Lucas

Capitulo 1

1 Al igual que muchos otros que se han dado ya el trabajo de redactar los hechos acerca de las cosas que creemos, 2 tal como nos las fueron dadas por aquellos que fueron testigos oculares desde los [tiempos] más tempranos y por los portadores del mensaje, 3 [yo también] tuve a bien investigar todo de forma prolija, desde el comienzo, y entonces, escribirla para ti en el orden en que ocurrió, poderoso Teófilo, 4 para que te sientas confiado en cuanto a las cosas que se te han enseñado oralmente.

5 En los días del rey Herodes de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, quien era de la división de Abías. El tenía una esposa llamada Elisabet, quien era descendiente de Aarón. 6 Ambos habían sido hallados justos por Dios, porque obedecían todos los Mandamientos y requerimientos de Jehová. 7 No obstante, nunca habían tenido hijo, ambos estaban ya muy entrados en años, y Elisabet era estéril.

8 Ahora, sucedió que mientras estaba asignado como Sacerdote ante Dios en su división de sacerdotes 9 (siguiendo la costumbre de la orden sacerdotal) [Zacarías fue escogido mediante suertespara ofrecer incienso al entrar al Lugar Santo de Jehová.] 10 [En aquel tiempo], había una gran multitud orando afuera, durante la hora en que el incienso se estaba ofreciendo; 11¡y fue un mensajero de Jehová quien se le apareció!, a la derecha del altar de incienso.

12 Pues bien, Zacarías se perturbó y asustó mucho por causa de lo que vio. 13 Sin embargo, el mensajero le dijo: “No te atemorices, Zacarías, porque las cosas que has pedido en oración han sido escuchadas favorablemente. Tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo y deberás llamarlo Juan. 14 Estarás feliz y danzarás de júbilo…de hecho, mucha gente se alegrará por su nacimiento; 15 porque él va a ser grande a los ojos de Jehová. El no tomará vino ni ningún licor en lo absoluto, y estará lleno de Aliento Santo de Dios, aún estando todavía en la matriz de su madre. 16 El volverá hacia Jehová su Diosa muchos de los hijos de Israel. 17 Él irá delante de Él con el poder del espíritu de Elías. Y el preparará gente para Jehová, volviendo los corazones de padres de Nuevo hacia sus hijos, y los [corazones] de aquellos que no obedecen, a un sentido bueno y justo.”

18 Pero Zacarías preguntó al mensajero: “¿Cómo puedo estar seguro de esto? Después de todo, soy viejo y mi esposa está bien entrada en años.”

Entonces el mensajero respondió: “Yo soy Gabriel, aquel que se sienta frente a Dios. Yo fui enviadopara traerte estas buenas noticias. 20 Pero debido a que no creíste estas palabras, las cuales se realizarán justo a tiempo; (¡mira!) estarás en silencio, y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas.”

21 Mientras tanto, la gente [afuera] estaba esperando por Zacarías, y empezaron a preguntarse por qué se demoraba tanto en el Lugar Santo. 22 Mas cuando salió no podía hablar, y ellos se dieron cuenta que acababa de ver algo inusual. El les hizo señas, pero no podía expresarse verbalmente. 23 Entonces, después del período asignado para su servicio en el [Templo], regresó a casa.

24 Después de esto, Elisabet su esposa quedó en cinta, y ella se escondió por cinco meses, [porque] decía, 25 “Esta es la voluntad de Jehová, [no quiero] que la gente se ría de mi.”

26 Fue durante su sexto mes, que el Mensajero Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad en Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen que estaba comprometida para casarse con José (de la casa del [Rey] David). El nombre de esta virgen era María. 28 Cuando él vino a ella, dijo: “Regocíjate tú, persona favorecida, porque Jehová está contigo.”

29 Estas palabras realmente la perturbaron, porque se preguntaba qué clase de saludo era este.

30 Entonces el mensajero le dijo: “No temas, María, porque has hallado favor con Dios. 31{¡Mira!}Concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo, a quién llamarás Jesús. 32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y Jehová Dios le dará el trono de David su antepasado. 33 El gobernará sobre la casa de Jacob a través de las edades, y su Reino no tendrá fin.”

34 Entonces María preguntó al mensajero: “¿Cómo puede esto ser posible, dado que yo no he tenido sexo con ningún hombre?”

35 Y el mensajero respondió: “El Aliento Santo de Dios vendrá sobre ti y el poder del Altísimo será una sombra sobre ti, y así, lo que nacerá será llamado Santo…Hijo de Dios. 36 {¡Miren!} Tu parienta Elisabet también está encinta de un hijo a su avanzada edad. Y este es el sexto mes de esta llamada “mujer estéril”, 37 porque nada es imposible a no ser que Dios así lo diga.”

38 Entonces María dijo: “{¡Mira!} ¡Yo soy la esclava de Jehová! ¡Que lo que has dicho me ocurra!” Ante esto, el mensajero la dejó.

39 Así, María se levantó rápidamente y viajó a una ciudad de Judá en la parte montañosa del país, y entró en la casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.

41 Pues bien, justo cuando Elisabet escuchó el saludo de María, el bebé en su matriz saltó. Entonces, Elisabet fue llenada [con el] Aliento Santo [de Dios], 42 y proclamó en voz alta: “¡Tu eres una mujer bendita y bendito es el fruto de tu matriz!43 Así, ¿cómo es que la madre de mi Señor viene a mí? 44 Miren, cuando escuché el sonido de tu saludo, el bebé en mi matriz saltó de gozo. 45 La mujer que cree es bendita, porque todas las cosas dichas por Jehová se realizarán.”

46 Entonces dijo María: “Yo glorifico a Jehová con mi vida, 47 y sobre Dios mi Salvador, mi cuerpo llora de gozo, 48 porque Él miró hacia abajo a Su humilde esclava. {¡Mira!} Porque de hoy en adelante, seré llamada bendita, por todas las generaciones por venir, 49 porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí, y Su Nombre es Santísimo. 50 Por generaciones Él ha mostrado misericordia a los que le temen, 51 pero con su brazo poderoso esparcirá a los que en su corazón se creen superiores. 52 Él ha removido emperadores de sus tronos, y ha puesto en su lugar a los humildes. 53 Él ha llenado a los hambrientos de cosas buenas, y ha despedido a los ricos sin nada. 54 Él vino en auxilio de Su siervo Israel, para recordarle de la necesidad de misericordia, 55 tal como se lo explicó a nuestros padres… a Abraham y a su semilla, durante la era.”

56 De modo que María se quedó con Elisabet por aproximadamente tres meses y entonces regresó a casa.

57 Pronto llegó el tiempo en que Elisabet habría de dar a luz, y tuvo un hijo. 58 Así, cuando sus vecinos y parientes escucharon cómo Jehová le había mostrado gran misericordia, ellos también se alegraron.

59 Pues bien, cuando fueron a circuncidar al niño (en el octavo día), lo iban a llamar igual que su padre, Zacarías. 60 Pero su madre dijo: “¡Absolutamente no! El será llamado Juan.”

61 Sin embargo, [los vecinos] dijeron: “Este no es el nombre de ninguno de nuestros parientes.” Y se dirigieron al papá, preguntando cómo él quería llamarlo.

63 Él entonces pidió una tabla y escribió: “Su nombre es Juan.” Y esto los admiró mucho. 64 Entonces, de un momento a otro, Él le abrió la boca, se desató su lengua, y empezó a hablar, glorificando a Dios.

65 Esto atemorizó a todos en el vecindario. Y de estas cosas se habló por todas las Colinas de Judea. 66 Quienquiera que escuchaba de esto, decía en su corazón, preguntándose: “¿Qué es lo que este niño llegará a ser cuando crezca? Porque la mano de Jehová está con él.

67 Entonces Zacarías, el padre [del niño], fue llenado con el Aliento Santo [de Dios] y profetizó: 68 “Alabado sea Jehová el Dios de Israel, porque él vio hacia abajo y liberó a su pueblo. 69 Él levantó un cuerno de salvación para nosotros, en la casa de David su siervo, 70 tal y como lo dijo a través de la boca de sus Santos, en la era de los Profetas, 71 para salvarnos de todos nuestros enemigos, y de la mano de todos aquellos que nos odian. 72 Ha sido bueno con nuestros padres, y ha recordado el Santo Pacto [que implementó], 73 mediante el juramento que le hizo a Abraham, nuestro padre, [esto es], que sin temor, iba a salvarnos de las manos de nuestros enemigos, y a conducirnos a servirle de una forma santa, 75 al plantarnos frente a Él en lealtad y justicia, por todo [el resto] de nuestros días.

76 Pero en cuanto a ti, niñito, tú serás llamado profeta del Altísimo. Tu irás frente a Jehová, para preparar Sus caminos, 77 para dejar que su pueblo conozca cómo [pueden] ser salvados, mediante el perdón de sus pecados, 78 a través de la misericordia de Dios, quiénnos cuidará desde lo alto, como si se tratara de la alborada de un Nuevo Día, 79 el cual brillará sobre aquellos que se encuentran en la oscuridad, y aquellos que están sentados en la sombra de la muerte, y para enderezar nuestros pies en los caminos de la paz.”

80 Pues bien, el niñito creció y continuó haciéndose fuerte con el Aliento [de Dios], y vivió en el desierto hasta el día en que se mostró a Israel.

Capitulo 2

1 En aquellos días, Tiberio César decretó que todos en la tierra fuesen registrados, 2 y esta primera registración, se llevó a cabo cuando Quirino era gobernador de Siria. 3 De modo que, cada persona tuvo que retornar a su lugar de origen para ser registrada. 4 Como resultado, José tuvo que viajar de Nazaret de Galilea a la ciudad de David, Belén de Judea (porque era de la familia de David) 5 para ser registrado con María, con quién se había casado según su promesa y quién [para entonces ya] estaba encinta 6 Y sucedió que mientras ellos estaban allí, que llegó el tiempo para que ella diera a luz. 7 Por tanto, ella dio a luz su primer hijo y lo envolvió apretadamente en un manto; entonces lo acostó en un comedero [para ganado], (porque no habían cuartos disponibles para ellos en la posada).

8 En aquellos días, habían algunos pastores cuidando sus ovejas, por la noche, en los campos aledaños. 9 Entonces, el mensajero de Jehová apareció, parado encima de ellos brillando en [su] gloria, alrededor de ellos, (lo cual los asustó). 10 Pero el mensajero les dijo: “No se aterroricen. ¡Miren! Les traigo buenas nuevas alegres para todos. 11 Porque, un Salvador- el Señor Elegido- les ha nacido en la ciudad de David. 12 Y esta es la señal para que ustedes busquen: “Encontrarán un infante envuelto apretadamente en un manto y acostado en un comedero [para ganado].

13 Entonces, de repente, un gran ejército celestial apareció junto al mensajero, alabando a Dios y diciendo: 14 “Gloria a Dios en las alturas, y paz a los hombres en la tierra, [aquellos] que han probado ser buenos.”

 15 Así, después de que los mensajeros hubieron regresado al cielo, los pastores dijeron entre sí: “Vayamos a Belén y veamos estas cosas que Jehová nos ha revelado.” 16 Y con esto, fueron rápidamente y encontraron a María y a José, y al infante acostado en el comedero [para ganado]. 17 Entonces, cuando vieron esto, explicaron las cosas que se les había dicho acerca del niñito.

18 Pues bien, todos aquellos que oyeron de esto se asombraban por lo que los pastores les contaron, 19 y María empezó a guardar todas estas palabras, sacando conclusiones en su corazón. 20 A continuación, los pastores se fueron, glorificando y alabando a Dios, por todas las cosas que habían visto y oído, [y relatando las cosas] justamente como se les había dicho a ellos.

21 Ahora bien, después de ocho días, llegó el tiempo para circuncidarlo. Fue entonces cuando se le dio el nombre Jesús, el nombre que el mensajero {de Dios] dijo que debían ponerle, aún antes que hubiese sido concebido en el vientre [de María].

22 Al final de los cuarenta días de purificación requeridos por la ley de Moisés, ellos lo llevaron a Jerusalén para presentarlo a Jehová, 23 exactamente como fue escrito en la Ley de Jehová: “Cada varón que abre matriz, debe ser llamado santo para Jehová.” 24 Entonces ellos ofrecieron el sacrificio que estaba especificado en la ley de Jehová: “un par de tórtolas o dos pichones.”

25 {¡Miren!} Había un hombre en Jerusalén llamado Simeón, una persona justa y devota, que había estado esperando el Consolador de Israel; y el Aliento Santo [de Dios] estaba con él. 26 Le había sido mostrado divinamente mediante el Aliento Santo que no moriría sin antes haber visto al Ungido de Jehová. 27 Y fue debido a que el Aliento [de Dios] lo dirigía, que entró en el templo.

Mientras los padres traían al niño Jesús para hacer lo que la Ley requería por costumbre, 28 [Simeón] lo tomó en sus brazos y alabo a Dios al decir: 29 “Ahora, Oh Soberano Señor, ya puedes liberar a tu esclavo en paz, tal como lo dijiste, 30 ya que mis ojos han visto al que salva, 31 aquel que Tu proveíste para que toda la gente vea; 32 una luz que revelar a las naciones, y una gloria para Israel, Tu gente.’

33 Pues bien, el padre y la madre de [Jesús] se admiraban de las cosas que de él se decían.

34 Simeón también los alabó, pero le dijo a su madre María: “¡Mira! Este va hacia una caída. Y se levantará por los muchos en Israel, una señal para ser calumniado. 35 Tu vida será apuñaleada por una espada larga, para revelar las cosas que muchos piensan en sus corazones.”

36 Había también una profetisa, Ana, una hija de la tribu de Aser. Esta mujer estaba ya muy entrada en años y solamente había estado casada por siete años desde su virginidad. 37 Era ya una viuda de ochenta y cuatro años quien siempre estaba en el Templo, adorando día y noche, ayunando y orando. 38 Y a la misma hora, ella se levantó y dio gracias a Dios, y habló acerca del [niño] a todos los que estaban esperando la liberación por rescate en Jerusalén. 39 Entonces, después de haber hecho todo cuanto requería [la ley de Jehová], se dirigieron de regreso a su hogar en Nazaret de Galilea. 40 Así, el pequeño creció y se hizo fuerte, y estaba lleno de sabiduría, y Dios le mostraba favor de continuo.

41 Cada año sus padres iban a Jerusalén al festival de la Pascua. 42 Y cuando tenía doce años de edad, ellos otra vez fueron al festival, según se acostumbraba. 43 Entonces, después que los días de fiesta hubieron terminado, y ellos estaban regresando a casa, el niño Jesús se quedó rezagado en Jerusalén, pero sus padres no se dieron cuenta. 44 Así, asumieron que estaba en algún lado en la compañía de la gente que viajaba junta. Estaban ya a un día de camino, cuando finalmente empezaron a buscarlo entre sus parientes y amigos, 45 pero cuando no pudieron encontrarlo, retornaron a Jerusalén para buscarlo.

46 Pues bien, después de tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchando y haciéndoles preguntas. 47 Su entendimiento y respuestas asombraban a cualquiera que lo escuchaba.

48 Ahora, cuando [José y María] lo vieron, se indignaron. Y su madre le preguntó: “Hijo, ¿por qué nos trataste de esta manera? Aquí tu padre y yo hemos estado muertos de preocupación buscándote.”

49 Pero él les respondió: “¿Por qué tienen que buscarme? ¿No saben ustedes que tenía que estar en la casa de mi padre? 50 Sin embargo, ellos realmente no entendían lo que les decía.

51 Entonces regreso a casa en Nazaret, junto con ellos, y él siempre les obedecía; y mientras tanto su madre guardaba con cuidado todos estos dichos en su corazón. 52 Así, Jesús continuó progresando en sabiduría, desarrollo físico, y favor, tanto de parte de Dios como de los hombres.

