaste todas las calles principales.’
27 ‘Pero el responderá, yo no sé de dónde son. Váyanse
de mí ustedes obradores de injusticia!
28 Aquí es donde serán el llanto y el sonar de los
dientes: cuando vean a Abraham, Isaac, Jacob, y todos los profetas en el Reino
de Dios, pero ustedes sean arrojados afuera. 29 Ellos vendrán desde el este,
oeste, norte, y del sur, y ser reclinarán a la mesa en el Reino de Dios. 30
{¡Miren!} Sin embargo, aquellos que son los últimos, serán los primeros, y
aquellos que son los primeros, serán los últimos.”
31 En esa misma hora, algunos fariseos vinieron y le
dijeron: “Mejor será que te vayas, porque Herodes quiere matarte.”
33 Pero él respondió: “Vayan y díganle a ese zorro
{¡Miren!} estoy expulsando demonios y curando hoy y mañana, y que terminaré en
el día siguiente, porque no está permitido destruir un profeta fuera de
Jerusalén.
34 Oh Jerusalén, Jerusalén, asesina de profetas, y
apedreadora de aquellos a quienes se envió a ti; ¡Cuántas veces quise reunir a
tus hijos, tal como la gallina reúne a sus politos bajo sus alas…pero eso no es
lo que tu quisiste. 35 ¡Miren! Tu casa te ha sido arrebatada! Y yo te digo que
definitivamente no me verás nuevamente, hasta que digas, ¡Alabado sea el que
come en el nombre de Jehová!”
1 En cierta ocasión cuando [Jesús] asistió a una
comida en la casa de uno de los gobernantes de los fariseos, en un sábado… y
todos lo examinaban muy de cerca; 2 entonces, {¡miren!} un hombre que tenía
hidropesía vino hacia él. 3 De modo que Jesús le preguntó a los estudiados en
la Ley (y a los fariseos): “¿Es legal curar en un sábado o no? 4 Pero ellos no
querían responder.
Por tanto se encargó del hombre, lo curó, y lo
despachó. 5 Después de esto preguntó: “Si tu hijo o tu toro llegan a caer en un
pozo durante un sábado, ¿quién de ustedes no lo sacaría inmediatamente?
6 Y no les fue posible responderle.
7 Luego, después de notar cómo los invitados escogían
los mejores lugares a la mesa, les dio esta ilustración: 8 “Cuando alguien los
invite a un banquete de bodas, no se reclinen en los lugares más prominentes.
Porque, si alguien más ilustre que ustedes ha sido invitado, 9 el anfitrión
entonces vendrá y les dirá: ‘Deja que ese hombre se siente en ese puesto.’ 10
Así, cuando ustedes estén invitados, vayan y reclínense en el último lugar. Y
cuando el hombre que los invitó llegue dirá: ‘Amigo, escoge un mejor asiento’.
Entonces serás honrado ante todos los invitados. 11 Así, cualquiera que se
promueve a sí mismo será humillado, y aquellos que son humildes serán
ensalzados.
12 Entonces el dijo al hombre que lo había invitado:
“Cuando ofreces una cena o una merienda, no llames a tus amigos o tus hermanos,
o tus parientes y vecinos ricos, porque ellos te pagarán si te invitan de
vuelta. 13 Pero, cuando sea que des un banquete, invita a los pobres y a los
lisiados, lo mismo que a los cojos y a los ciegos. 14 Entonces serás bendecido,
porque ellos no tienen nada con qué pagarte, y a ti se te pagará en la
resurrección de los justos.
15 Pues, cuando uno de los invitados escuchó esto dijo
a [Jesús]: “Aquellos que comen pan en el Reino de Dios son benditos.”
16 Y [Jesús] respondió: “Hubo una vez un hombre que
preparó una gran merienda, e invitó a muchos a comérsela. 17 De modo que envió
a su esclavo afuera - cuando la merienda estuvo lista- a avisar a aquellos que
estaban invitados: “¡Vengan, porque todo está listo ya!” 18 Pero, entonces
todos empezaron a excusarse. El primero dijo: “Tengo que ir a cuidar el campo
que compré. Por favor excúsame.” 19 Otro dijo: “Acabo de comprar cinco pares de
bueyes, y debo ir a examinarlos. Por favor excúsame.” 20 Aún otro dijo: “Acabo
de casarme, y por eso no puedo ir ahora.”
21 Pues bien, cuando el esclavo regresó y reportó
estas cosas a su amo, el amo de la casa se enojó muchísimo, y le dijo a su
esclavo: “Ve, rápidamente, a las calles principales de la ciudad y sus
alrededores, y trae a los pobres y los lisiados, lo mismo que a los ciegos y
los lisiados.”
22 Y luego, el esclavo dijo a su amo: “He hecho todo
lo que ordenaste, pero todavía hay mucho espacio.”
23 De modo que el amo le dijo: “¡Ve a los caminos y a
los patios, y haz que vengan para que mi casa esté llena! 24 Yo te digo que
ninguno de aquellos a quienes invité van a probar mi merienda.”
25 Ahora bien, había una gran muchedumbre viajando con
él. De modo que él se volvió y les dijo: 26 “A menos que a los que vienen a mí,
no les importen sus padres, madres, esposas, hijos, hermanos y hermanas - sí,
hasta sus propias vidas- no pueden llegar a ser mis discípulos, 27 tampoco
pueden serlo aquellos que no me siguen. Deben [también] llevar sus postes de
empalamiento.