Capitulo 3

1 En el quinceavo año del reinado de Tiberio César, cuando Poncio Pilatos era gobernador de Judea y Herodes era el gobernante del distrito de Galilea (pero Felipe su hermano era gobernante de distrito de la zona de Idumea y Traconites), y Lisanias era el gobernante del distrito de Abilene; 2 en los días de los sumo sacerdotes Anas y Caifás, las palabras de Dios vinieron a Juan, el hijo de Zacarías, [mientras este se encontraba] en el desierto.

3 Así, él viajo por toda la comarca alrededor del Jordán predicando un bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados, 4 justamente como estaba escrito acerca de él en el libro del profeta Isaías: “Preparen el camino para Jehová. Hagan sus caminos rectos. 5 Rellenen cada bache, y nivelen cada montaña y colina. Enderecen las curvas, suavicen las partes ásperas, 6 para que toda carne entonces vea, lo que Dios ha provisto para salvarlos.”

7 Mientras veía que las muchedumbres venían para ser bautizadas por él, dijo: “hijos de víboras, ¿quién los ha metido miedo para que escapen de la ira que viene? 8 Produzcan la clase de fruto que muestre que están listos para el arrepentimiento. Y no digan para ustedes mismos: “Abraham es nuestro padre, porque, yo les digo, que Dios tiene el poder, para levantar hijos de Abraham de estas piedras. 9 Porque, el hacha se encuentra ahora tendida sobre las raíces de los árboles, y cada árbol que no produce buenos frutos, será cortado y arrojado en el fuego.”

10Así, las muchedumbres le preguntaron: “¿qué debemos hacer?

11 Y él respondió: “Un hombre que tiene dos pares de interiores, debe compartir con aquel que no tiene ninguno; y aquellos que tienen algo de comer, deben hacer lo mismo. “

12 Porque, hasta los recaudadores de impuestos vienen para ser bautizados. Y ellos le preguntaban: “Maestro, ¿que debemos hacer?

13 El respondió: “Solo recauden un impuesto justo.”

14 Y cuando los que estaban en el servicio militar le preguntaban: “¿qué debemos hacer?”

El dijo: “No acosen ni acusen falsamente a nadie. Solamente estén satisfechos con sus provisiones.”

15 Y porque la gente estaba buscando [al Mesías], todo mundo se preguntaba en sus corazones, acerca de Juan: “¿podría ser este ‘el Ungido’?

16 Pero Juan les respondió a todos diciendo: “Mi parte es bautizarlos con agua. Sin embargo, uno que es mayor que yo viene, y no soy digno de desatar sus sandalias. El los bautizará con “el Aliento Santo” y con fuego. 17 Su pala está en su mano [y está listo], para limpiar completamente su era, y para traer el trigo a sus silos. Pero él quemará toda la paja, con un fuego que no se puede apagar.”

18 Si, él dijo muchas cosas esperanzadoras mientras predicaba las buenas nuevas a la gente.

19 Herodes (el gobernante del distrito) había sido reprendido [por Juan], debido a Herodías (la esposa de su hermano), y por todas las otras cosas malas que había hecho. 20 Entonces, Herodes hizo más grande su maldad al encerrar a Juan en prisión.

21 Entonces, fue después de toda la otra gente, que Jesús también fue bautizado. Y mientras oraba, los cielos se abrieron 22 y el Aliento Santo de Dios bajó a él en la forma de una paloma. Entonces una voz vino del cielo [y dijo]: ‘Tu eres mi Hijo amado, yo te apruebo.”

23 Jesús tenía aproximadamente treinta años cuando vino en poder, siendo el hijo de José(según se opinaba) , de Elí, 24 de Matat, de Leví, de Melquí, de Janaí, de José, 25 de Matatías, de Amós, de Nahúm, de Esli, de Nagai, 26 de Maat, de Matatías, de Simeí, de Josec, de Joda,27 de Joanán, de Resa, de Zorobabel, de Sealtiel, de Nerí, 28 de Melquí, de Adí, de Cosán, de Elmadán, de Er, 29 de Jesús, de Eliezer, de Joram, de Matat, de Leví, 30 de Simeón, de Judas, de José, de Joanán, de Eliaquim, 31 de melea, de Mena, de Matatá, de Natán, de David, de Jesé, de Obed, de Obed, de Boaz, de Salmón, de Nasón, 33 de Aminadab, de Arni, de Hezrón, de Pérez, de Judá, de Jacob, de Isaac, de Abraham, de Taré, de Nacor, 35 de Serug, de Reu, de Peleg, de Eber, de Selá, 36 de Cainan, de Arpaksad, de Sem, de Noé, de Lamec, 37 de Matusalén, de Enoc, de Jared, de Mahalalel, de Cainán, 38 de Enós, de Set, de Adán, de Dios.

Chapter 4

1 Pues bien, Jesús fue llenado con el aliento Santo de Dios, por tanto dejó el Jordán, y el Aliento [de Dios] lo condujo al desierto, 2 donde fue tentado por el Calumniador por cuarenta días. Y no comió nada durante todo ese período, así es que al final estaba muy hambriento. 3 Entonces el Calumniador le dijo: “Si tu eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en panes.”

4 Pero Jesús respondió: “Está escrito: ‘Pan no es la única cosa que necesita el hombre para sobrevivir’”

5 De manera que el Calumniador lo llevo alto y le mostró todos los reinos de la tierra en un instante de tiempo, 6 y dijo: “Te daré poder sobre todas estas cosas y la gloria de ellas, porque estas me han sido dadas y yo puedo darlas a quien yo desee. 7 Todas serán tuyas si tu solamente te inclinas ante mí.”

8 Pero Jesús le respondió: “Está escrito, debes adorar a Jehová tu Dios. El es el único a quien debes adorar.”

9 Entonces [el Calumniador] lo condujo a Jerusalén y lo puso sobre una torre alta de batalla, en el templo. Y dijo, “si tu eres un hijo de Dios, salta abajo desde aquí, 10 porque está escrito: “El ordenará a sus mensajeros que te protejan, 11 y ellos te alzarán en sus manos, para que tu pie no tropiece en una piedra.”

12 Pero Jesús respondió: “Está dicho: ‘no debes poner a prueba a Jehová tu Dios.’” 13 Así, después que el Calumniador hubo terminado de tentarlo, él se retiró hasta un tiempo designado.

14 Entonces el poder del Aliento [de Dios] hizo que Jesús regresara a Galilea, y su fama se esparció por toda aquella zona. 15 El también empezó a enseñar en las sinagogas, donde todos lo honraban.

16 Cuando llegó a Nazaret (donde había sido criado), tal como era su costumbre en Sábado, el fue a la sinagoga, se puso de pie y leyó. 17 Allí se le dio el rollo del profeta Isaías. Por tanto, lo abrió y encontró el lugar en que decía: “El Aliento de Jehová está sobre mí, porque El me escogió para declarar buenas nuevas a los pobres. El me envió para predicar libertad a los prisioneros, el recobro de la vista a los ciegos, para remover todas las presiones de la gente, 19 y a predicar acerca del año que Jehová ha escogido.”

20 Entonces, el enrollo el rollo, se lo devolvió al asistente, y se sentó-mientras todo mundo en la sinagoga lo miraba. 21 y dijo: “Hoy, esta escritura que acaban de escuchar, se ha cumplido.”

22 Entonces, todos empezaron a decir cosas buenas acerca de él y a maravillarse de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y preguntaban: “¿No es este el hijo de José?”

23 Así, el dijo: “Ustedes, indudablemente quisieran aplicar estas palabras a mí: ’Doctor, cúrate a ti mismo'. Haz todas las cosas que hemos escuchado que hiciste en Capernaúm cuando estuviste allí, aquí mismo, en tu pueblo.’” 25 entonces dijo “Yo les digo la verdad, ningún profeta es aceptado en su propio pueblo.25 ahora, es un hecho que habían muchas viudas en Israel, allá en los días de Elías, cuando los cielos fueron cerrados por tres años y medio, causando una terrible hambruna en el país. 26 Pero Elías no fue enviado a ninguna de ellas, solamente a una viuda en el país de Sidón. 27 Y habían también muchos leprosos en Israel en el tiempo del profeta Eliseo, pero el único que fue limpiado fue Naamán, un Sirio.”

28 Ahora bien, todos los que lo escucharon decir esto en la sinagoga se pusieron furiosos, 29 de modo que se levantaron y lo empujaron hacia fuera de la ciudad hasta el filo de una montaña, donde se asentaba la ciudad, para arrojarlo cabeza abajo. 30 Pero él simplemente camino por en medio de ellos y continuó su camino.”

31 Después de eso, fue a Capernaúm, una ciudad en Galilea. Allí también enseñó en el Sábado, 32 y la [gente] se asombraba por su forma de enseñar, porque hablaba con autoridad.

33 Ahora, había un hombre en la sinagoga [quien estaba poseído por] un demonio sucio. Y [el hombre] gritó, 34 “¡Ah! ¿Qué negocio tenemos contigo, Jesús, Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé exactamente quién eres: “tu eres el Santo de Dios.”

35 Pero Jesús lo reprendió diciendo: “Cállate y sal de él,” Así, el demonio lo arrojó en medio de ellos, y entonces salió sin hacerle daño.

36 Ante eso, todos estaban asombrados y empezaron a hablar entre ellos y a preguntar: “¿Qué clase de habla es esta? Este da órdenes a los espíritus sucios con autoridad y poder, ¡y estos salen!” 37 Así, las noticias acerca de él se propagaron por todos lados, por toda aquella región...

38 Después de dejar aquella sinagoga, fue a casa de Simón. Allí, la suegra de Simón se encontraba enferma y le pidieron que la ayudase. 39 Por tanto. Se acercó a ella, reprendió a la fiebre, y esta la dejó. Entonces ella se levantó inmediatamente, y empezó a servirle.

40 Pues bien, al atardecer, todos aquellos que tenían gente enferma con varias enfermedades, los trajeron a él. Así, él puso sus manos en cada uno [de ellos] y los curó. 41 Los demonios también salían de muchos de ellos, gritando: “Tu eres el Hijo de Dios” Pero (porque ellos sabían que él era el Ungido), los reprendió y no dejó que dijeran nada.

42 Entonces, al siguiente día, salió y caminó hacia un lugar solitario. Pero las muchedumbres empezaron a buscarlo y finalmente llegaron a donde se hallaba y trataron de impedirle que se marchara. 43 Pero les dijo: “Tengo que predicar las buenas nuevas del Reino de Dios a otras ciudades, porque, para esto fui enviado.”

44 Así, predicó en las sinagogas de Judea.       

Capitulo 5

1 Hubo una ocasión cuando la gente se amontonaban junto a [Jesús] mientras ellos escuchaban la Palabra de Dios, mientras estaba parado junto al lago de Genesaret. 2 De modo que notó que dos botes estaban anclados junto al lago, donde habían llegado los pescadores, quienes estaban lavando sus redes. 3 Pues bien, [Jesús] entró en uno de los botes (el cual pertenecía a Simón) y le pidió a este que se alejara un poco de la orilla. Entonces, se sentó y empezó a enseñar a las muchedumbres desde el bote. 4 Y cuando hubo terminado de hablar, le dijo a Simón, “Sal a lo hondo y tira las redes para que captures.”

5 Pero Simón respondió: “Instructor, hemos trabajado toda la noche y no capturamos nada. Sin embargo, ya que tú lo pides, voy a bajar las redes.”

6 Pues, lo hicieron, atraparon una gran cantidad de peces. De hecho, las redes empezaron a romperse. 7 [Por esta razón] llamaron a sus socios en otro bote para que viniesen a ayudarles. Y cuando llegaron, llenaron ambos botes hasta el punto que estaban a punto de hundirse.

8 Al ver esto, Simón Pedro cayó a las rodillas ante Jesús y dijo: “Vete de mí, porque soy un hombre pecador, Señor.” 9 [Él dijo esto] porque, cuando atraparon tantos pescados, Simón y aquellos que estaban con él, quedaron asombrados y abrumados...10 al igual que sus socios Santiago y Juan (los hijos de Zebedeo).

Pero Jesús le dijo a Simón: “Deja de tener miedo. Porque de ahora en adelante estarás atrapando hombres vivos.” 11 De manera que trajeron sus botes de regreso a tierra y lo dejaron todo atrás para seguirlo.

12 En otra ocasión, mientras él estaba en una de las ciudades, (¡miren!) había un hombre lleno de lepra. Cuando este vio a Jesús, cayó sobre su cara y le rogó: “Señor, si tu solo lo quieres, puedes limpiarme.”

13 Entonces, [Jesús] extendió su mano, lo tocó, y dijo: “Yo quiero. Se limpio.” E inmediatamente la lepra lo dejó. 14 Entonces le ordenó que no contase a nadie, diciendo: “Anda y muéstrate a los sacerdotes y entrégales una ofrenda por tu limpieza, tal como lo mandó Moisés, como un testimonio para ellos.”

15 No obstante, la palabra acerca de él continuaba esparciéndose, y grandes muchedumbres se reunían para escuchar y ser sanadas de sus enfermedades. 16 Así, él se retiró a los desiertos para orar.

17 Mientras enseñaba (algunos días después), algunos fariseos y maestros de la ley estaban [sentados entre la muchedumbre]. Ahora bien, la gente había venido desde cada aldea de Galilea y de Judea, así como de Jerusalén. Y [Jesús] estaba curando con el poder de Jehová. 18 Entonces {¡Miren!} algunos hombres le trajeron un hombre paralizado, tendido en una camilla. Y buscaban la forma de llevárselo. 19 Pero, al no poder encontrar manera de abrirse paso entre la muchedumbre, subieron al techo, y bajaron la camilla por entre las tejas, [y lo pusieron] frente a Jesús. 20 Cuando él vio su fe, dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados.”

21 Ante esto, los escribas y fariseos empezaron a preguntarse entre ellos: “¿Quién es este que tanto blasfema?” ¿Quién sino Dios puede perdonar pecados?

22 Pero Jesús reconoció lo que pensaban y preguntó: “¿A qué conclusiones están llegando ustedes en sus corazones? 23 ¿Qué es más fácil decir, tus pecados te son perdonados o levántate y anda?

24 Pero, solo para que sepan que se ha dado al Hijo del Hombre el poder de perdonar pecados en la tierra..., él entonces dijo al paralítico: “Yo te digo, Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.”

Entonces el hombre, inmediatamente se levantó, frente a todos ellos, tomó la [camilla] donde había estado tendido, y regresó a su casa glorificando a Dios. 26 Pues bien, todos estaban encantados y glorificaban a Dios. Pero también tenían miedo, y decían: “¡Hemos visto cosas extrañas hoy!”

27 Después de esto, [Jesús] salió y vio a un recaudador de impuestos llamado Leví, sentado en la oficina de impuestos, y le dijo: “Ven, sé mi seguidor.” 28 Pues bien, [Leví] se levantó, dejó todo atrás, y empezó a seguirlo.

29 Entonces Leví dio una gran fiesta de recibimiento a [Jesús], en su casa, y había una gran multitud de recaudadores de impuestos y otros que se reclinaban con ellos para la comida. 30 Ante esto, los fariseos y sus escribas empezaron a quejarse a los discípulos, diciendo: “¿Por qué comen y beben con recaudadores de impuestos y pecadores?”

31 Jesús respondió: “Aquellos que están sanos no necesitan médico, solamente los enfermos lo necesitan. 32 Yo vine a llamar a los pecadores a arrepentimiento, no a la gente justa.”

33Más tarde, ellos dijeron: “Los discípulos de Juan y aquellos que pertenecen a los fariseos ayunan frecuentemente para pedir cosas [a Dios]. Pero tus [discípulos] solo andan comiendo y bebiendo.”

34 Y Jesús respondió: “No se puede esperar que los amigos del novio ayunen mientras este está con ellos, [no es verdad}? 35 Pero de seguro vendrán días, cuando el novio sea apartado de ellos. En esos días ayunarán.”

36 Entonces les dio una ilustración “Nadie corta un parche de una prenda nueva y lo cose a una prenda vieja, porque si lo hace, el parche nuevo se romperá...y, de todas maneras, el parche de la prenda vieja no va a igualarse con la vieja. 37 Tampoco nadie pone vino nuevo en pieles viejas. Si lo hacen, el vino nuevo romperá las pieles. 39 Cualquiera que ha probado el vino viejo no quiere el nuevo, de todas maneras, porque dicen, ‘el viejo es bueno.’

Capitulo 6

1 Ahora bien, sucede que mientras Jesús atravesaba un campo de granos un Sábado, sus discípulos recogían grano en sus manos, sus discípulos lo sobaban y se lo comían. 2 Pues bien, algunos de los fariseos preguntaron: ‘¿Por qué están haciendo algo ilegal en Sábado?”

3 Pero Jesús dijo: “¿No han leído que David hizo la misma cosa cuando él y sus hombres llegaron a estar hambrientos… 4 como él entró al templo de Dios y comió el pan de la presentación, y lo compartió con algunos de sus hombres…algo que no es legal para nadie, salvo para los sacerdotes? 5 Entonces añadió: “¡El Hijo del hombre es el Señor del Sábado!

6 En el siguiente Sábado, nuevamente entró en la sinagoga y empezó a enseñar. Pues bien, un hombre que allí se encontraba [tenía] mano derecha tullida, 7 y los escribas y fariseos lo observaban de cerca para ver si lo curaría en Sábado, con el propósito de encontrar algo de que acusarlo.

8 No obsatante, [Jesús] sabía lo que estaban pensando, por tanto dijo al hombre con la mano tullida: “Levántate y párate en el centro.” Así es que el [hombre] se paró. 9 Entonces, Jesús dijo: “¿Déjame preguntarte algo; es legal hacer lo bueno o lo malo, salvar o destruir una vida durante el Sábado?”

10 Finalmente, después de mirar a todos en derredor, dijo al hombre: “Extiende tu mano (lo cual hizo), y su mano fue curada. 11 Pues bien, [los escribas y fariseos] se pusieron furiosos y empezaron a hablar entre ellos acerca de qué cosa podían hacerle a Jesús.

12 Fue por ese mismo tiempo que subió a una montaña a orar, de modo que pasó toda la noche en oración a Dios. 13 Entonces, al siguiente día, llamó a sus discípulos y escogió de entre ellos a doce, a los cuales empezó a llamar apóstoles. Esos fueron 14 Simón (a quién también llamó Pedro), Andrés su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé (Natanael), 15 Mateo, Tomás, Santiago [el hijo] de Alfeo, Simón (quien es llamado el celoso), 16 Judas [el hijo] de Santiago ([Tadeo]), y Judas Iscariote (quien se volvió traidor).

17 Después haber bajado de la [montaña], encontró un lugar plano donde un grupo grande de sus discípulos y una muchedumbre muy enorme procedente de Judea, Jerusalén y de las inmediaciones de la playa de Tiro y Sidón, vinieron a escucharle y a ser curados de sus enfermedades. 18 Allí, gentes que habían estado siendo molestadas por espíritus sucios fueron curadas; 19 y toda la muchedumbre trataba de tocarlo (mientras poder emanaba de él), de modo que los curó a todos.

20 Entonces miró a sus discípulos y dijo: “[Ustedes] los pobres son benditos, porque el Reino de Dios es de ustedes. 21 [Ustedes] los que tienen hambre son benditos, porque serán saciados. [Ustedes] los que están llorando son benditos, porque pronto reirán.

22 Ustedes son benditos cuando sea que los hombres los odien, y no quieran más estar con ustedes; o cuando ellos dicen cosas malas acerca de ustedes, y los llaman inicuos, por causa del Hijos del Hombre. 23 Cuando llegue Aquel día, alégrense y salten de gozo, porque {¡Miren!} ustedes tienen una gran recompensa en los cielos. Porque, estas son las mismas cosas que sus padres solían hacerles a los profetas.”

24 “Pero, infortunios para ustedes los que son ricos, porque ya tienen todo lo que quieren. 25 Infortunio para ustedes los que tienen [estómagos] llenos, porque llegarán a tener hambre. Infortunio para ustedes los que se están riendo, porque llorarán y se lamentarán. 26 E infortunios para ustedes cuando todos dicen cosas bonitas acerca de ustedes, porque esto es lo que sus padres hicieron a los profetas falsos.”

27 ‘Yo les digo a todos ustedes los que están escuchando, amen a todos sus enemigos, y hagan el bien a aquellos que los odian. 28 Oren por todos los que los maldicen, y oren por aquellos que los insultan. 29 Si alguien los golpea en una mejilla, ofrézcanle la otra también. Y si alguien les quita la ropa, ofrézcanle también su ropa interior.”

30 “Den a todo el que pide, y no pidan de vuelta al que recibió.

31 “Si aman solamente a quienes los aman a ustedes, ¿qué clase de favor están haciendo? Los pecadores también aman a quienes los aman. 33 Y si solamente hacen cosas buenas por quienes también les hacen cosas buenas a ustedes, ¿qué clase de favor es este? Porque hasta los pecadores hacen la misma cosa. 34 Y si prestan sin interés a aquellos que esperan que les paguen, ¿qué clase de favor es este? Hasta los pecadores prestan sin interés cuando esperan que se les pague.

Por tanto, amen a sus enemigos, y hagan cosas buenas; den prestado sin esperar que se les devuelva, y recibirán un galardón enorme…serán hijos del Mas Alto. Porque, Él es bueno hasta con los malagradecidos y los inicuos, 36 por tanto sean misericordiosos así como su Padre es misericordioso.

37 “No juzguen [a otros], y ustedes no serán juzgados. No condenen [a otros], y ustedes no serán condenados. Liberen [a otros] y ustedes serán liberados. 38 Den, y la gente les dará. Ellos les darán una porción generosa, apretada y rebosante. La cantidad que ustedes miden [para otros], es la que ellos medirán para ustedes.”

39 Entonces les dio algunas ilustraciones: “¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿Ambos caerán en un pozo, verdad?

40 “Un discípulo no está por encima de su maestro, pero todo aquel que aprende bien será como su maestro.”

41 “¿Por qué buscan una paja en el ojo de su hermano, cuando no son capaces de ver la viga en el suyo propio? 42 ¿Cómo pueden decirle a su hermano: ’Déjame sacarte esa [basurita] de tu ojo, cuando ustedes no pueden ver la viga en el suyo propio? ¡Hipócrita! Primero remueve la viga de tu propio ojo, y entonces verás claramente, cómo remover la basurita del ojo de tu hermano.

43 “Un árbol bueno no produce fruto podrido, y un árbol podrido no produce fruto bueno. 44 Todos los árboles son conocidos por su fruto. La gente no recoge higos de cardos, y no corta uvas de arbustos espinosos. 45 Un hombre bueno trae cosas buenas de las cosas buenas que ha atesorado en su corazón, pero un hombre malo, trae cosas malas de su maldad. Esto es porque su boca habla de las cosas que llenan su corazón.

46 “Así pues, ¿porque me llaman diciendo: “Señor, Señor, cuando no hacen lo que les digo? 47 Así de esa manera es aquel que viene a mí: escucha lo que digo y lo hace. 48 Es como un hombre que estaba construyendo una casa, y cavó hondo para poner su fundamento sobre la roca. Así, cuando una inundación vino, y el río dio contra la casa, esta resultó inamovible, porque estaba bien construida. 49 Pero aquel que oye pero no hace [lo que yo digo], es como un hombre que construye su casa en el terreno sin fundamento. El río dio contra esta e inmediatamente [la] derribó, causando un enorme daño.

Capitulo 7

1 Cuando hubo terminado de decir estas cosas hasta donde lo podían escuchar, entró en Capernaúm. 2 Y [en esa ciudad] se encontraba un centurión quien tenía un sirviente muy apreciado que estaba enfermo y cerca de morir.3 Así, cuando escuchó acerca de Jesús, envió algunos ancianos de Judea a pedirle que viniese y salvase la vida de su esclavo. 4 Entonces ellos rápidamente fuero a Jesús y le rogaron diciendo: “[El centurión] merece que tú hagas esto por él, 5 porque el ama a nuestra nación y construyó una sinagoga para nosotros.”

6 De modo que Jesús se fue con ellos, pero no estaba ya muy lejos de la casa cuando el centurión envió sus amigos a decirle: “Señor, no te molestes [en venir], porque no soy digno de tenerte bajo mi techo. 7 Es por no considerarme a mi mismo merecedor que no fui a ti yo mismo. Solamente di la palabra y haz que mi siervo sea sanado. 8 Mira, yo soy un hombre con poder, [porque tengo] soldados bajo mi mando. Si yo digo a este: “ponte en camino”, se pone en camino; y a otro: “Ven”, viene; y a mi esclavo: “Haz esto.”, él lo hace.”

Pues bien, al oír esto Jesús se asombró. Por tanto se volvió hacia la muchedumbre que lo seguía y dijo: “Yo les digo, no he encontrado fe tan grande en Israel.”

10 Entonces, al retornar a la casa, [los ancianos] que habían sido enviados encontraron al esclavo en buena salud.

11 poco después de eso, él viajó con sus discípulos y una gran muchedumbre a una ciudad llamada Naín. 12 Y mientras se acercaba al portón de la ciudad, {¡Miren!} estaban sacando a un muerto. Era el único hijo que había tenido su madre, y ella era una viuda. Una gran muchedumbre de la ciudad también estaba con ella. 13 así, cuando el Señor la vio, se conmovió y sintió piedad y dijo: “Deja de llorar.” 14 Entonces subió y toco el cofre, y los cargadores pararon. Y dijo: “Joven, yo te digo, ¡levántate!”

15 Pues ante esto, el hombre muerto se sentó recto y empezó a hablar. Entonces, [Jesús] se lo entregó a su madre. 16 No obstante, todos estaban atemorizados y empezaron a glorificar a Dios diciendo: “Un gran profeta se ha sido levantado entre nosotros.” y “Dios ha empezado a prestar atención a su pueblo.”

Y estas noticias acerca de él se esparcieron a lo largo de toda Judea y los campos aledaños.

18 Ahora, los discípulos de Juan estaban reportándole todo lo que había ocurrido. 19 Así, Juan llamó a dos de sus discípulos y los envió al Señor para preguntarle: “¿Eres tu el que había de venir, o debemos esperar otro? 20 Y cuando llegaron a Jesús, los hombres dijeron: “Juan el Bautista nos envió a preguntarte si eres el Ungido, o si debemos esperar a alguien más.”

21 Pues, durante esa hora el curo a muchos que estaban enfermos, plagados y que tenían espíritus inicuos, y concedió el don de la vista a mucha gente ciega. 22 Entonces respondió; “Vayan por su camino y den un reporte a Juan de lo que vieron y escucharon. [Díganle que] los ciegos están viendo, los cojos están caminando, los leprosos están siendo curados, los sordos están escuchando, los muertos están siendo levantados, y los pobres están siendo instruidos con las buenas nuevas. 23 Aquel que no tropieza por mi causa es bendecido.” 24 Después que los mensajeros de Juan su hubieron retirado, preguntó a la muchedumbre acerca de Juan: “¿Qué fueron a ver al desierto, cañas soplando en el viento? 25 Pues, ¿qué fueron a ver, un hombre vestido en ropa suave? Porque, aquellos que se visten bien y se miman a sí mismos, son los que viven en palacios. 26 Pues ¿qué fueron a ver alla afuera…un Profeta? Si, y yo les digo, ¡mucho más que un profeta! 27 Este es aquel acerca de quien se escribió: {¡Miren!} Estoy enviando adelante mi mensajero, quien preparará el camino delante de ti.” 28 Yo les digo; de aquellos nacidos de mujer, ninguno es mayor que Juan, pero una persona que es la menor en el Reino de Dios, será mayor que él.

29 Pues bien, cuando la gente común y los recaudadores de impuestos escucharon esto, hablaron de la justicia de Dios, porque ellos habían sido bautizados en el bautismo de Juan. 30 Pero los fariseos y aquellos que habían sido entrenados en la Ley no tomaron en cuenta este consejo de parte de Dios, porque [Juan] no los había bautizado.

31 [De modo que Jesús dijo]: “a quién debo comparar a los hombres de esta generación…a quién se parecen? 32 Ellos son como niñitos que se sientan en el mercado, y se gritan entre ellos diciendo: “Tocamos la flauta, pero ustedes no bailaron. Gemimos, pero ustedes no lloraron. Porque, cuando el Bautista vino, el no festejó o tomó vino, asi es que ustedes dijeron que tenía demonio. 34 Pero el Hijo del hombre vino comiendo y bebiendo, y por eso ustedes dicen: {¡Mira! Este es un glotón y tom mucho vino…y se relaciona con recaudadores de impuestos y pecadores! 35 Sin embargo, la sabiduría es probada justa por sus resultados.”

36 Uno de los fariseos [llamado Simón] continuó pidiendo a Jesús que cenase con él. Asi es que fue a la casa del fariseo y se reclinó a la mesa. 37 Y {¡miren!} una mujer de la ciudad, una conocida pecadora, supo que el estaba reclinándose para una comida en la casa del fariseo, así es que trajo una caja de alabastro con ungüento perfumado. 38 entonces, sentándose detrás de él, a sus pies, lloró y mojó sus pies con sus lágrimas, entonces los secó don su cabello. Ella también le beso tiernamente los pies y los untó con el ungüento perfumado.

39 Pues, cuando el fariseo que lo había invitado vio esto, pensó para sí mismo: “Si este hombre fuera profeta sabría quién, y qué clase de mujer es la que lo está tocando. ¡Ella es una pecadora!”

40 Entonces Jesús dijo: “Simón, tengo algo que decirte.”

Y [Simón] respondió: “¡Adelante, dímelo Maestro!

41 “dos hombres debían dinero a un cierto prestamista; uno estaba endeudado con quinientas monedas de plata y el otro con cincuenta. 42 Cuando no tuvieron nada para pagarle, este liberalmente los perdonó a los dos. Así, ¿cuál lo amará más?”

43 Entonces Simón respondió: Ceo que aquel a quien más le perdonó.” Ante esto Jesús dijo: “Juzgaste correctamente.”

44 Así, volviéndose hacia la mujer preguntó a Simón: ¿Ves a esta mujer? Cuando vine a tu casa, no me diste agua para mis pies, pero esta mujer mojo mis pies con sus lágrimas y los secó con su pelo. 45 Tú no me saludaste con un beso, pero desde el momento en que entré, esta mujer ha estado besando tiernamente mis pies. 46 Tú no has untado mi cabeza con aceite, pero esta mujer untó mis pies con ungüento perfumado. 47 Por eso te digo, aunque ella tiene muchos pecados, le son perdonados porque mostró mucho amor. Pero quienquiera que no ha sido perdonado por mucho, tampoco ama mucho.”

48 entonces dijo a ella: “Tus pecados son perdonados.”

49 Ante esto, los que estaban reclinados a la mesa con él empezaron a preguntarse: “¿Quién mismo es este hombre, que hasta perdona pecados?”

50 Pero el dijo a la mujer: “tu fe te ha salvado. Ve por tu propio camino en paz.”

Capitulo 8

1 Poco después de eso, {Jesús} emprendió su viaje de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, junto a los doce; predicando y hablando acerca de las buenas noticias del Reino de Dios. 2 Ahora, [junto a él viajaban] algunas mujeres a quienes había curado de espíritus sucios y enfermedades. Estaba María (quien es llamada Magdalena), de quién habían salido siete demonios; 3 Juana, la esposa de Chuza (El ayudante principal de Herodes); Susana, y muchas otras, quienes atendían las necesidades de ellos.