28 “¿Quién de ustedes que quiere construir una torre,
no se sienta y calcula los costos, para poder tener lo suficiente para terminar
el trabajo? 29 Porque puede ser que solamente ponga las bases, y entonces no
pueda completarlo; entonces quien lo vea se burlará de él, 30 diciendo: ‘Este
hombre empezó el trabajo, pero simplemente no pudo completarlo.’
31 O, ¿qué rey, cuando está marchando a la guerra
contra otro, no se sienta primero y pregunta a sus consejeros, si sus diez mil
tropas pueden vencer a aquel que viene con veinte mil? 32 Y si no puede hacer
eso, cuando [su enemigo] todavía está lejos, manda embajadores para procurar la
paz.
33 Así que, ¡denlo por seguro! Nadie que se niega a
abandonar todo lo que posee, puede [calificar] para ser mi discípulo.
34 La sal es buena; pero si la sal pierde su sabor,
¿qué valor tendrá como sazonador? 35 No será buena ni para tierra ni abono, de
modo que la gente la tirará. ¡Que el que tenga oídos escuche!”
1 Pues bien, todos los recaudadores de impuestos y
pecadores continuaban viniendo a [Jesús] para escucharle. 2 Como resultado, los
fariseos y los escribas murmuraban: “Este hombre da la bienvenida a pecadores y
come con ellos.”
3 De modo que les dio esta ilustración: 4: Quién de
ustedes, teniendo cien ovejas, y llega a perder solamente una, dejaría a las
noventa y nueve en el campo abierto, para buscar a la perdida hasta que la
encuentra? 5 Y cuando la encuentra, la levanta y la lleva en su hombro y se
regocija. 6 Entonces cuando llega a casa, llama a todos sus amigos y vecinos y
dice: ‘Alégrense junto a mí, porque he encontrado a mi oveja, la que se había
perdido.’
7 Por eso yo les digo, que hay más alegría en el
cielo, por tan solo un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve
justos, que no tienen necesidad de arrepentirse.
8 O cuando una mujer con diez monedas de plata, se da
cuenta que ha perdido una. Ella enciende una lámpara, y cuidadosamente barre
toda la casa… [y la] busca hasta encontrarla. 9 Y cuando la encuentra, llama a
todos sus amigos y vecinos, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque he
encontrado la moneda de plata que había perdido.’
10 De modo que yo les digo que hay alegría entre los
mensajeros de Dios, por cada pecador que se arrepiente.”
11 Entonces dijo: “Había un hombre que tenía dos
hijos. 12 El más joven de los dos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la porción
que me corresponde como herencia.’ Por tanto, él dividió lo que tenía con él.
13 Y no muchos días después que hubo recaudado lo suyo, se fue a un país muy
lejano, y allí despilfarró todo lo que tenía.
14 Pues bien, después que hubo gastado [toda su
plata], una hambruna vino al país, y su situación se volvió desesperada. 15 Por
tanto, se fue a trabajar para un ciudadano de aquel país, quien lo envió a sus
campos a cuidar cerdos. 16 [Y] ‘el hasta quería comerse las vainas de
algarrobo, con que alimentaba a aquellos cerdos, porque nadie le quería dar
nada.
17 Entonces, finalmente recobró el sentido, y se
preguntó: ‘¡Cuántos de los asalariados de mi padre tienen suficiente pan,
mientras aquí estoy yo casi muriéndome por la hambruna! 18 Me levantaré e iré
donde mi padre y le diré: Padre he pecado contra el cielo y contra ti. 19 No
soy ya más digno de ser llamado tu hijo, así es que hazme uno de tus
asalariados.
20 Entonces se levantó y regresó a su padre.
Pero mientras todavía estaba lejos, su padre lo vio y
sintió piedad [por él]. Entonces corrió y se abrazó a su cuello, y lo besó
tiernamente. 21 Y el hijo dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti,
No soy ya más digno de ser llamado hijo tuyo, así es que hazme uno de tus
asalariados.
22 Pero el padre dijo a sus esclavos, ¡Rápido! Traigan
una vestidura y póngansela… a este, ¡que bendito es! Y pongan un anillo en su
mano y sandalias en sus pies. 23 Entonces traigan un ternero alimentado con trigo
y mátenlo, ¡para que comamos y nos alegremos juntos! 24 ¡Porque mi hijo que
estaba muerto vive otra vez… el que estaba perdido ha sido encontrado!
Entonces empezaron a celebrar.
25 Ahora bien, el hijo mayor estaba fuera en los
campos, y estaba regresando y escuchó [los sonidos] de una banda y [gente]
bailando. 26 Así es que llamó a uno de los sirvientes y le preguntó: ¿Qué es lo
que está pasando?
27 Y él contestó: ‘Tu hermano ha regresado, y tu padre
mató un ternero alimentado con trigo, porque retornó con salud.’
28 Entonces el hijo se molestó y se negó a entrar.
Finalmente el padre salió a rogarle. 29 Pero él dijo a su padre: ‘Te he servido
como esclavo todos estos años, y ni una sola vez he roto tus reglas. Sin
embargo, tú nunca me diste nada más que una cabra joven, para que la disfrute
con mis amigos. 30 Y ahora, tan pronto llega tu hijo, quien se gastó todo lo
que tenía en prostitutas, ¡matas un ternero alimentado con trigo para él!
31 Pero [el padre] dijo: ‘Hijo, tu siempre has estado
conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. 32 Pero, teníamos que celebrar y
alegrarnos, porque tu hermano que estaba muerto, ¡ha vuelto a la vida! ¡{El
que] perdido ahora lo hemos encontrado!