4 Cuando una gran muchedumbre se congregó (junto con aquellos que viajaban con él de ciudad en ciudad), les habló utilizando esta ilustración: 5 "Un granjero salió a plantar semillas. Y mientras plantaba, algunas cayeron junto al camino donde se encontraba, y entonces continuó caminando. [Luego] las aves del cielo vinieron y se las comieron. 6 Otras cayeron en las rocas, [y], porque no había agua, se secaron después de haber germinado. 7 También otras cayeron entre espinos. Los espinos crecieron y las ahogaron. 8 Mas otras cayeron en buen terreno, y, después de germinar, produjeron fruto, [más] de a ciento por una.

Y, mientras les decía esto, gritó: ¡Dejen que el que tiene oídos para oír escuche!

9 Pues bien, sus discípulos le preguntaron el significado de la ilustración. 10 De modo que les dijo: “A ustedes se les ha permitido entender el misterio del Reino de Dios. Pero en cuanto al resto, [todo lo que oyen] son ilustraciones. Así, cuando miran, miran en vano, y aunque oyen, no entienden.”

11 “Ahora, la ilustración significa esto: “La semilla es la Palabra de Dios. 12 Aquella al lado del camino son los que oyen, pero el Calumniador viene y se lleva la Palabra de sus corazones, para impedirles creer y ser salvados.”

13 “Aquellas que cayeron en las rocas, son los que oyen y dan la bienvenida a la Palabra con gozo, pero debido a que no tienen raíces, ellos solamente creen por una temporada. Y cuando llega el tiempo de pruebas, se apartan.

14 Mientras que aquellas que cayeron entre los espinos, estas son aquellos que han oído, pero debido a las inquietudes diarias (las riquezas y los placeres del vivir), son ahogados y no llegan a producir.”

15 “Pero [aquellas que caen en buen terreno], tienen un corazón bueno y puro; y, después de escuchar la Palabra, la recuerdan y a continuación comienzan a producir fruto.

16 “Nadie que enciende una lámpara, la cubre con una olla o la esconde bajo la cama, más bien la ponen en alto, en un pedestal, para que los que entran puedan ver la luz. 17 Así, no hay nada escondido que no vaya a ser descubierto, ni nada cubierto que no vaya a ser expuesto a la luz. 18 Por esto, presten atención a cómo escuchan, porque, a quien quiera que tenga, más le será dado. Pero, a aquellos que no tienen, hasta lo que se imaginan tener, les será quitado.”

19 Ahora, la mamá y los hermanos [de Jesús] vinieron a verlo, pero no pudieron llegar a él debido a la muchedumbre. 20 Sin embargo, alguien le dijo a él: “Tu madre y hermanos están parados afuera. [Ellos] quieren verte.”

21 Pero él respondió: “Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la obedecen.”

22 Algunos días más tarde, [Jesús] y sus discípulos entraron en un bote y él les dijo: “Crucemos al otro lado del lago.” Por tanto partieron, 23 y mientras navegaban, él se durmió. Ahora bien, una violenta tempestad de viento vino sobre el lago y el bote empezó a [llenarse] de agua, de modo que llegaron a estar en una situación peligrosa. 24 Entonces [los discípulos] vinieron y lo despertaron, diciendo: “¡Maestro, maestro! ¡Estamos a punto de ahogarnos!”

Y cuando se despertó, reprendió al viento y el agua agitada, y estos se calmaron, volviéndose muy pacíficos. 25 Y él preguntó: “¿Dónde está su fe?”

Pero ellos estaban tan asustados e impresionados que se preguntaban el uno al otro: “¿Quién realmente es este? Porque hasta da órdenes al viento y las olas, ¡y estos le obedecen!”

26 Entonces ellos navegaron hasta el país de los genesarenos, el cuál se encuentra en la orilla opuesta a Galilea. 27 Pero al salir a tierra, un hombre endemoniado de la ciudad, vino para encontrarse con él. Este no había usado ropa por algún tiempo, y no vivía en una casa, sino que vivía entre las tumbas.

28 Pues bien, cuando vio a Jesús, gritó y cayó enfrente de él; y luego dijo en voz alta: “¿Qué negocio tengo contigo Jesús, Hijo del Más Alto? Te ruego que no me atormentes.” 29 ([Dijo esto, porque Jesús] había ordenado al espíritu sucio salir del hombre.)

[Este hombre había sido] arrestado repetidamente, encadenado, asegurado por las piernas con hierros, y puesto bajo guardia. Pero rompía las cadenas; además los demonios lo forzaban a vivir en estos sitios aislados.

30 Por lo tanto, Jesús le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”

Y él respondió: “Legión” (porque muchos demonios habían entrado en él). 31 Y ellos continuaron rogándole que no les ordenase irse al abismo.

32 Ahora bien, una gran piara de cerdos estaba comiendo en una montaña, de modo que [los demonios] le rogaron que les permitiese entrar en [los cerdos], y él les dio permiso. 33 Entonces los demonios salieron del hombre y entraron en los cerdos, y la piara entera corrió hacia un risco, y, cayendo en el lago, se ahogó.

34 Pues, cuando los cuidadores vieron lo que había ocurrido, corrieron y dieron el reporte en la ciudad y en los campos aledaños. 35 Entonces la gente vino a ver lo que había pasado, y cuando vinieron a Jesús, encontraron al hombre (del cual los demonios habían salido), vestido y en su sano juicio, sentado junto a los pies de Jesús, de modo que se atemorizaron. 36 Aquellos que vieron lo que había ocurrido, les relataron la manera en que el endemoniado había sido curado.37 Así, un gran número [de personas] que vinieron de las áreas circundantes le pidieron que los abandonara, pues tenían mucho miedo. Entonces se subió al bote para regresar.

38 Ante esto, el hombre de quien los demonios salieron, empezó a rogar ir con Jesús. Pero él lo despidió diciendo: 39 “Regresa a tu casa y cuenta las cosas que Dios hizo por ti.” De modo que se fue y proclamó por toda la ciudad, las cosas que Jesús había hecho.

40 Una muchedumbre estaba esperando a Jesús cuando llegó de regreso, ya que todos ellos lo estaban esperando. 41 Pero {¡mira!} un hombre llamado Jairo (quien era el presidente de la sinagoga) vino hacia él y cayó a sus pies, rogándole que entrara en su casa. 42 [Esto fue] porque tenía una hija única (de unos doce años de edad) que se estaba muriendo.

Pues bien, mientras él entraba, la gente se arremolinaba a su alrededor. 43 Y una mujer que [había estado sufriendo] de un flujo de sangre por doce años (y a quién nadie había sido capaz de curar), 44 vino desde atrás y tocó el fleco de su vestidura; y el flujo de sangre cesó instantáneamente.

45 Entonces Jesús preguntó: “¿Quién me tocó?”

Pues bien, todos lo negaban. Y Pedro dijo: “Maestro, las muchedumbres están todas alrededor tuyo empujándote.”

46 Pero Jesús dijo: “Alguien me tocó, porque sentí poder saliendo de mí.”

47 Así, viendo que [lo que hizo] no había pasado desapercibido, la mujer se acercó temblando, cayó frente a él, y explicó a todos la razón porque lo había tocado, y cómo había sido curada instantáneamente. 48 Entonces él le dijo a ella: “Hija, tu fe te ha salvado. Sigue tu camino en paz.”

49 Bien pues, mientras todavía hablaba, alguien se acercó al lado del presidente de la sinagoga y le dijo: “Tu hija ha muerto, no molestes más al maestro.”

50 Pero cuando escuchó esto, Jesús le dijo: “No temas, solo ten fe y ella se salvará.”

51 Cuando el entró en la casa, no dejó a nadie entrar con él, excepto Pedro, Juan y Santiago, y el papá y la mamá de la niña. 52 Toda la gente estaba llorando y golpeándose de dolor sobre ella, así es que dijo: “¡Paren de llorar! Ella no murió, solo está durmiendo.”

53 Ante esto, todos empezaron a reírse de él, porque sabían que ella estaba muerta. 54 Pero él la tomó de la mano y la llamó diciendo: “¡Muchacha, levántate!” 55 Entonces su aliento regresó y se incorporó inmediatamente. Y él les dijo que le dieran algo de comer.

56 Pues bien, sus padres estaban muy emocionados, pero él les dio instrucciones de no contar a nadie lo que había ocurrido.

Capitulo 9

1 Él llamó a los doce y les dio el poder y la autoridad sobre los demonios, y para curar enfermedades. 2 Entonces los envió a predicar el Reino de Dios y a curar. 3 Les dijo: “No lleven nada consigo; ni báculo ni bolsa de comida, o pan, o plata, ni siquiera dos mudas de interiores. 5 Y, donde sea que entren en una casa, hospédense allí y salgan a predicar. 5 Y, cuando sea que la gente no los reciba bien, sacúdanse el polvo de sus sandalias, al salir de la ciudad, a manera de testimonio en su contra.”

Así, se fueron y viajaron por todas la aldeas, proclamando las buenas nuevas y curando a la gente en todo lado.

7 Ahora bien Herodes, (el gobernante del distrito) oyó acerca de todo lo que estaba sucediendo, y se fue perturbado por las dudas, [por cuanto] algunos decían que Juan había sido levantado de entre los muertos. 8 Aún otros decían que uno de los antiguos profetas se había levantado.

9 Herodes dijo: “Yo decapité a Juan. Así que, ¿quién exactamente es este de quien oigo cosas semejantes?” Y buscaba una oportunidad para ver a [Jesús].

10 Pues bien, cuando los apóstoles regresaron, ellos le contaron [a Jesús] todo los que habían hecho. Entonces los llevó a un lugar privado cerca de la ciudad, llamado Betsaida. 11 Pero las muchedumbres se enteraron y lo siguieron. Así, él les dio una cariñosa bienvenida, y empezó a hablarles acerca del Reino de Dios, y curó a aquellos que lo necesitaban.

12 Pues bien, el día estaba por terminar, y los doce vinieron y le dijeron: “Despacha a las muchedumbres para que puedan ir a las aldeas y lugares aledaños a buscar provisiones y un sitio para descansar, ya que estamos en un lugar aislado.”

13 Pero él les dijo: “Denle ustedes algo de comer.”

Y ellos respondieron: “No tenemos nada a más de cinco panes y dos pescados…a menos que vayamos y compremos comida para toda esta gente.” 14 (Pues bien, la muchedumbre era de unos cinco mil hombres.)

Pero él le dijo a sus discípulos: “Hagan que se reclinen para comer, en filas de unos cincuenta.”

15 Así, [los apóstoles] hicieron esto e hicieron que todos se reclinaran en el piso. 16 Entonces el tomó las cinco [hogazas de] pan y los dos pescados, miró al cielo y dijo una bendición sobre estos, entonces los partió y se los dio a los discípulos para que los pusieran frente a la muchedumbre. 17 De esta manera, cada uno comió y quedó satisfecho; además, [después de eso] recogieron doce canastas de desperdicios.

18 Más tarde, mientras se encontraba orando en un lugar tranquilo, sus discípulos vinieron a él y le preguntaron: “¿Quién dicen las muchedumbres que soy?

19 Ellos respondieron: “Juan el Bautizante, o Elías, mientras otros dicen que eres uno de los antiguos profetas que ha sido levantado.”

20 Entonces él preguntó: Ustedes, sin embargo; ¿quién dicen que soy?

Y Pedro respondió: “[Tú eres] el Ungido de Dios.”

21 Ante esto, él los instruyó con firmeza que no contaran esto a nadie, 22 y dijo: “El Hijo del Hombre tendrá que sufrir muchas cosas. Será rechazado por los ancianos, sacerdotes principales y escribas, y entonces será asesinado. Pero en el tercer día será despertado.”

23 Desde ese momento, le decía a todos: “Si alguien quiere seguirme, que rechace todas las cosas que desea, entonces tome su poste de empalamiento de día en día, y continúe siguiéndome. 24 Porque, aquellos que quieran conservar sus vidas, las perderán, pero aquellos que pierdan sus vidas por mi causa, las salvarán.

25 Así, ¿qué bien le hace a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida o queda lisiado?

26 “Si cualquiera se avergüenza de mí y de lo que digo, el Hijo del Hombre se avergonzará de él, cuando venga en su gloria, y la del Padre, y la de sus santos ángeles. 27 Pero yo les digo la verdad, algunos que están aquí parados no gustarán la muerte antes de ver el Reino de Dios.”

28 Y sucedió justamente como él dijo. Aproximadamente 8 días más tarde tomó a Pedro, Juan junto con Santiago, y subió a la montaña a orar. 29 Entonces sucedió que mientras oraba, su cara cambió y sus ropas se empezaron a brillar. 30 También, {¡miren!} había dos hombres hablando con él… ¡Moisés y Elías! 31 ¡Ellos se podían reconocer! Y empezaron a hablar de la partida que [Jesús] estaba a punto de cumplir en Jerusalén.

32 Ahora, Pedro y los otros tenían mucho sueño. Pero cuando vieron su gloria y la de los otros dos hombres parados con él, se despertaron completamente. 33 Y a través de la separación que había entre ellos, Pedro dijo a Jesús: “Instructor, es bueno que estemos aquí. Armemos tres tiendas; una para ti, una para Moisés, y otra para Elías.” (Pero él realmente no sabía lo que estaba diciendo.)”

34 Y justo mientras decía esto, una nube se formó y los cubrió. Entonces [Moisés y Elías] desaparecieron en la nube, esto asustó [a los apóstoles]. 35 Además una voz salió de la nube y dijo: “Este es mi Hijo, el que ha sido escogido. ¡Escúchenle!”

36 Y mientras la voz [se escuchaba], [vieron] a Jesús solo. Pero ellos no dijeron nada…en aquel entonces, no contaron a nadie las cosas que vieron.

37 Al día siguiente, después de bajar de la montaña, una enorme muchedumbre vino a su encuentro. 38 Y {¡miren!}, un hombre gritó de entre la muchedumbre: “Maestro, te ruego que veas a mi hijo, porque él es el único que tengo. 39 {¡Miren!} Un espíritu viene sobre él y él grita. Entonces lo hace convulsionarse y bota espuma [por la boca]. Después de eso para, pero lo deja rasmillado. 40 Yo les rogué a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron.”

41 Entonces Jesús dijo: “¡Oh generación sin fe y torcida, por cuánto tiempo más tengo que quedarme con ustedes y soportarlos? Trae a tu hijo acá.” 42 Nobstante, justo mientras el hijo se acercaba, el demonio lo arrojó al suelo y lo forzó a una violenta convulsión.

Entonces, Jesús reprendió al espíritu sucio, curó al niño, y se lo devolvió a su padre… y todos quedaron asombrados del Poder Majestuoso de Dios.

43 Ahora bien, cada uno de ellos estaba estupefacto por las cosas que él hacía, pero [Jesús] dijo a sus discípulos: 41 “Hagan que estas palabras vivan en sus oídos: El Hijo del Hombre está a punto de ser traicionado y entregado a manos de hombres.” 45 No obstante, ellos todavía no entendían lo que quería decir. De hecho, [el significado] estaba escondido de ellos, para que no pudieran entender, además tenían miedo de preguntarle más.

46 Entonces ellos empezaron a preguntarse cuál de ellos sería el mayor. 47 Pero Jesús sabía lo que ellos estaban pensando en sus corazones, de modo que tomó al pequeño y lo sentó junto a él mismo. 48 A continuación les dijo: “Cualquiera que da la bienvenida a este jovencito en mi nombre, me esta dando la bienvenida a mí. Y cualquiera que me da la bienvenida a mí, da también la bienvenida Aquel que me envió, porque quien actúa como uno de los menores entre ustedes, es el mayor.”

49 Entonces Juan dijo: “Instructor, hemos visto a un hombre expulsando demonios mediante el uso de tu nombre, y hemos tratado de impedírselo, porque no es uno de nosotros.”

50 Pero Jesús le dijo: “No traten de impedírselo, porque aquellos que no están contra ustedes, están a su favor.”

51 Ahora bien, dado que el número de días (hasta cuando iba a ser tomado) casi se habían cumplido, se resolvió a ir a Jerusalén.

52 Entonces, envió mensajeros por adelantado, y estos entraron en una aldea samaritana, para preparar [su arribo]. 53 Pero no se le dio la bienvenida allí, porque se dirigía a Jerusalén. 54 Y cuando los discípulos Santiago y Juan [oyeron] acerca de esto, preguntaron: “Señor, ¿quieres que pidamos que baje fuego del cielo y los barra completamente? 55 Pero él se volvió hacia [ellos] y los reprendió. 56 Luego viajaron a otra aldea.

57 Y sucedió que mientras viajaban por el camino, que alguien le dijo: “¡Yo te seguiré dondequiera que vayas!”

58 Y Jesús respondió: “Las zorras tienen sus cuevas, y los pájaros en el cielo tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza.”

59 Entonces le dijo a alguien más: “Sé mi seguidor.” Pero el hombre respondió: “Primero déjame ir y enterrar a mi padre.”

60 Y [Jesús] le dijo: “¡Dejen que los muertos entierren a sus muertos! Tú, sal y predica el Reino de Dios.”

61 Entonces aún otro dijo: “Yo te seguiré Señor. Pero primero deja que me despida de los que están en mi casa.”

62 Y Jesús respondió: “Ningún hombre que pone sus manos en un arado y mira hacia atrás, es muy apto para el Reino de Dios.”

Capitulo 10

1 Después de eso, el Señor nombró a otros setenta, a quienes envió delante de él en pares (de dos en dos), a cada ciudad y lugar al que él estaba a punto de dirigirse. 2 Y les dijo: “Hay una cosecha muy grande, pero no hay suficientes trabajadores. Por tanto, rueguen al Amo de la cosecha que envíe más trabajadores para que cosechen. 3 ¡Caminen! {¡Miren!} Los envío como ovejas en medio de lobos.”

4 “No lleven bolsa de dinero, lonchera ni sandalias. Y no [paren para] saludar a la gente en el camino. 5 Cuando entren en una casa deben decir: ’Que esta casa tenga paz.’ 6 Y si un hijo de la paz se encuentra allí, la paz de ustedes descansará sobre él; pero si no, esta volverá a ustedes. 7 Por tanto, quédense en aquella casa y coman y beban las cosas que ellos les provean, porque un trabajador merece su recompensa. No se muevan continuamente de una casa a otra.”

8 “Cuando sea que entren en una ciudad y ellos los reciban bien, coman lo cualquier cosa que pongan frente a ustedes. 9 Luego, curen a los enfermos entre ellos y díganles: ‘El Reino de Dios está cerca.’ 10 Pero dondequiera que entren en una ciudad y ellos no les den la bienvenida, vayan a sus calles principales y digan: 11 ‘Nos estamos sacudiendo el polvo que se ha quedado en nuestros pies, en esta ciudad, y se lo devolvemos todo a ustedes.’

“¡Recuerden esto: el Reino de Dios está cerca!”

13 “Aflicciones para ti Corazín, y aflicciones para ti Betsaida, porque si los milagros que han sucedido en ustedes también hubiesen ocurrido en Tiro y Sidón, ellos se hubiesen arrepentido y estarían sentados [y] vestidos de luto y cenizas hace ya mucho tiempo. 14 Así pues, les será más fácil a Tiro y a Sidón resistir el Juicio que a ustedes.”

15 “Y tú Capernaúm, ¿Serás elevada a los cielos? [¡No!] ¡Ustedes irán abajo a su tumba!

16 “Quien sea que los escuche a ustedes, también me escucha a mí, pero cualquiera que los ignora, también me ignora a mí… y cualquiera que me ignora a mí, también ignora a Aquel, que me envió.”

17 Cuando los setenta que fueron enviados en pares retornaron, con alegría dijeron: “Señor, hasta los demonios nos obedecían cuando utilizábamos tu nombre.”

18 Entonces él les dijo: “Yo vi al Opositor cayendo del firmamento como un rayo. 19 ¡Miren! Les he dado autoridad para que se paren en serpientes y escorpiones, y sobre el poder del enemigo. Nada les causará daño. 20 Sin embargo, no se alegren debido a que los espíritus malos les obedecieron; alégrense porque sus nombres han sido inscritos en los cielos.”

21 Y en ese momento, el Aliento Santo [de Dios] hizo que gritara de Júbilo: “Te honro públicamente Padre, Señor del cielo y la tierra, porque tu escondiste estas cosas de los sabios y los entendidos, pero Tú las has revelado a los que son como niños. Sí Padre; es por eso que aprobaste este razonamiento claro.”

22 “Mi Padre me ha dado todo, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, o quién es el Padre sino el Hijo (y aquellos a quienes el Hijo desea mostrárselo).”

23 Con esto, el regresó a sus discípulos y dijo privadamente: “Los ojos que ven estas cosas que ustedes ven son benditos, 24 porque, les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver las cosas que ustedes están viendo y no las vieron…y escuchar las cosas que ustedes están escuchando, pero no las oyeron.

25 Entonces {¡Miren!} un hombre que conocía muy bien la ley se levantó, y para probar [a Jesús], le preguntó: “Maestro, qué debo hacer para heredar la vida en la era?”

26 De modo que [Jesús] respondió: “¿Qué es lo que está escrito en la Ley? ¿Qué has leído?”

27 A continuación, el respondió: “Debes amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón, vida, fuerza, y mente, y a tu vecino como a ti mismo.”

28 Y [Jesús] respondió: “Esa es la respuesta correcta. Sigue haciendo eso y vivirás.”

29 Pero el hombre quería mostrar lo justo que era, y por eso preguntó a Jesús: “Entonces, ¿quién es mi vecino?.”

30 Entonces Jesús dijo: “Un hombre estaba viajando de Jerusalén a Jericó, cuando se encontró con unos ladrones. Ellos lo despojaron, lo golpearon y lo dejaron por muerto. 31 Pero, por coincidencia, un sacerdote estaba viajando por la misma ruta. Y cuando vio [al hombre golpeado], se pasó al lado opuesto.

33 “Pero cuando un Samaritano se acercó y lo vio, le dio lastima. 34Asi, se inclinó, y derramó aceite y vino en sus heridas y las vendó. Entonces lo puso sobre su animal, lo condujo a una posada y lo cuidó. 35 Al día siguiente, tomó dos monedas de plata; se las dio al encargado y dijo: ‘Cuida de él y cuando regrese por este camino, te pagaré por todo lo que tu gastes a más de esto.’

36 Ahora, ¿Cuál de los tres les parece se hizo prójimo al hombre que asaltaron los ladrones?”

37 El [hombre joven] respondió: “Aquel que le mostró misericordia.”

Entonces Jesús dijo: “Ve por tu camino y haz lo mismo.”

38 Ahora, mientras estaban viajando, entraron en cierta aldea, y allí había una mujer llamada Marta, quien lo recibió en su casa. 39 Esta mujer tenía una hermana llamada María, quien se sentó a los pies del Señor y se puso a escuchar lo que decía. 40 Pero Marta, estaba distraída, porque estaba ocupada preparando [una comida]. De modo que ella vino a él, y preguntó: “Señor, ¿no te molesta que mi hermana me haya dejado para que yo haga sola todos los preparativos? Dile que me dé una mano.”

41 Pero el Señor respondió: “Marta, Marta, tu estas preocupada y molesta por [ estar preparando] muchas cosas. Todo lo que necesitamos son unas cuantas cosas, o quizás solo una. María escogió la parte buena y no le será quitada.”

Capitulo 11

1 Ahora, él se encontraba en cierto lugar orando; y cuando hubo terminado, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar…tal como Juan enseñó a sus discípulos.”

2 Entonces dijo: “Cuando oren digan: Padre, que tu Nombre sea hecho santo, y que tu Reino venga. 3 Danos el pan que necesitamos para hoy, y perdónanos nuestros pecados, del mismo modo que nosotros perdonamos a los que nos deben, y no nos lleves a la tentación.”

5 Entonces preguntó: “¿Cuál de ustedes tiene un amigo a quien ustedes pueden ir a media noche y decirle: ‘Amigo, préstame tres lonjas [de pan], 6 porque otro de mis amigos ha recorrido un largo camino y no tengo con qué [alimentarlo]? 7 Porque el responderá desde adentro: ‘No me causes molestias. La puerta ya está con seguro, y mis hijos están en la cama conmigo, así es que no puedo levantarme para darte nada. ’’

8 Les digo que, aunque no se levantará a darle nada por ser su amigo, sí se levantará y le dará las cosas que necesita, si [su amigo] continúa molestándolo. 9 Por tanto, continúen pidiendo y se les dará, sigan buscando y encontrarán. Sigan tocando y se les abrirá. 10 Porque, todo el que pide recibe, y todo el que sigue buscando encontrará, y a todo el que toca se le abrirá.

11 ¿Qué padre entre ustedes le dará a su hijo una culebra, cuando este le pide un pescado? 12 O si pide un huevo, ¿le darían un escorpión? 13 Ahora, si ustedes en su maldad, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más lo hará el Padre en el cielo. [El] dará su Aliento Santo a todo el que se lo pide!”

14 En cierta ocasión Jesús expulsó un demonio que impedía que un hombre hablara. Y cuando el demonio salió, el hombre habló, lo cual asombró a las multitudes. 15 Pero algunos de ellos decían: “Este expulsa demonios con la ayuda de Belcebú, el gobernante de los demonios.”

16 Entonces, otros trataron de tentarlo pidiéndole una señal del cielo. 17 Sabiendo lo que se imaginaban, dijo: Todos los reinos que están divididos son destruidos, y una casa que está [dividida] caerá. 18 Por tanto, si el Opositor está dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino?

Ahora ustedes dicen que yo expulso demonios, con el poder de Belcebú, entonces, ¿a quién utilizan ustedes cuando los expulsan? Por esta razón ellos los juzgarán. 20 Porque, si yo expulso demonios por el dedo de Dios, el Reino de Dios los ha rebasado.

21 Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida su mansión, todas sus cosas estarán seguras. 22 Pero si alguien más fuerte llega, lo vence y le quita las armas en que confiaba, [los intrusos] luego se dividirán todo el botín.

23 Ahora, cualquiera que no está conmigo está en mi contra, y el que no viene a mi será esparcido.

24 Cuando un espíritu sucio sale de un hombre, viaja por muchos lugares desérticos, buscando un sitio donde descansar. Y cuando no encuentra ninguno, dice: ‘Volveré a la casa de donde me mudé.’ 25 Y cuando encuentra [la casa] barrida, limpia y decorada, 26 entra y trae consigo otros siete espíritu, que son más malos que él mismo. Entonces, después de entrar, ellos continúan viviendo allí. De manera que el resultado final para este hombre es peor que su condición inicial.’

27 Ahora bien, mientras decía estas cosas, una mujer de entre la muchedumbre gritó: ‘¡Feliz sea el vientre que te cargó y los pechos que mamaste!’

28 Pero él contestó: ¡No! ¡Felices son aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la obedecen!”

29 Y mientras una muchedumbre se empezaba a formar, el dijo: “Esta es una generación inicua porque busca una señal. Sin embargo, ninguna señal les será dada excepto la señal de Jonás. 30 Porque como Jonás resultó ser una señal para la gente de Nínive, de la misma forma el Hijo del Hombre será una señal para esta generación.

31 La Reina del Sur se levantará en el Juicio, junto con los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra, para escuchar la Sabiduría de Salomón. Pero miren, algo más que Salomón está aquí.

32 Los hombres de Nínive serán resucitados en el Juicio, junto con esta generación y la condenarán, porque se arrepintieron ante las cosas que Jonás predicó. Pero {¡Miren!} algo más que Jonás está aquí.

33 Nadie enciende una lámpara y entonces la esconde, o la pone bajo una canasta. [Más bien] la pone en un pedestal, para que la gente pueda ver por dónde va.34 La lámpara de nuestro cuerpo es el ojo, y cuando tu ojo es simple, entonces todo tu cuerpo es brillante. Pero cuando [tu ojo] es inicuo, todo tu cuerpo es oscuro. 35 Por lo tanto, cuiden que la luz dentro de ustedes no [llegue a ser] oscuridad.

36 Porque, si todo tu cuerpo es brillante (sin tener partes oscuras), será una lámpara brillante que ilumina tu camino.

37 Después que hubo dicho aquello, un fariseo le pidió que comiera con él, de modo que fue y se reclinó a la mesa. 38 Pues bien, el Fariseo estaba sorprendido al ver que no se lavó antes de cenar. 39 Pero el Señor le dijo: “Ustedes fariseos gustan de lavar la parte externa de los platos y las cucharas, pero por dentro están llenos de maldad y cosas robadas. 40 Gente irrazonable, Aquel que hizo el exterior, hizo el interior, ¿no es así? 41 Pero si ustedes dan regalos a los necesitados, entonces {¡miren!} todo lo que poseen es limpio…no solamente lo que son por fuera.

41 Sin embargo, ay de ustedes fariseos, porque les gusta los asientos delanteros en las sinagogas, y todos los saludos en los mercados. 44 Si, ay de ustedes, porque son como tumbas escondidas, sobre las cuales los hombres caminan sin querer.”

45 En respuesta, uno que había sido entrenado en la Ley, dijo: “Maestro, al decir cosas como estas nos estás insultando.”

46 Entonces Jesús dijo: “Ay también de ustedes los que han sido entrenados en la Ley, porque amontonan cargas sobre los hombres; tan altas que no se pueden llevar; ¡pero ustedes mismos no las tocarían ni con uno de sus dedos!

47 Ay de ustedes, porque construyen tumbas para los profetas, ¡aunque fueron sus padres los que los asesinaron! 48 Ustedes realmente son testigos [contra si mismos], porque aprueban lo que hicieron sus ancestros, cuando asesinaron a los mismos profetas cuyas tumbas ustedes construyen.

49 Es por esta razón que la Sabiduría de Dios dijo: ‘Les enviaré profetas y apóstoles, no obstante, ellos perseguirán a algunos y asesinarán a otros, 50 para que toda la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la fundación del mundo, sea puesta sobre esta generación- 51de la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, quien fue asesinado entre el altar y el [templo]. Sí, yo les digo: todo esto le será reclamado de esta generación.

52 Ay de ustedes los que han sido entrenados en la Ley, porque han recibido la llave del conocimiento, pero han fallado en entrar [por la puerta]; ¡y después bloquean el camino a los que desean entrar!

53 Luego se fue de aquel lugar.

Y los escribas y fariseos se esforzaron mucho por entramparlo, preguntándole constantemente acerca de cosas, 54 agazapándose y tratando de atraparlo en algo que pudiera haber dicho.

Chapter 12

1 Una muchedumbre se había reunido, y habían tantos miles allí, que literalmente se pisaban entre sí. Entonces [Jesús advirtió a sus discípulos]: “Cúidense de la levadura de los fariseos, la cual es hipocresía. 2 No hay nada escondido que no haya de ser revelado, y nada secreto que no llegue a ser conocido. 3 Por tanto, las cosas que ustedes dicen en la oscuridad, serán escuchadas en la luz; y lo que ustedes murmuran en los cuartos privados, será predicado en las terrazas.