1
Entonces [Jesús} dijo a sus discípulos: Había un hombre rico, que tenía un
mayordomo, a quien habían acusado falsamente de mal manejo de sus cosas. 2 De
modo que, [el hombre rico] lo llamó y preguntó: ‘¿qué son estas cosas que estoy
oyendo acerca de ti? Entrega tus cosas, ¡tú ya no
eres el mayordomo [de mi] casa!
3 Entonces el [hombre] pensó para sí mismo: ‘Ahora,
¿qué he de hacer, dado que mi amo me está quitando mi posición? No tengo
fuerzas para excavar, y me da mucha vergüenza pedir. 4 Yo sé lo que voy a hacer
cuando pierda mi trabajo…¡haré algo que haga que la gente me dé la bienvenida
en sus casas!
5 Por tanto, llamó a todos los que le debían a su amo,
y entonces preguntó al primero: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’
6 El respondió: ‘Novecientos galones de aceite de
oliva.’
Entonces le dijo: ‘Aquí, toma tu contrato; siéntate y,
rápidamente escribe cuatrocientos cincuenta.’
7 El también preguntó al siguiente: ‘¿Y cuánto debes
tú?
Y respondió: ‘Treinta y seis mil cuartos de trigo.’
Entonces le dijo: ‘Toma tu contrato; escribe
veintinueve mil.’
8 Pues bien, aunque era injusto, su amo lo alabó,
porque actuó con buen sentido. Como ven, los hijos de esta era tienen más
sentido, cuando se trata de asuntos de esta generación, que los hijos de la
luz. 9 Así, les digo a todos ustedes que se hagan amigos para sí mismo con las
riquezas injustas [de este mundo], para que cuando todo lo demás falle, ellos
te den la bienvenida en sus tiendas a través de las edades.
10 ‘Aquel que es fiel en las cosas pequeñas, lo es
también en lo mucho, mientras que quien es injusto en las cosas pequeñas, lo es
también en lo mucho. 11 así, si ustedes no han probado ser fieles con las
riquezas injustas [de este mundo], ¿quién les confiará a lo que es verdadero?
12 Y si ustedes no han probado ser fieles con cosas que pertenecen a otros,
¿cuál de nosotros les dará lo que es nuestro?
13 Ningún sirviente de la casa puede servir como
esclavo a dos amos; porque no le va a gustar uno y amará al otro, o se apegará
a este y despreciará a aquel. Así mismo, ustedes no pueden servir como esclavos
a Dios y a la riqueza.’
14 ahora, los fariseos (a quienes les encantaba la
plata) estaban escuchando estas cosas y buscaban alguna forma de discutir. 15
Por eso él les dijo: ‘ustedes son los que afirman ser justos ante los hombres,
pero Dios sabe [lo que está] en sus corazones. Cosas que son importantes a los
hombres, son repugnantes a los ojos de Dios.
16 Hasta Juan estaban la Ley y los Profetas. Pero
desde entonces, el Reino de Dios son buenas noticias, y todos están tratando de
entrar. 17 Pero es más fácil que el cielo y la tierra se acaben, a que un
pedazo de una letra de la Ley, quede sin cumplirse. 18 Así, aquel que se
divorcie de su esposa, y se case con otra, comete adulterio.
19 Había un hombre rico que se vestía en púrpura y
lino, y que [además] se deleitaba en lujos cada día. 20 Y había [también] un
hombre pobre llamado Lázaro que solía sentarse en su puerta. El estaba cubierto
de llagas, 21 y quería comer las cosas que se caían de la mesa del hombre rico,
y los perros venían a lamerle todas su heridas.
22 ‘Con el tiempo, el hombre pobre murió, y los
mensajeros de Dios se lo llevaron, a la posición favorecida de Abraham. Entones
el hombre rico murió y fue sepultado. 23 Y de su tumba alzó los ojos, y fue
atormentado porque vio a Abraham a la distancia, y a Lázaro acostado junto a
él. 24 Por tanto, [el hombre rico] exclamó y dijo: ‘Padre Abraham, ten
misericordia e mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua,
y enfríe mi lengua, Porque estoy en dolor entre estas llamas.’
25 Pero Abraham replicó: ‘Hijo, recuerda que tú
recibiste todas las cosas buenas durante tu vida, pero Lázaro [recibió
únicamente] cosas malas. Ahora el está siendo confortado aquí, mientras tú
estás allá, en un [gran] dolor. 26 También, un abismo ha sido colocado entre
los dos, para que aquellos que están aquí y quien ir allá, no puedan. Ni
tampoco pueden cruzar de allá a donde nosotros.
27 Así, él dijo: ‘Entonces, te pido por favor padre,
que lo mandes a la casa de mi padre, 28 porque todavía tengo cinco hermanos.
Que dé un testimonio cabal a estos, para que no terminen en este lugar de
tormento.
29 Pero Abraham dijo: ‘Ellos tiene a Moisés y los
profetas. [Tus hermanos] deben obedecerle s ellos.’
30 Entonces él dijo: ‘No por supuesto, padre Abraham;
porque si alguien es levantado de entre los muertos se arrepentirán.
31 Pero respondió: ‘Si no quieren escuchar Moisés ni a
los Profetas, tampoco serán persuadidos si viene alguien levantado de entre los
muertos.’
1 Entonces les dijo a sus discípulos: “Es inevitable
que se pongan trampas. Sin embargo, ay de aquellos que las ponen! 2 Hubiera
sido mejor que una piedra de molino hubiese sido colgada en su cuello, y haber
sido arrojado al mar, que haber hecho tropezar a uno de estos pequeños. 3 Así
es que, presten atención a sí mismos.
Si alguna vez tu hermano comete un pecado [contra ti],
ve donde él y discútelo, entonces, si se arrepiente, perdónalo. 4 Y aún si
pecara siete veces cada día; si regresa y dice: ‘Estoy arrepentido’, debes
perdonarlo.
5 Ante esto los Apóstoles dijeron al Señor: “Danos más
fe.”
6 Y el Señor contestó: “Si tuvieran una fe del tamaño
de una semilla de mostaza, podrían decir a este moral, sal de la tierra y
plántate en el mar [y este] les obedecería.
7 ¿Quién de ustedes tiene un esclavo, quién después de
arar y atender el rebaño, le dirí al regresar [este]: ‘Ven enseguida y
reclínate a la mesa’? 8 Es más seguro que ustedes le dirían: ‘Prepara mi
merienda, luego, ponte un delantal y sírveme, hasta que haya terminado de comer
y beber, entonces puedes buscarte algo de comer y beber [para ti].’
9 Ustedes no se sentirían agradecidos al esclavo por
haber hecho las cosas que le estaban asignadas, ¿o sí? 10 Así mismo ustedes,
después de haber hecho lo que se les ha asignado digan: ‘Solo somos esclavos
inservibles. Hemos hecho únicamente lo que teníamos que hacer.”
11 Pues bien, mientras [Jesús] estaba en camino a
Jerusalén, viajó a través de las inmediaciones de Samaria y luego Galilea. 12
Y, mientras entraba a cierta aldea, diez hombres con lepra se pusieron de pie a
cierta distancia. 13 y gritaron: “¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de
nosotros!”’
14 Y cuando Jesús los vio, dijo: “Vayan y preséntense
a los sacerdotes.”
Entonces, mientras iban, fueron limpiados. 15 Sin
embargo, uno de ellos, al darse cuenta que había sido curado, regresó
glorificando a Dios en voz alta. 16 Entonces, cayó sobre su cara, [ante] los
pies de [Jesús], agradeciéndole. (Este era un samaritano.)
17 De modo que Jesús preguntó: “¿No fueron diez los
[hombres] que fueron limpiados? Pues, ¿dónde están los otros nueve? 18 ¿Fue
este hombre de otra raza el único que regresó, a glorificar a Dios?” 19
Entonces le dijo: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado.”
20 Entonces, los fariseos le preguntaron a [Jesús]
cuando el Reino de Dios habría de venir. Y él respondió: “La venida del Reino
de Dios, no será fácilmente observada. 21 La gente no estará diciendo ¡mira!
Esta aquí o allá, pero fíjense, ¡el Reino de Dios está en medio de ustedes!”
22 Entonces dijo a sus discípulos: “Viene el tiempo
que ustedes desearían poder ver, solo uno de esos días del Hijo del Hombre,
pero no podrán verlo. 23 La gente dirá, miren acá, vean hacia allá. Sin
embargo, no los sigan, 24 porque el Hijo del Hombre será como un rayo, que
resplandece de una parte del cielo a la otra. 25 Pero [primero] debe sufrir
muchas cosas, y ser rechazado por esta generación.
26 Porque, de la misma manera que ocurrió en los días
de Noé, es como será en los días del Hijo del Hombre. 27 Ellos estaban
comiendo, bebiendo, casándose y siendo desposados, hasta el día en que Noé
entró en el arca, y el diluvio vino, trayendo destrucción a todos. 28 Y es
igual a lo que pasó en los días de Lot. Ellos estaban comiendo, bebiendo,
comprando, vendiendo, plantando y construyendo, 29 hasta el día en que Lot [se
fue de] Sodoma. Entonces fuego y azufre llovieron desde el cielo, trayendo
destrucción a todos. 30 Así es como será el día en que el Hijo del Hombre es
revelado.
31 “En aquel día, el hombre que esté en su terraza no
debe bajar a su casa, para recoger sus posesiones. Y el hombre que está en el
campo no debe regresar por las cosas que dejó atrás. 32 Porque, recuerden [lo
que le pasó] a la esposa de Lot.
33 Aquellos que salven sus vidas las perderán, pero
aquellos que la entreguen volverán a vivir. 34 Yo les digo, que en aquella
misma noche, dos estarán en la cama: uno [de ellos] será tomado y el otro
abandonado. 35 Dos estarán moliendo en un solo molino: uno [de ellos] será
tomado y el otro abandonado.” 36—
37 Por tanto le preguntaron: “¿Dónde sucederá esto
Señor?”
Y él respondió: “Los buitres se reunirán junto al
cadáver.”
1 Entonces les dio una ilustración para mostrar por
qué debían continuar orando y no rendirse. 2 Él dijo: “Había un juez en una
ciudad, que no temía a Dios, y no se avergonzaba por causa de los hombres.3
Pero una viuda en aquella ciudad continuaba viniendo a él y le decía: ‘Quiero
justicia de parte de la persona a quien he demandado en la corte.’
4 Pues bien, al principio él no hizo nada en absoluto,
pero después empezó a pensar: ‘Aunque no tengo temor a Dios, ni [me importa lo
que diga] ningún hombre, 5 debido a que esta viuda sigue viniendo a mí a darme
más trabajo, me aseguraré de que se le haga justicia, para que no me moleste
hasta la muerte.’”
6 Entonces el Señor concluyó: “¡[Fíjense] en lo que el
juez injusto dijo! 7¿Siendo Dios paciente [como es], ¿no les hará justicia a
sus elegidos que lo llaman día y noche? 8 Yo les digo, ¡Él les hará justicia
con prontitud! Sin embargo, cuando el Hijo del Hombre llegue, ¿encontrará fe en
la tierra?”