4Yo les digo esto, mis amigos, no se atemoricen de aquellos que matan el cuerpo, pero no pueden hacer nada más que eso. 5 Déjenme mostrarles a quién deben ustedes temer: Teman a Aquel, quien después de matar, tiene autoridad para tirarlos en el botadero de la basura. Teman a Él! Cualquiera que niegue conocerme ante los hombres, será también negado [por mí] ante los mensajeros e Dios.

6 Cinco gorriones se venden por tan solo dos monedas pequeñas, ¿no es así? Sin embargo, a los ojos de Dios, nunca se olvidan. 7 Porque, hasta los pelos de sus cabezas están contados. Así pues, no se atemoricen; porque ustedes son más valiosos que muchos gorriones.

8 Yo les digo esto: Para todo el que admita ante los hombres, que está en unión conmigo, El Hijo del Hombre también admitirá unidad con este ante los mensajeros de Dios. 9 Pero, cualquiera que niegue conocerme ante los hombres, será a su vez negado ante los mensajeros de Dios. 10 Es más, todo aquel que habla una palabra contra el Hijo del Hombre será perdonado, pero aquellos que blasfemen el Aliento Santo [de Dios]…estos no serán perdonados.

11 Cuando los lleven ante las sinagogas, o los gobernantes oficiales o autoridades, no se preocupen en cuanto a qué han de hacer; cómo defenderse, o qué dirán, 12 porque el Aliento Santo [de Dios] les enseñará qué decir en aquel momento.”

13 Entonces, alguien entre la muchedumbre dijo: “Maestro, di a mi hermano que comparta su herencia conmigo.”

14 Y [Jesús] preguntó: “Hombre, ¿quién me nombró juez o árbitro en la causa entre ustedes dos?” 15 Entonces el dijo: “Mantengan sus ojos abiertos y guárdense de la codicia, porque la vida no proviene de poseer muchas cosas.”

16 Y les dio esta ilustración: “Los campos de cierto hombre rico produjeron [una buena cosecha]. 17 así que empezó a pensar para sí mismo, “¿qué haré, por cuanto no hay suficiente espacio ahora en la tienda para mis cosechas? 18 Y él dijo: Haré esto: ‘Derribaré los graneros y construiré unos más grandes. Allí es donde pondré todo mi trigo, y mis otras cosas buenas. 19 Entonces me diré a mi mismo: Tienes muchas cosas guardadas para muchos años. De modo que ahora puedes descansar… come, bebe, y disfruta.

20 Pero Dios dijo, hombre tonto, esta noche, te van a pedir tu vida; ¿a quién entonces pertenecerán todas estas cosas?

21 Esto es lo que le sucede a un hombre, que guarda tesoros para sí mismo, pero falla en no ganar riquezas con Dios.”

22 Entonces les dijo a sus discípulos: Esta es la razón por la cuales digo que no se preocupen por sus vidas… en cuanto a qué comerán, o por sus cuerpos, en cuanto a qué se pondrán. 23 Porque, su vida vale más que la comida, y su cuerpo es [más] valioso que la ropa. 24 Los cuervos no plantan ninguna semilla, ni tampoco cosechan, y ellos no tienen graneros o silos de almacenaje. Es así porque Dios los alimenta. Y… ¿cuánto más valiosos son ustedes que simples pájaros?

25 ¿Quién puede añadir una pizca a la duración de su vida mediante preocuparse? 26 Así, si [el preocuparse] no puede arreglar cosas pequeñas, entonces por qué preocuparse por nada más?

27 Fíjense en cómo las lilas crecen. Ellas no trabajan o hacen ropa, pero yo les digo que ni siquiera Salomón en su gloria, fue vestido [tan bien como] una de estas. 28 Por tanto, si Dios viste tan bien a la vegetación que hoy está aquí y es echada al horno al día siguiente, ¡cuánto más los vestirá él a ustedes de fe pequeña!

29 De modo que dejen de buscar qué comer o qué beber, y no se preocupen en cuanto a qué harán, 30 porque estas cosas son las que las naciones persiguen. Porque su Padre sabe que ustedes necesitan estas cosas. 31 Por tanto, continúen buscando su Reino y ustedes recibirán el resto.

31 No se atemoricen, rebaño pequeño, porque su Padre ha accedido darles el Reino. 33 Así, vendan todas las cosas que poseen, y dénselas a los que las necesitan. Háganse maletas que no se gastan… tesoros en el cielo que nunca fallan, donde no hay ladrones o moho que los consuman. 34 Porque, donde están sus tesoros, allí es donde estarán sus corazones también.

35 Por tanto, ¡pónganse su ropa de trabajo, enciendan sus lámparas 36 y actúen como hombres que esperan el retorno de su amo para su casamiento!; [y] así, cuando el llegue y toque, puedan abrir [las puertas] enseguida. 37 Porque aquellos esclavos a quienes se encuentre vigilando cuando su amo llegue, serán bendecidos. 39 Noten esto: Si el amo de la casa, hubiera sabido cuándo el ladrón iba a llegar, hubiese estado vigilando y no hubiese permitido que su casa fuera violada. 40 Ustedes también, ¡manténganse listos! Porque el Hijo del Hombre vendrá a una hora que ustedes consideren poco probable.”

40 Entonces Pedro preguntó: “Señor, ¿Estás dando esta ilustración solo para nosotros, o para todos?”

42 Y el Señor dijo: “¿Quién realmente es el fiel mayordomo de la casa, el sabio a quien su amo puso sobre sus amigos fieles, para proveer toda su comida en el tiempo apropiado? 43 Este esclavo es bendito si se lo encuentra haciendo esto, ¡cuando su amo llegue! 44 Les digo la verdad; ¡él lo pondrá a cargo de todo lo que él posee! 45 Pero si este esclavo alguna vez dijera en su corazón: ‘Mi amo ha demorado su retorno’, y comenzara a golpear a los sirvientes, machos y hembras; [y] entonces hace fiestas, bebe y se emborracha, 46 el amo de este esclavo llegará en un día y una hora en que no se lo espera, y lo azotará y lo enviará con los infieles.

47 El esclavo que sabe lo que su amo espera, y no prepara la comida que este quiere, será azotado con un látigo muchas veces. 48 Pero aquellos que no entienden, y hacen cosas por las cuales merecen ser azoados, estos será azotados con pocos [golpes]. Porque, de aquellos a quienes se ha puesto a cargo de mucho, se les exigirá también mucho.

49 Yo vine a comenzar un fuego en la tierra, de modo que, ¿qué más puedo esperar sino que ya se haya encendido? 50Yo tengo un bautismo que debo aguantar, y yo estoy siendo presionado hasta el momento en que se complete.

51 ¿Pensaron ustedes que vine a traer paz a la tierra? ¡Yo les digo que no!

Más bien, ¡he venido a traer división! 52 Porque de hoy en adelante habrán cinco en una casa, que estarán divididos contra [otros] dos, y dos contra tres. 53 Un padre estará dividido contra su hijo, y un hijo [estará] contra su padre; una madre [estará] contra su hija, y una hija contra su madre; suegra contra nuera, y nuera contra suegra.”

54 Entonces dijo a la muchedumbre: “Cuando ustedes ven una nube subiendo en el oeste, dicen que una tormenta se aproxima… y eso mismo sucede. 55 Entonces, cuando el viento sopla desde el sur, ustedes dicen que habrá una ola de calor… y sucede. 56 ¡Hipócritas! Ustedes saben leer la tierra y el cielo, entonces… ¿por qué no pueden también leer los tiempos?

57 También, ¿porque no juzgan lo que es justo por ustedes mismos? 8 Por ejemplo, cuando llevan un caso ante un gobernante, traten de resolverlo mientras están en camino, ¿quién entonces los entregará al comisario, y quién entonces los meterá en la cárcel? 59 Yo les digo, ustedes no saldrán, a menos que hayan pagado hasta el último centavo.”

Capitulo 13

1 Para ese tiempo, algunos que allí estaban le relataron acerca de ciertos galileos cuya sangre Pilatos había mezclado con los sacrificios de ellos [mismos]. 2 Entonces Jesús preguntó: “¿Creen ustedes que aquellos galileos eran peores pecadores que todos los otros galileos, [solamente] porque sufrieron estas cosas? 3 ¡No! Yo les digo que si no se arrepienten, todos ustedes también serán destruidos. 4 O aquellos dieciocho sobre quienes cayó la torre de Siloam y los mató, ¿creen ustedes que estos eran peores pecadores que el resto de gente que vive en Jerusalén? 5 ¡No! Yo les digo que, si ustedes no se arrepienten, todos ustedes serán destruidos de la misma manera.

6 Un hombre tenía un árbol de higo en su viñedo; y cuando vino a este en busca de fruto, no pudo encontrar ninguno. 7 Entonces dijo a la persona que cuidaba el viñedo: ‘Por tres años he venido en busca de fruto de este árbol, y todavía no he encontrado ninguno, por tanto, ¡córtenlo! ¿Por qué razón ha de ocupar tanto espacio?’

8 Sin embargo, [el cuidador del viñedo] respondió: ‘Amo, déjalo por solamente un año más, para que lo cultive y le ponga fertilizante. 9 Entonces, si produce fruto en el futuro… pero si no, debes cortarlo.’

9 Ahora bien, él estaba enseñando en una de las sinagogas en Sábado, 11donde {¡miren!} había una mujer que había estado muy débil por dieciocho años. Ella estaba doblada y no podía enderezarse. 12 Y cuando Jesús vio esto, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer, has sido librada de esta en debilidad.” 13 Entonces puso sus manos sobre ella y esta se enderezó al instante y empezó a glorificar a Dios.

14 Pero el presidente de la sinagoga se resintió por esto, porque Jesús hizo esta curación en sábado. De modo que dijo a la muchedumbre: Hay seis días, [que es cuando] el trabajo se debe hacer. Vengan y sean curados durante esos días, no en el sábado.

15 Sin embargo, el Señor respondió: “Hipócritas, ¿no sacan ustedes a sus bueyes o asnos de sus establos y los conducen para que beban, en sábado? 16 Porque esta es una hija de Abraham, y el Opositor la ha mantenido atada {¡miren!} ¡Por unos dieciocho años! ¿No era apropiado para ella el haber sido desatada de este tipo de amarre en sábado?”

17 Pues, después que hubo dicho esto, todos los que se le oponían se avergonzaron, mientras la muchedumbre empezó a regocijarse sobre las cosa gloriosas que hizo.

18 Entonces dijo a continuación: “¿Cómo será el Reino de Dios? ¿A qué se puede comparar? 19 Es como una semilla de mostaza, que un hombre plantó en su jardín, la cual creció hasta parecerse a un árbol, donde los pájaros del cielo anidaban en sus ramas.”

20 Y de nuevo, dijo: “¿A qué debo comparar el Reino de Dios? 21 Es como levadura que una mujer escondió dentro de tres grandes medidas de harina, hasta que la masa subió y toda ella estaba llena de levadura.”

22 Pues, él viajó de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, enseñando, mientras continuaba su camino a Jerusalén.

23 Entonces alguien preguntó: “¿Señor, se salvarán solo unos pocos?”

24 Y él les dijo: “Luchen para entrar por la puerta angosta, porque yo les digo que muchos tratarán de entrar, pero, simplemente no tendrán la fuerza suficiente. 25 Después que el Amo de la casa se levante y asegure la puerta, si aún están parados afuera, golpeando y gritando: ‘Señor ábrenos’, él dirá, ‘Yo no sé de dónde eres.’

26 Entonces ustedes dirán: ‘Pero si comimos y bebimos contigo, y nos enseñaste todas las calles principales.’

27 ‘Pero el responderá, yo no sé de dónde son. Váyanse de mí ustedes obradores de injusticia!

28 Aquí es donde serán el llanto y el sonar de los dientes: cuando vean a Abraham, Isaac, Jacob, y todos los profetas en el Reino de Dios, pero ustedes sean arrojados afuera. 29 Ellos vendrán desde el este, oeste, norte, y del sur, y ser reclinarán a la mesa en el Reino de Dios. 30 {¡Miren!} Sin embargo, aquellos que son los últimos, serán los primeros, y aquellos que son los primeros, serán los últimos.”

31 En esa misma hora, algunos fariseos vinieron y le dijeron: “Mejor será que te vayas, porque Herodes quiere matarte.”

33 Pero él respondió: “Vayan y díganle a ese zorro {¡Miren!} estoy expulsando demonios y curando hoy y mañana, y que terminaré en el día siguiente, porque no está permitido destruir un profeta fuera de Jerusalén.

34 Oh Jerusalén, Jerusalén, asesina de profetas, y apedreadora de aquellos a quienes se envió a ti; ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, tal como la gallina reúne a sus politos bajo sus alas…pero eso no es lo que tu quisiste. 35 ¡Miren! Tu casa te ha sido arrebatada! Y yo te digo que definitivamente no me verás nuevamente, hasta que digas, ¡Alabado sea el que come en el nombre de Jehová!”

Capitulo 14

1 En cierta ocasión cuando [Jesús] asistió a una comida en la casa de uno de los gobernantes de los fariseos, en un sábado… y todos lo examinaban muy de cerca; 2 entonces, {¡miren!} un hombre que tenía hidropesía vino hacia él. 3 De modo que Jesús le preguntó a los estudiados en la Ley (y a los fariseos): “¿Es legal curar en un sábado o no? 4 Pero ellos no querían responder.

Por tanto se encargó del hombre, lo curó, y lo despachó. 5 Después de esto preguntó: “Si tu hijo o tu toro llegan a caer en un pozo durante un sábado, ¿quién de ustedes no lo sacaría inmediatamente?

6 Y no les fue posible responderle.

7 Luego, después de notar cómo los invitados escogían los mejores lugares a la mesa, les dio esta ilustración: 8 “Cuando alguien los invite a un banquete de bodas, no se reclinen en los lugares más prominentes. Porque, si alguien más ilustre que ustedes ha sido invitado, 9 el anfitrión entonces vendrá y les dirá: ‘Deja que ese hombre se siente en ese puesto.’ 10 Así, cuando ustedes estén invitados, vayan y reclínense en el último lugar. Y cuando el hombre que los invitó llegue dirá: ‘Amigo, escoge un mejor asiento’. Entonces serás honrado ante todos los invitados. 11 Así, cualquiera que se promueve a sí mismo será humillado, y aquellos que son humildes serán ensalzados.

12 Entonces el dijo al hombre que lo había invitado: “Cuando ofreces una cena o una merienda, no llames a tus amigos o tus hermanos, o tus parientes y vecinos ricos, porque ellos te pagarán si te invitan de vuelta. 13 Pero, cuando sea que des un banquete, invita a los pobres y a los lisiados, lo mismo que a los cojos y a los ciegos. 14 Entonces serás bendecido, porque ellos no tienen nada con qué pagarte, y a ti se te pagará en la resurrección de los justos.

15 Pues, cuando uno de los invitados escuchó esto dijo a [Jesús]: “Aquellos que comen pan en el Reino de Dios son benditos.”

16 Y [Jesús] respondió: “Hubo una vez un hombre que preparó una gran merienda, e invitó a muchos a comérsela. 17 De modo que envió a su esclavo afuera - cuando la merienda estuvo lista- a avisar a aquellos que estaban invitados: “¡Vengan, porque todo está listo ya!” 18 Pero, entonces todos empezaron a excusarse. El primero dijo: “Tengo que ir a cuidar el campo que compré. Por favor excúsame.” 19 Otro dijo: “Acabo de comprar cinco pares de bueyes, y debo ir a examinarlos. Por favor excúsame.” 20 Aún otro dijo: “Acabo de casarme, y por eso no puedo ir ahora.”

21 Pues bien, cuando el esclavo regresó y reportó estas cosas a su amo, el amo de la casa se enojó muchísimo, y le dijo a su esclavo: “Ve, rápidamente, a las calles principales de la ciudad y sus alrededores, y trae a los pobres y los lisiados, lo mismo que a los ciegos y los lisiados.”

22 Y luego, el esclavo dijo a su amo: “He hecho todo lo que ordenaste, pero todavía hay mucho espacio.”

23 De modo que el amo le dijo: “¡Ve a los caminos y a los patios, y haz que vengan para que mi casa esté llena! 24 Yo te digo que ninguno de aquellos a quienes invité van a probar mi merienda.”

25 Ahora bien, había una gran muchedumbre viajando con él. De modo que él se volvió y les dijo: 26 “A menos que a los que vienen a mí, no les importen sus padres, madres, esposas, hijos, hermanos y hermanas - sí, hasta sus propias vidas- no pueden llegar a ser mis discípulos, 27 tampoco pueden serlo aquellos que no me siguen. Deben [también] llevar sus postes de empalamiento.

28 “¿Quién de ustedes que quiere construir una torre, no se sienta y calcula los costos, para poder tener lo suficiente para terminar el trabajo? 29 Porque puede ser que solamente ponga las bases, y entonces no pueda completarlo; entonces quien lo vea se burlará de él, 30 diciendo: ‘Este hombre empezó el trabajo, pero simplemente no pudo completarlo.’

31 O, ¿qué rey, cuando está marchando a la guerra contra otro, no se sienta primero y pregunta a sus consejeros, si sus diez mil tropas pueden vencer a aquel que viene con veinte mil? 32 Y si no puede hacer eso, cuando [su enemigo] todavía está lejos, manda embajadores para procurar la paz.

33 Así que, ¡denlo por seguro! Nadie que se niega a abandonar todo lo que posee, puede [calificar] para ser mi discípulo.

34 La sal es buena; pero si la sal pierde su sabor, ¿qué valor tendrá como sazonador? 35 No será buena ni para tierra ni abono, de modo que la gente la tirará. ¡Que el que tenga oídos escuche!”

Capitulo 15

1 Pues bien, todos los recaudadores de impuestos y pecadores continuaban viniendo a [Jesús] para escucharle. 2 Como resultado, los fariseos y los escribas murmuraban: “Este hombre da la bienvenida a pecadores y come con ellos.”

3 De modo que les dio esta ilustración: 4: Quién de ustedes, teniendo cien ovejas, y llega a perder solamente una, dejaría a las noventa y nueve en el campo abierto, para buscar a la perdida hasta que la encuentra? 5 Y cuando la encuentra, la levanta y la lleva en su hombro y se regocija. 6 Entonces cuando llega a casa, llama a todos sus amigos y vecinos y dice: ‘Alégrense junto a mí, porque he encontrado a mi oveja, la que se había perdido.’

7 Por eso yo les digo, que hay más alegría en el cielo, por tan solo un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no tienen necesidad de arrepentirse.

8 O cuando una mujer con diez monedas de plata, se da cuenta que ha perdido una. Ella enciende una lámpara, y cuidadosamente barre toda la casa… [y la] busca hasta encontrarla. 9 Y cuando la encuentra, llama a todos sus amigos y vecinos, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque he encontrado la moneda de plata que había perdido.’

10 De modo que yo les digo que hay alegría entre los mensajeros de Dios, por cada pecador que se arrepiente.”

11 Entonces dijo: “Había un hombre que tenía dos hijos. 12 El más joven de los dos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la porción que me corresponde como herencia.’ Por tanto, él dividió lo que tenía con él. 13 Y no muchos días después que hubo recaudado lo suyo, se fue a un país muy lejano, y allí despilfarró todo lo que tenía.

14 Pues bien, después que hubo gastado [toda su plata], una hambruna vino al país, y su situación se volvió desesperada. 15 Por tanto, se fue a trabajar para un ciudadano de aquel país, quien lo envió a sus campos a cuidar cerdos. 16 [Y] ‘el hasta quería comerse las vainas de algarrobo, con que alimentaba a aquellos cerdos, porque nadie le quería dar nada.

17 Entonces, finalmente recobró el sentido, y se preguntó: ‘¡Cuántos de los asalariados de mi padre tienen suficiente pan, mientras aquí estoy yo casi muriéndome por la hambruna! 18 Me levantaré e iré donde mi padre y le diré: Padre he pecado contra el cielo y contra ti. 19 No soy ya más digno de ser llamado tu hijo, así es que hazme uno de tus asalariados.

20 Entonces se levantó y regresó a su padre.

Pero mientras todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió piedad [por él]. Entonces corrió y se abrazó a su cuello, y lo besó tiernamente. 21 Y el hijo dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, No soy ya más digno de ser llamado hijo tuyo, así es que hazme uno de tus asalariados.

22 Pero el padre dijo a sus esclavos, ¡Rápido! Traigan una vestidura y póngansela… a este, ¡que bendito es! Y pongan un anillo en su mano y sandalias en sus pies. 23 Entonces traigan un ternero alimentado con trigo y mátenlo, ¡para que comamos y nos alegremos juntos! 24 ¡Porque mi hijo que estaba muerto vive otra vez… el que estaba perdido ha sido encontrado!

Entonces empezaron a celebrar.

25 Ahora bien, el hijo mayor estaba fuera en los campos, y estaba regresando y escuchó [los sonidos] de una banda y [gente] bailando. 26 Así es que llamó a uno de los sirvientes y le preguntó: ¿Qué es lo que está pasando?

27 Y él contestó: ‘Tu hermano ha regresado, y tu padre mató un ternero alimentado con trigo, porque retornó con salud.’

28 Entonces el hijo se molestó y se negó a entrar. Finalmente el padre salió a rogarle. 29 Pero él dijo a su padre: ‘Te he servido como esclavo todos estos años, y ni una sola vez he roto tus reglas. Sin embargo, tú nunca me diste nada más que una cabra joven, para que la disfrute con mis amigos. 30 Y ahora, tan pronto llega tu hijo, quien se gastó todo lo que tenía en prostitutas, ¡matas un ternero alimentado con trigo para él!

31 Pero [el padre] dijo: ‘Hijo, tu siempre has estado conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. 32 Pero, teníamos que celebrar y alegrarnos, porque tu hermano que estaba muerto, ¡ha vuelto a la vida! ¡{El que] perdido ahora lo hemos encontrado!

Capitulo 16

1 Entonces [Jesús} dijo a sus discípulos: Había un hombre rico, que tenía un mayordomo, a quien habían acusado falsamente de mal manejo de sus cosas. 2 De modo que, [el hombre rico] lo llamó y preguntó: ‘¿qué son estas cosas que estoy oyendo acerca de ti? Entrega tus cosas, ¡tú ya no eres el mayordomo [de mi] casa!

3 Entonces el [hombre] pensó para sí mismo: ‘Ahora, ¿qué he de hacer, dado que mi amo me está quitando mi posición? No tengo fuerzas para excavar, y me da mucha vergüenza pedir. 4 Yo sé lo que voy a hacer cuando pierda mi trabajo…¡haré algo que haga que la gente me dé la bienvenida en sus casas!

5 Por tanto, llamó a todos los que le debían a su amo, y entonces preguntó al primero: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’

6 El respondió: ‘Novecientos galones de aceite de oliva.’

Entonces le dijo: ‘Aquí, toma tu contrato; siéntate y, rápidamente escribe cuatrocientos cincuenta.’

7 El también preguntó al siguiente: ‘¿Y cuánto debes tú?

Y respondió: ‘Treinta y seis mil cuartos de trigo.’

Entonces le dijo: ‘Toma tu contrato; escribe veintinueve mil.’

8 Pues bien, aunque era injusto, su amo lo alabó, porque actuó con buen sentido. Como ven, los hijos de esta era tienen más sentido, cuando se trata de asuntos de esta generación, que los hijos de la luz. 9 Así, les digo a todos ustedes que se hagan amigos para sí mismo con las riquezas injustas [de este mundo], para que cuando todo lo demás falle, ellos te den la bienvenida en sus tiendas a través de las edades.

10 ‘Aquel que es fiel en las cosas pequeñas, lo es también en lo mucho, mientras que quien es injusto en las cosas pequeñas, lo es también en lo mucho. 11 así, si ustedes no han probado ser fieles con las riquezas injustas [de este mundo], ¿quién les confiará a lo que es verdadero? 12 Y si ustedes no han probado ser fieles con cosas que pertenecen a otros, ¿cuál de nosotros les dará lo que es nuestro?

13 Ningún sirviente de la casa puede servir como esclavo a dos amos; porque no le va a gustar uno y amará al otro, o se apegará a este y despreciará a aquel. Así mismo, ustedes no pueden servir como esclavos a Dios y a la riqueza.’

14 ahora, los fariseos (a quienes les encantaba la plata) estaban escuchando estas cosas y buscaban alguna forma de discutir. 15 Por eso él les dijo: ‘ustedes son los que afirman ser justos ante los hombres, pero Dios sabe [lo que está] en sus corazones. Cosas que son importantes a los hombres, son repugnantes a los ojos de Dios.

16 Hasta Juan estaban la Ley y los Profetas. Pero desde entonces, el Reino de Dios son buenas noticias, y todos están tratando de entrar. 17 Pero es más fácil que el cielo y la tierra se acaben, a que un pedazo de una letra de la Ley, quede sin cumplirse. 18 Así, aquel que se divorcie de su esposa, y se case con otra, comete adulterio.

19 Había un hombre rico que se vestía en púrpura y lino, y que [además] se deleitaba en lujos cada día. 20 Y había [también] un hombre pobre llamado Lázaro que solía sentarse en su puerta. El estaba cubierto de llagas, 21 y quería comer las cosas que se caían de la mesa del hombre rico, y los perros venían a lamerle todas su heridas.

22 ‘Con el tiempo, el hombre pobre murió, y los mensajeros de Dios se lo llevaron, a la posición favorecida de Abraham. Entones el hombre rico murió y fue sepultado. 23 Y de su tumba alzó los ojos, y fue atormentado porque vio a Abraham a la distancia, y a Lázaro acostado junto a él. 24 Por tanto, [el hombre rico] exclamó y dijo: ‘Padre Abraham, ten misericordia e mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y enfríe mi lengua, Porque estoy en dolor entre estas llamas.’

25 Pero Abraham replicó: ‘Hijo, recuerda que tú recibiste todas las cosas buenas durante tu vida, pero Lázaro [recibió únicamente] cosas malas. Ahora el está siendo confortado aquí, mientras tú estás allá, en un [gran] dolor. 26 También, un abismo ha sido colocado entre los dos, para que aquellos que están aquí y quien ir allá, no puedan. Ni tampoco pueden cruzar de allá a donde nosotros.

27 Así, él dijo: ‘Entonces, te pido por favor padre, que lo mandes a la casa de mi padre, 28 porque todavía tengo cinco hermanos. Que dé un testimonio cabal a estos, para que no terminen en este lugar de tormento.

29 Pero Abraham dijo: ‘Ellos tiene a Moisés y los profetas. [Tus hermanos] deben obedecerle s ellos.’

30 Entonces él dijo: ‘No por supuesto, padre Abraham; porque si alguien es levantado de entre los muertos se arrepentirán.

31 Pero respondió: ‘Si no quieren escuchar Moisés ni a los Profetas, tampoco serán persuadidos si viene alguien levantado de entre los muertos.’

Capitulo 17

1 Entonces les dijo a sus discípulos: “Es inevitable que se pongan trampas. Sin embargo, ay de aquellos que las ponen! 2 Hubiera sido mejor que una piedra de molino hubiese sido colgada en su cuello, y haber sido arrojado al mar, que haber hecho tropezar a uno de estos pequeños. 3 Así es que, presten atención a sí mismos.

Si alguna vez tu hermano comete un pecado [contra ti], ve donde él y discútelo, entonces, si se arrepiente, perdónalo. 4 Y aún si pecara siete veces cada día; si regresa y dice: ‘Estoy arrepentido’, debes perdonarlo.

5 Ante esto los Apóstoles dijeron al Señor: “Danos más fe.”

6 Y el Señor contestó: “Si tuvieran una fe del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decir a este moral, sal de la tierra y plántate en el mar [y este] les obedecería.

7 ¿Quién de ustedes tiene un esclavo, quién después de arar y atender el rebaño, le dirí al regresar [este]: ‘Ven enseguida y reclínate a la mesa’? 8 Es más seguro que ustedes le dirían: ‘Prepara mi merienda, luego, ponte un delantal y sírveme, hasta que haya terminado de comer y beber, entonces puedes buscarte algo de comer y beber [para ti].’

9 Ustedes no se sentirían agradecidos al esclavo por haber hecho las cosas que le estaban asignadas, ¿o sí? 10 Así mismo ustedes, después de haber hecho lo que se les ha asignado digan: ‘Solo somos esclavos inservibles. Hemos hecho únicamente lo que teníamos que hacer.”

11 Pues bien, mientras [Jesús] estaba en camino a Jerusalén, viajó a través de las inmediaciones de Samaria y luego Galilea. 12 Y, mientras entraba a cierta aldea, diez hombres con lepra se pusieron de pie a cierta distancia. 13 y gritaron: “¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros!”’

14 Y cuando Jesús los vio, dijo: “Vayan y preséntense a los sacerdotes.”

Entonces, mientras iban, fueron limpiados. 15 Sin embargo, uno de ellos, al darse cuenta que había sido curado, regresó glorificando a Dios en voz alta. 16 Entonces, cayó sobre su cara, [ante] los pies de [Jesús], agradeciéndole. (Este era un samaritano.)

17 De modo que Jesús preguntó: “¿No fueron diez los [hombres] que fueron limpiados? Pues, ¿dónde están los otros nueve? 18 ¿Fue este hombre de otra raza el único que regresó, a glorificar a Dios?” 19 Entonces le dijo: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado.”

20 Entonces, los fariseos le preguntaron a [Jesús] cuando el Reino de Dios habría de venir. Y él respondió: “La venida del Reino de Dios, no será fácilmente observada. 21 La gente no estará diciendo ¡mira! Esta aquí o allá, pero fíjense, ¡el Reino de Dios está en medio de ustedes!”

22 Entonces dijo a sus discípulos: “Viene el tiempo que ustedes desearían poder ver, solo uno de esos días del Hijo del Hombre, pero no podrán verlo. 23 La gente dirá, miren acá, vean hacia allá. Sin embargo, no los sigan, 24 porque el Hijo del Hombre será como un rayo, que resplandece de una parte del cielo a la otra. 25 Pero [primero] debe sufrir muchas cosas, y ser rechazado por esta generación.

26 Porque, de la misma manera que ocurrió en los días de Noé, es como será en los días del Hijo del Hombre. 27 Ellos estaban comiendo, bebiendo, casándose y siendo desposados, hasta el día en que Noé entró en el arca, y el diluvio vino, trayendo destrucción a todos. 28 Y es igual a lo que pasó en los días de Lot. Ellos estaban comiendo, bebiendo, comprando, vendiendo, plantando y construyendo, 29 hasta el día en que Lot [se fue de] Sodoma. Entonces fuego y azufre llovieron desde el cielo, trayendo destrucción a todos. 30 Así es como será el día en que el Hijo del Hombre es revelado.

31 “En aquel día, el hombre que esté en su terraza no debe bajar a su casa, para recoger sus posesiones. Y el hombre que está en el campo no debe regresar por las cosas que dejó atrás. 32 Porque, recuerden [lo que le pasó] a la esposa de Lot.

33 Aquellos que salven sus vidas las perderán, pero aquellos que la entreguen volverán a vivir. 34 Yo les digo, que en aquella misma noche, dos estarán en la cama: uno [de ellos] será tomado y el otro abandonado. 35 Dos estarán moliendo en un solo molino: uno [de ellos] será tomado y el otro abandonado.” 36—

37 Por tanto le preguntaron: “¿Dónde sucederá esto Señor?”

Y él respondió: “Los buitres se reunirán junto al cadáver.”