9 Entonces les dio esta ilustración a algunos que eran
ensimismados, y que creían que ellos eran muy justos y que todos los demás no
eran nada: 10 “Dos hombres fueron al Templo a orar; un fariseo y un recaudador
de impuestos.
11 El fariseo se puso de pie y empezó a decir acerca
de sí mismo: ‘Oh Dios, te agradezco, porque soy un hombre distinto a los demás,
los cuales son ladrones, injustos y adúlteros…o como ese recaudador. 12 Yo
ayuno dos veces cada semana, y contribuyo un décimo de todo lo que recibo.’
13 Pero el recaudador (quién estaba parado a alguna
distancia), no era capaz de dirigir sus ojos hacia el cielo. Y continuaba
golpeándose al decir: ‘Oh Dios, no te enojes conmigo [porque soy] pecador.’
Yo les digo, este hombre volvió a su casa más justo,
porque aquellos que se ensalzan serán humillados, pero aquellos que se humillan
serán ensalzados.”
15 Ahora bien, la gente empezó a traerle a los niñitos
para que Jesús los tocase. Pero cuando los discípulos lo vieron, los
reprendieron. 16 Sin embargo, Jesús llamó [a los niños] y dijo: “Dejen que los
niños vengan a mí. ¡No traten de detenerlos! Porque el Reino de Dios es para
gente como ellos. 17 Yo les digo la verdad, cualquiera que no recibe el Reino
de Dios como un niñito, no entrará en él del todo.”
18 Entonces cierto gobernante le preguntó: “Buen
maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida en la era [que viene]?”
19 Y Jesús respondió: ¿Por qué me llaman bueno? Nadie
es bueno excepto Uno…Dios. 20 Ustedes saben los mandamientos: ‘No cometan
adulterio, no asesinen, no roben, no den falso testimonio, honren a su padre y
a su madre.’
21 Entonces [el gobernante] dijo: “he guardado estas
[cosas] desde que era joven.”
22 Ante eso, Jesús dijo: “Pero todavía hay una cosa
que te falta. Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoros
en el cielo. Entonces, ven y se mi seguidor.”
23 Ante esto, cuando lo escuchó, [el gobernante] se
puso muy triste, porque era sumamente rico.
24 Así, Jesús lo miró y le dijo: “¡Cuán difícil será
para aquellos que tienen dinero, encontrar el camino al Reino de Dios! De
hecho, sería más difícil para un camello pasar a través del ojo de una aguja,
que para un hombre rico entrar en el Reino de Dios.”
26Entonces aquellos que lo escucharon preguntaron:
“Entonces, ¿quién puede salvarse?”
27 Y él respondió: “Cosas imposibles para los hombres,
son posibles para Dios.”
28 Pero Pedro dijo: “Mira, hemos dejado todo y te
hemos seguido.”
29 Y Jesús les dijo: “Yo les dio la verdad; nadie ha
dejado una casa, o una esposa, o hermanos, o padres o hijos, por causa del
Reino de Dios, 30 que no reciba muchas veces más en este tiempo, y vida en la
era que viene.”
31 Entonces llevó aparte a los doce y les dijo:
“Miren, vamos a Jerusalén y todo lo que los profetas escribieron acerca del
Hijo del Hombre se cumplirá ahora mismo. 32 Él será entregado a las naciones y
se burlarán de él; será tratado de manera vergonzosa y se le escupirá. 33 Y
después de azotarlo con un látigo, lo asesinarán. Pero entonces, al tercer día,
será resucitado.”
34 Sin embargo, ellos [simplemente] no entendieron el
significado de ninguna de estas cosas, porque lo que decía estaba escondido de
ellos para que no pudieran entender.
35 Ahora, mientras se aproximaba a Jericó, había un
hombre ciego sentado a un lado del camino, mendigando. 36 Y mientras escuchaba
pasar la muchedumbre, preguntó qué sucedía. 37 Y ellos respondieron: “¡Jesús el
Nazareno está viniendo!”
38 Pues bien, ante eso gritó: “¡Jesús, Hijo de David,
ten misericordia de mi!
39 Y aquellos que caminaban adelante, le advirtieron
que se mantuviera callado. Pero el gritó aún más fuerte: “¡Hijo de David, ten
misericordia de mi!”
40 Entonces Jesús se detuvo ordenó que lo trajeran. Y
cuando llegó, [Jesús] preguntó: 41 “¿Qué quieres que haga por ti?”
El respondió: “Señor, ¡haz que vea otra vez!”
42 A continuación Jesús dijo: “Entonces, que veas otra
vez…porque tu fe te ha salvado.” 43 E instantáneamente su visión retornó y él
empezó a seguir a [Jesús], glorificando a Dios. La gente al ver estas cosas,
también alabó a Dios.
1 Después de eso, [Jesús] empezó a viajar a través de
Jericó. 2 Y {¡miren!} había allí un hombre rico llamado Zaqueo, quien era el
jefe de los recaudadores de impuestos, 3 y quería ver quién era este Jesús,
pero no podía hacerlo a causa de la muchedumbre, porque era corto de estatura.
4 De modo quecorrió y subió a un árbol de higo para verlo, porque por esa
dirección iba Jesús.
5 Ahora, cuando Jesús llegó a aquel sitio, miró hacia
arriba y dijo: “Zaqueo, apúrate y baja del árbol, porque hoy me quedo en tu
casa.”
6 Ante esto, él se apuró en bajar, muy feliz de
poderlo recibir como huésped. 7 Pero cuando [las muchedumbres] vieron esto,
todos empezaron a murmurar: “¡Va a pasar la noche en casa de un hombre que es
un pecador!”
8 Pero Zaqueo se incorporó y dijo al Señor: “Señor, yo
daré la mitad de mis pertenencias a los pobres; y cualquier cosa que haya
obtenido de alguien mediante extorsión y acusaciones falsas, lo repagaré cuatro
veces.”
9 Entonces Jesús dijo: “Hoy la salvación ha venido a
esta casa.” [Ustedes ven], él también es un hijo de Abraham. 10 Porque el hijo
del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido.”
Mientras escuchaban estas cosas, les dijo otra
ilustración, porque estaba acercándose a Jerusalén, y ellos pensaban que el
Reino de Dios estaba a punto de ocurrir, instantáneamente. 12 De modo que dijo:
“Cierto hombre, de noble nacimiento, viajó a un país muy lejano, para ser
nombrado rey, y luego regresó. 13 Entonces llamó a diez de sus esclavos, y les
dio a cada uno una moneda grande, de plata, y les dijo: “Negocien [con esto]
hasta mi regreso. 14 No obstante, [algunos] de sus súbditos lo odiaban, y
enviaron un grupo de embajadores a decir: “¡No queremos que él gobierne sobre
nosotros!”
15 Pues bien, cuando regresó después de haber sido
nombrado rey, convocó a sus esclavos para preguntarles a quién le habían dado
la plata, y cuánto habían ganado en la negociación. 16 entonces, el primer vino
y dijo: “Señor, tu moneda ha ganado diez monedas de plata.”
17 Así, él dijo: ‘¡Bien hecho buen esclavo! Y ya que
te has probado fiel en cosas pequeñas, te nombró sobre diez ciudades.’
18 Entonces el segundo [esclavo] vino y dijo: ‘Señor,
tu moneda ganó cinco monedas de plata.’
19 Entonces le dijo a este: ‘Tu estarás sobre cinco
ciudades.’
20 Pero otro vino y dijo: ‘Señor aquí está la moneda
de plata [que tú me diste]; yo la envolví en un pañuelo. Tuve miedo, porque tú
eres hombre rudo, que recoge lo que no ha sembrado, y cosecha donde no planta.’
22 Entonces el amo respondió: ‘Oh esclavo inicuo, [por
las palabras que salen] de tu boca, yo te juzgo. Ya que sabías que soy hombre
rudo, que recojo lo que no sembré y cosecho donde no planté. 23 Entonces, ¿por
qué no pusiste mi moneda en el banco, para que a mi regreso pudiese cobrar
interés?’
24 Ante esto dijo a aquellos que estaban parados junto
a él: ‘¡Tomen la moneda y dénsela al que tiene diez!
25 Entonces dijeron: ‘Pero, Señor, ¡él ya tiene diez
monedas!
26 ‘Yo les digo esto: a aquellos que tienen, más les
será dado; pero lo quetienen, les será quitado a aquellos que no tienen. 27
Ahora, tráiganme a mis enemigos, que no me quieren como rey, y degüéllenlos en
mi delante.’”
28 Así, después que hubo dicho estas cosas, se puso en
camino hacia Jerusalén. 29 Y cuando se acercó a Betfagué y Betania, [cerca de]
la colina llamada monte de los Olivos, envió adelante a dos de sus discípulos,
30 y les dijo: “Vayan a la aldea de enfrente, y cuando entren [en ella], van a
encontrar un burro joven amarrado que nunca ha sido montado. Desátenlo y
tráiganlo. 31 Y si alguien pregunta por qué lo están desatando, solo díganles
que el Señor lo necesita.”
32 [Y sucedió que] los que fueron enviados encontraron
las cosas justamente como él dijo. 33 Y mientras ellos desataban el burro, los dueños
preguntaron: “¿Por qué están desatando el burro?
34 Y ellos respondieron: “El Señor lo necesita.” 35
Entonces ellos lo llevaron a Jesús, pusieron sus mantos sobre el burro, he
hicieron que Jesús se sentara [sobre ellos]. 36 Y mientras viajaban, de continuo
ponían mantas en el camino. 37 Entonces, tan pronto como se acercó al camino
que baja del Monte de los Olivos [entrando a Jerusalén], enormes muchedumbres
de discípulos empezaron a regocijarse y a alabar a Dios, gritando a voz en
cuello todos los actos poderosos que habían visto, 38 diciendo: “¡Alabado sea
el que viene como Rey en el nombre de Jehová! ¡Paz en el cielo y gloria en los
lugares más elevados!
39 Sin embargo, algunos de los fariseos entre la
muchedumbre vinieron y dijeron: “¡Maestro, reprende a tus discípulos!”
40 Pero él les respondió: “Yo les digo que si ellos se
quedasen callados, ¡las piedras estarían gritando!
41 Y cuando se acercó, miró a la ciudad y lloró por
ella, 42 diciendo: “Si supieras las cosas que llevan a la paz… pero ahora estas
han sido escondidas de tus ojos. 43 Porque, los días llegarán cuando tus
enemigos vengan, y edifiquen un fuerte con estacas puntiagudas a tu alrededor,
y te rodearán completamente… entonces ellos vendrán a ti a la fuerza por todos
lados. 44 Ellos van a arrasarte junto con tus hijos, y no dejarán piedra sobre
piedra, porque no reconociste el tiempo de tu inspección.”
45 Entonces entró al templo y empezó a expulsar a los
vendedores, 46 diciéndoles: “Está escrito: ‘Mi casa será una casa de oración,
¡pero ustedes la han convertido en un refugio de ladrones!”
47 [Y después de esto], enseño en el templo todos los
días. Pero los sacerdotes principales, escribas y gente prominente buscaban
destruirlo. 48 Sin embargo no encontraban manera, porque toda la gente se
quedaba a escucharle.
1 Un día, mientras él estaba enseñando a la gente en
el templo y predicando las buenas nuevas, los sacerdotes principales, los
escribas y los ancianos, se le acercaron y preguntaron: “Dinos, ¿de dónde
obtuviste la autoridad para hacer estas cosas, y quién te dio esa autoridad?”
De manera que él respondió: “Déjenme hacerles una
pregunta y ustedes me dirán. 4 ¿Era el bautismo de Juan proveniente del cielo o
de los hombres?”
5 Entonces ellos se juntaron y razonaron entre ellos,
diciendo: “Si decimos que del cielo, nos preguntará: ‘Entonces, ¿por qué no le
creyeron?’ 6 Pero si decimos, de los hombres, toda la gente nos apedreará;
porque ellos creen que Juan era un profeta.” 7 Por tanto respondieron que no
sabían de dónde provenía.
8 Y Jesús dijo: “Entonces yo no les digo de dónde
obtuve la autoridad para hacer estas cosas.”
9 Luego de esto, les dio esta ilustración: “En cierta
ocasión, un hombre plantó una viña, y la encargó por contrato a unos
labradores, y viajó al extranjero por largo tiempo. 10 Entonces cuando llegó el
tiempo de [la cosecha], envió un esclavo a los labradores, para pedirles algo
del fruto de la viña. Pero los labradores lo hicieron azotar y los enviaron con
las manos vacías.
11 Después de esto, [el hombre] hizo lo mismo otra
vez, pero envió un esclavo diferente. Pues también flagelaron y deshonraron a
este también, y lo enviaron con las manos vacías.
12 Entonces les envió un tercero, al cual [también]
maltrataron y expulsaron.
13 Ante esto, el dueño de la viña dijo: “¿Qué haré? Yo
le enviaré a mi hijo [a quién] amo tiernamente. Estoy seguro que a él lo
respetarán.”
14 Pues bien, cuando los labradores lo vieron, lo
discutieron [entre ellos] y decidieron: “Este es el heredero. Matémoslo para
que la herencia sea nuestra. 15 Con esto, lo lanzaron afuera y lo asesinaron.
16 Bueno
pues, ¿qué piensan ustedes que el dueño de la viña hará? 16 ¡El vendrá y
destruirá a aquellos labradores, y encargará la viña a otros!”
Pues, cuando ellos oyeron esto, dijeron: “¡Que nunca
ocurra esto!”
17 Pero él los miró y dijo: “Entonces, ¿cuál es el
significado del dicho que se escribió: ‘la piedra que los edificadores
rechazaron, llegó a ser la piedra angular [principal], 18 y quien caiga sobre
esta piedra será despedazado, y lo que sea sobre lo que esta cae, será
aplastado?”
19 Pues bien, entonces los escribas y sacerdotes
principales buscaban formas de atraparlo, pero temían a la gente. Esto es
porque reconocían que la ilustración [que él utilizó] era acerca de ellos.
20 Mientras lo vigilaban de cerca, enviaron hombres
que pretendían ser justos para inducirlo con astucia a decir algo que pudiera
darles una razón para entregarlo al gobierno y al poder del gobernador. 21 De
modo que le preguntaron: “Maestro, sabemos que lo que dices y lo que enseñas es
correcto. Y que no te dejas engañar por la apariencia de ningún hombre. Tú
enseñas con verdad el camino de Dios. 22 Por tanto, ¿Hemos de pagar los
impuestos al Cesar o no?”
23 Pues bien, dándose cuenta lo que pretendían, dijo:
24 “Muéstrame una moneda. ¿La imagen de quién y la inscripción de quién está en
ella?
Entonces dijeron: “De Cesar.”
25 Entonces respondió: “Pues entonces, paguen de
vuelta a Cesar, las cosas de Cesar, pero a Dios las cosas de Dios.”
26 De modo que ellos no podían atraparlo en nada que
decía a la gente. Solamente [podían] asombrarse por sus respuestas; y no decían
nada.
27 Sin embargo, algunos de los Saduceos (quienes dicen
que no hay resurrección) se acercaron y preguntaron, 28 “Maestro, Moisés
escribió que si el hermano de un hombre muere dejando a su esposa sin hijos, su
hermano debe tomar la esposa de su hermano, y levantar descendencia para él. 29
Ahora, digamos que habían siete hermanos. El primero tomó una esposa y murió
sin hijos. 30 Luego, el segundo, y 31 entonces el tercero la tomó, y lo mismo
pasó a los siete. Todos ellos murieron sin hijos. 32 Finalmente, la mujer
también murió. 33 Entonces, ¿la esposa de quién será ella en la resurrección,
ya que los siete la tuvieron como esposa?
34 Jesús respondió: “Los hijos de esta era se casan y
se dan en matrimonio, 35 pero aquellos que han sido encontrados dignos de
aquella [nueva] era, y de la resurrección de los muertos no se casan, ni se dan
en matrimonio. 36 Y ellos no pueden morir ya más, porque son iguales que los
mensajeros [de Dios], y ellos son hijos de Dios, porque son hijos de la
resurrección.
37 Porque, hasta Moisés mostró que los muertos serán
levantados. Porque cuando [estaba] frente al espinal, llamó a Jehová el Dios de
Abraham, Isaac, y de Jacob. 38 Por tanto, Él no es un Dios de los muertos, pero
de los vivos, porque para Él, todos viven.
39 Entonces uno de los escribas dijo: “Maestro, esa
fue una buena respuesta.” 40 Después de eso, no tuvieron el coraje de
preguntarle nada más.
41 Entonces [Jesús] les preguntó: “¿Por qué dicen
ellos que “El Ungido” es hijo de David? 42 Porque David mismo dice en el libro
de los Salmos: “Jehová dijo a mi Señor: “Siéntate a mi derecha 43 hasta que
ponga a tus enemigos como banquillo para tus pies.” 44 Por tanto, si David lo
llama Señor, ¿cómo puede este ser su hijo?”
45 Y mientras toda la gente escuchaba, dijo a sus
discípulos: “Cúidense de los escribas, a quienes les gusta pasearse en ropajes
para ser saludados en los mercados, [así como] tener los asientos principales
en las sinagogas [y] los primeros lugares en las cenas. 47 Después se tragan
las casas de las viudas y esconden sus intenciones mediante ofrecer largas
oraciones. Ellos recibirán un juicio más severo.”
1 Ahora, mientras observaba, miró a los ricos dejando
sus regalos en las ánforas [del Templo]. 2 Entonces vio a una pobre viuda
depositar dos monedas pequeñas. 3 Y él dijo: “Yo les digo la verdad, aunque
esta viuda es pobre, ella depositó más que todos ellos. 4 Porque, ellos dieron
regalos de lo que les sobra, pero esta persona en necesidad, donó todo su medio
de vida.”
5 Entonces, mientras algunos discutían sobre el
Templo- cuán fino es su trabajo en piedra y la forma hermosa en que está
adornado-6 dijo: “¿Ven ustedes todas estas cosas? Los días vendrán cuando no
habrá piedra sobre piedra que no sea derribada.”
7 Entonces le preguntaron: “Maestro, cuándo sucederán
estas cosas, y ¿qué señal estará allí cuando estas cosas estén a punto de
ocurrir?”
8 El dijo: “Cuidado que no sean extraviados, porque
muchos vendrán en mi nombre y dirán: ‘Yo soy aquel’, y ‘el tiempo ha llegado’.
Pero no los sigan. 9 Cuando ustedes oigan de guerras y desórdenes, no se
atemoricen. Es necesario que estas cosas sucedan primero, pero el fin no viene
inmediatamente.”
10 Entonces les dijo: “Nación se levantará contra
nación y reino contra reino 11 y habrán muchos desastres naturales [y] muy
grandes. Habrá también plagas y escaseces de alimentos en muchos lugares,
además de escenas horrorizantes y grandes señales en el cielo.
12 Pero antes que esto ocurra, la gente los agarraráy
los perseguirá, entonces los entregarán a las sinagogas y a las prisiones, y
los arrastrarán ante reyes y gobernadorespor causa de mi nombre. 13 Esto será
su señal.
14 Estén determinados a no planear su defensa de
antemano, 15 porque yo les daré una boca y sabiduría que nadie que miente sobre
ustedes podrá resistir y contradecir.
16 Pero hasta sus padres, hermanos, parientes y amigos
los traicionarán, y a algunos de ustedes los matarán. 17 Todos los repudiarán
por causa de mi nombre. 18 No obstante, ni un pelo de de sus cabezas será
destruido, 19 porque por su aguante ganarán sus vidas.
20 “Cuando vean ejércitos acampados alrededor de
Jerusalén, sepan que la destrucción está cerca. 21 Entonces, aquellos en Judea
deben escapar a las montañas; aquellos dentro de ella deben salir; y aquellos
en el campo no deben entrar, 22 porque aquellos serán los días de la venganza y
del cumplimiento de todas las cosas que fueron escritas.
23 Hay de aquellas que estén en cinta y de aquellas
que estén amamantando bebés en aquellos días, porque habrán muchas escaseces en
el país, mientras la ira de Dios se muestra a estas personas. 24 Ellos serán
degollados con espadas o serán exiliados a las naciones como cautivos. Y
Jerusalén será pisoteada por las naciones hasta que se cumplan los tiempos de
las naciones.
25 Habrá señales en el sol, luna y estrellas. Y en la
tierra, las naciones estarán agobiadas y confundidas a causa de la agitación y
el rugido del mar, 26 mientras los hombres se desmayan por el temor y la
expectaciónpor las cosas que sucederán en la tierra. Porque, los poderes de los
cielos serán sacudidos; 27 y entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en una
nube con poder y gran gloria. 28 Pero mientras estas cosas comienzan a suceder,
yérganse y levanten sus cabezas, porque su salvación se está acercando.” 29
Entonces les dio esta ilustración: “Observen al árbol de higo y a todos los
otros ‘arboles. 30 Cuando empiezan a echar capullos, ustedes pueden por ustedes
mismos que el verano está cerca. 31 Del mismo modo, cuando ustedes vean suceder
estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca. 32 Yo les digo la verdad;
este período de tiempo no pasará, antes que todas estas cosas se cumplan. 33 La
tierra y el cielo dejarán de ser, pero mis palabras no dejarán de ser.
34 Presten atención a ustedes mismos, para que sus
corazones no llegue a estar pesados por la glotonería, [o con] beber en demasía
y las preocupaciones de la vida; y que aquel día no los atrape instantáneamente
35 como un lazo; porque vendrá sobre la superficie de toda la tierra. 36 Por
tanto, manténganse despiertos durante todo tiempo, rogando ser suficientemente
fuertes para escapar de todas las cosas que están a punto de suceder, y [poder]
estar de pie ante el Hijo del Hombre.”
37 [Jesús] enseñaba en el templo durante el día, y por
la noche salía a las afueras y acampaba en una colina llamada Monte de los
Olivos. 38 Entonces toda la gente venía al templo temprano por la mañana para
oírle.