Capitulo 18

1 Entonces les dio una ilustración para mostrar por qué debían continuar orando y no rendirse. 2 Él dijo: “Había un juez en una ciudad, que no temía a Dios, y no se avergonzaba por causa de los hombres.3 Pero una viuda en aquella ciudad continuaba viniendo a él y le decía: ‘Quiero justicia de parte de la persona a quien he demandado en la corte.’

4 Pues bien, al principio él no hizo nada en absoluto, pero después empezó a pensar: ‘Aunque no tengo temor a Dios, ni [me importa lo que diga] ningún hombre, 5 debido a que esta viuda sigue viniendo a mí a darme más trabajo, me aseguraré de que se le haga justicia, para que no me moleste hasta la muerte.’”

6 Entonces el Señor concluyó: “¡[Fíjense] en lo que el juez injusto dijo! 7¿Siendo Dios paciente [como es], ¿no les hará justicia a sus elegidos que lo llaman día y noche? 8 Yo les digo, ¡Él les hará justicia con prontitud! Sin embargo, cuando el Hijo del Hombre llegue, ¿encontrará fe en la tierra?”

9 Entonces les dio esta ilustración a algunos que eran ensimismados, y que creían que ellos eran muy justos y que todos los demás no eran nada: 10 “Dos hombres fueron al Templo a orar; un fariseo y un recaudador de impuestos.

11 El fariseo se puso de pie y empezó a decir acerca de sí mismo: ‘Oh Dios, te agradezco, porque soy un hombre distinto a los demás, los cuales son ladrones, injustos y adúlteros…o como ese recaudador. 12 Yo ayuno dos veces cada semana, y contribuyo un décimo de todo lo que recibo.’

13 Pero el recaudador (quién estaba parado a alguna distancia), no era capaz de dirigir sus ojos hacia el cielo. Y continuaba golpeándose al decir: ‘Oh Dios, no te enojes conmigo [porque soy] pecador.’

Yo les digo, este hombre volvió a su casa más justo, porque aquellos que se ensalzan serán humillados, pero aquellos que se humillan serán ensalzados.”

15 Ahora bien, la gente empezó a traerle a los niñitos para que Jesús los tocase. Pero cuando los discípulos lo vieron, los reprendieron. 16 Sin embargo, Jesús llamó [a los niños] y dijo: “Dejen que los niños vengan a mí. ¡No traten de detenerlos! Porque el Reino de Dios es para gente como ellos. 17 Yo les digo la verdad, cualquiera que no recibe el Reino de Dios como un niñito, no entrará en él del todo.”

18 Entonces cierto gobernante le preguntó: “Buen maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida en la era [que viene]?”

19 Y Jesús respondió: ¿Por qué me llaman bueno? Nadie es bueno excepto Uno…Dios. 20 Ustedes saben los mandamientos: ‘No cometan adulterio, no asesinen, no roben, no den falso testimonio, honren a su padre y a su madre.’

21 Entonces [el gobernante] dijo: “he guardado estas [cosas] desde que era joven.”

22 Ante eso, Jesús dijo: “Pero todavía hay una cosa que te falta. Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo. Entonces, ven y se mi seguidor.”

23 Ante esto, cuando lo escuchó, [el gobernante] se puso muy triste, porque era sumamente rico.

24 Así, Jesús lo miró y le dijo: “¡Cuán difícil será para aquellos que tienen dinero, encontrar el camino al Reino de Dios! De hecho, sería más difícil para un camello pasar a través del ojo de una aguja, que para un hombre rico entrar en el Reino de Dios.”

26Entonces aquellos que lo escucharon preguntaron: “Entonces, ¿quién puede salvarse?”

27 Y él respondió: “Cosas imposibles para los hombres, son posibles para Dios.”

28 Pero Pedro dijo: “Mira, hemos dejado todo y te hemos seguido.”

29 Y Jesús les dijo: “Yo les dio la verdad; nadie ha dejado una casa, o una esposa, o hermanos, o padres o hijos, por causa del Reino de Dios, 30 que no reciba muchas veces más en este tiempo, y vida en la era que viene.”

31 Entonces llevó aparte a los doce y les dijo: “Miren, vamos a Jerusalén y todo lo que los profetas escribieron acerca del Hijo del Hombre se cumplirá ahora mismo. 32 Él será entregado a las naciones y se burlarán de él; será tratado de manera vergonzosa y se le escupirá. 33 Y después de azotarlo con un látigo, lo asesinarán. Pero entonces, al tercer día, será resucitado.”

34 Sin embargo, ellos [simplemente] no entendieron el significado de ninguna de estas cosas, porque lo que decía estaba escondido de ellos para que no pudieran entender.

35 Ahora, mientras se aproximaba a Jericó, había un hombre ciego sentado a un lado del camino, mendigando. 36 Y mientras escuchaba pasar la muchedumbre, preguntó qué sucedía. 37 Y ellos respondieron: “¡Jesús el Nazareno está viniendo!”

38 Pues bien, ante eso gritó: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mi!

39 Y aquellos que caminaban adelante, le advirtieron que se mantuviera callado. Pero el gritó aún más fuerte: “¡Hijo de David, ten misericordia de mi!”

40 Entonces Jesús se detuvo ordenó que lo trajeran. Y cuando llegó, [Jesús] preguntó: 41 “¿Qué quieres que haga por ti?”

El respondió: “Señor, ¡haz que vea otra vez!”

42 A continuación Jesús dijo: “Entonces, que veas otra vez…porque tu fe te ha salvado.” 43 E instantáneamente su visión retornó y él empezó a seguir a [Jesús], glorificando a Dios. La gente al ver estas cosas, también alabó a Dios.

Capitulo 19

1 Después de eso, [Jesús] empezó a viajar a través de Jericó. 2 Y {¡miren!} había allí un hombre rico llamado Zaqueo, quien era el jefe de los recaudadores de impuestos, 3 y quería ver quién era este Jesús, pero no podía hacerlo a causa de la muchedumbre, porque era corto de estatura. 4 De modo quecorrió y subió a un árbol de higo para verlo, porque por esa dirección iba Jesús.

5 Ahora, cuando Jesús llegó a aquel sitio, miró hacia arriba y dijo: “Zaqueo, apúrate y baja del árbol, porque hoy me quedo en tu casa.”

6 Ante esto, él se apuró en bajar, muy feliz de poderlo recibir como huésped. 7 Pero cuando [las muchedumbres] vieron esto, todos empezaron a murmurar: “¡Va a pasar la noche en casa de un hombre que es un pecador!”

8 Pero Zaqueo se incorporó y dijo al Señor: “Señor, yo daré la mitad de mis pertenencias a los pobres; y cualquier cosa que haya obtenido de alguien mediante extorsión y acusaciones falsas, lo repagaré cuatro veces.”

9 Entonces Jesús dijo: “Hoy la salvación ha venido a esta casa.” [Ustedes ven], él también es un hijo de Abraham. 10 Porque el hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido.”

Mientras escuchaban estas cosas, les dijo otra ilustración, porque estaba acercándose a Jerusalén, y ellos pensaban que el Reino de Dios estaba a punto de ocurrir, instantáneamente. 12 De modo que dijo: “Cierto hombre, de noble nacimiento, viajó a un país muy lejano, para ser nombrado rey, y luego regresó. 13 Entonces llamó a diez de sus esclavos, y les dio a cada uno una moneda grande, de plata, y les dijo: “Negocien [con esto] hasta mi regreso. 14 No obstante, [algunos] de sus súbditos lo odiaban, y enviaron un grupo de embajadores a decir: “¡No queremos que él gobierne sobre nosotros!”

15 Pues bien, cuando regresó después de haber sido nombrado rey, convocó a sus esclavos para preguntarles a quién le habían dado la plata, y cuánto habían ganado en la negociación. 16 entonces, el primer vino y dijo: “Señor, tu moneda ha ganado diez monedas de plata.”

17 Así, él dijo: ‘¡Bien hecho buen esclavo! Y ya que te has probado fiel en cosas pequeñas, te nombró sobre diez ciudades.’

18 Entonces el segundo [esclavo] vino y dijo: ‘Señor, tu moneda ganó cinco monedas de plata.’

19 Entonces le dijo a este: ‘Tu estarás sobre cinco ciudades.’

20 Pero otro vino y dijo: ‘Señor aquí está la moneda de plata [que tú me diste]; yo la envolví en un pañuelo. Tuve miedo, porque tú eres hombre rudo, que recoge lo que no ha sembrado, y cosecha donde no planta.’

22 Entonces el amo respondió: ‘Oh esclavo inicuo, [por las palabras que salen] de tu boca, yo te juzgo. Ya que sabías que soy hombre rudo, que recojo lo que no sembré y cosecho donde no planté. 23 Entonces, ¿por qué no pusiste mi moneda en el banco, para que a mi regreso pudiese cobrar interés?’

24 Ante esto dijo a aquellos que estaban parados junto a él: ‘¡Tomen la moneda y dénsela al que tiene diez!

25 Entonces dijeron: ‘Pero, Señor, ¡él ya tiene diez monedas!

26 ‘Yo les digo esto: a aquellos que tienen, más les será dado; pero lo quetienen, les será quitado a aquellos que no tienen. 27 Ahora, tráiganme a mis enemigos, que no me quieren como rey, y degüéllenlos en mi delante.’”

28 Así, después que hubo dicho estas cosas, se puso en camino hacia Jerusalén. 29 Y cuando se acercó a Betfagué y Betania, [cerca de] la colina llamada monte de los Olivos, envió adelante a dos de sus discípulos, 30 y les dijo: “Vayan a la aldea de enfrente, y cuando entren [en ella], van a encontrar un burro joven amarrado que nunca ha sido montado. Desátenlo y tráiganlo. 31 Y si alguien pregunta por qué lo están desatando, solo díganles que el Señor lo necesita.”

32 [Y sucedió que] los que fueron enviados encontraron las cosas justamente como él dijo. 33 Y mientras ellos desataban el burro, los dueños preguntaron: “¿Por qué están desatando el burro?

34 Y ellos respondieron: “El Señor lo necesita.” 35 Entonces ellos lo llevaron a Jesús, pusieron sus mantos sobre el burro, he hicieron que Jesús se sentara [sobre ellos]. 36 Y mientras viajaban, de continuo ponían mantas en el camino. 37 Entonces, tan pronto como se acercó al camino que baja del Monte de los Olivos [entrando a Jerusalén], enormes muchedumbres de discípulos empezaron a regocijarse y a alabar a Dios, gritando a voz en cuello todos los actos poderosos que habían visto, 38 diciendo: “¡Alabado sea el que viene como Rey en el nombre de Jehová! ¡Paz en el cielo y gloria en los lugares más elevados!

39 Sin embargo, algunos de los fariseos entre la muchedumbre vinieron y dijeron: “¡Maestro, reprende a tus discípulos!”

40 Pero él les respondió: “Yo les digo que si ellos se quedasen callados, ¡las piedras estarían gritando!

41 Y cuando se acercó, miró a la ciudad y lloró por ella, 42 diciendo: “Si supieras las cosas que llevan a la paz… pero ahora estas han sido escondidas de tus ojos. 43 Porque, los días llegarán cuando tus enemigos vengan, y edifiquen un fuerte con estacas puntiagudas a tu alrededor, y te rodearán completamente… entonces ellos vendrán a ti a la fuerza por todos lados. 44 Ellos van a arrasarte junto con tus hijos, y no dejarán piedra sobre piedra, porque no reconociste el tiempo de tu inspección.”

45 Entonces entró al templo y empezó a expulsar a los vendedores, 46 diciéndoles: “Está escrito: ‘Mi casa será una casa de oración, ¡pero ustedes la han convertido en un refugio de ladrones!”

47 [Y después de esto], enseño en el templo todos los días. Pero los sacerdotes principales, escribas y gente prominente buscaban destruirlo. 48 Sin embargo no encontraban manera, porque toda la gente se quedaba a escucharle.

Capitulo 20

1 Un día, mientras él estaba enseñando a la gente en el templo y predicando las buenas nuevas, los sacerdotes principales, los escribas y los ancianos, se le acercaron y preguntaron: “Dinos, ¿de dónde obtuviste la autoridad para hacer estas cosas, y quién te dio esa autoridad?”

De manera que él respondió: “Déjenme hacerles una pregunta y ustedes me dirán. 4 ¿Era el bautismo de Juan proveniente del cielo o de los hombres?”

5 Entonces ellos se juntaron y razonaron entre ellos, diciendo: “Si decimos que del cielo, nos preguntará: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’ 6 Pero si decimos, de los hombres, toda la gente nos apedreará; porque ellos creen que Juan era un profeta.” 7 Por tanto respondieron que no sabían de dónde provenía.

8 Y Jesús dijo: “Entonces yo no les digo de dónde obtuve la autoridad para hacer estas cosas.”

9 Luego de esto, les dio esta ilustración: “En cierta ocasión, un hombre plantó una viña, y la encargó por contrato a unos labradores, y viajó al extranjero por largo tiempo. 10 Entonces cuando llegó el tiempo de [la cosecha], envió un esclavo a los labradores, para pedirles algo del fruto de la viña. Pero los labradores lo hicieron azotar y los enviaron con las manos vacías.

11 Después de esto, [el hombre] hizo lo mismo otra vez, pero envió un esclavo diferente. Pues también flagelaron y deshonraron a este también, y lo enviaron con las manos vacías.

12 Entonces les envió un tercero, al cual [también] maltrataron y expulsaron.

13 Ante esto, el dueño de la viña dijo: “¿Qué haré? Yo le enviaré a mi hijo [a quién] amo tiernamente. Estoy seguro que a él lo respetarán.”

14 Pues bien, cuando los labradores lo vieron, lo discutieron [entre ellos] y decidieron: “Este es el heredero. Matémoslo para que la herencia sea nuestra. 15 Con esto, lo lanzaron afuera y lo asesinaron.

 16 Bueno pues, ¿qué piensan ustedes que el dueño de la viña hará? 16 ¡El vendrá y destruirá a aquellos labradores, y encargará la viña a otros!”

Pues, cuando ellos oyeron esto, dijeron: “¡Que nunca ocurra esto!”

17 Pero él los miró y dijo: “Entonces, ¿cuál es el significado del dicho que se escribió: ‘la piedra que los edificadores rechazaron, llegó a ser la piedra angular [principal], 18 y quien caiga sobre esta piedra será despedazado, y lo que sea sobre lo que esta cae, será aplastado?”

19 Pues bien, entonces los escribas y sacerdotes principales buscaban formas de atraparlo, pero temían a la gente. Esto es porque reconocían que la ilustración [que él utilizó] era acerca de ellos.

20 Mientras lo vigilaban de cerca, enviaron hombres que pretendían ser justos para inducirlo con astucia a decir algo que pudiera darles una razón para entregarlo al gobierno y al poder del gobernador. 21 De modo que le preguntaron: “Maestro, sabemos que lo que dices y lo que enseñas es correcto. Y que no te dejas engañar por la apariencia de ningún hombre. Tú enseñas con verdad el camino de Dios. 22 Por tanto, ¿Hemos de pagar los impuestos al Cesar o no?”

23 Pues bien, dándose cuenta lo que pretendían, dijo: 24 “Muéstrame una moneda. ¿La imagen de quién y la inscripción de quién está en ella?

Entonces dijeron: “De Cesar.”

25 Entonces respondió: “Pues entonces, paguen de vuelta a Cesar, las cosas de Cesar, pero a Dios las cosas de Dios.”

26 De modo que ellos no podían atraparlo en nada que decía a la gente. Solamente [podían] asombrarse por sus respuestas; y no decían nada.

27 Sin embargo, algunos de los Saduceos (quienes dicen que no hay resurrección) se acercaron y preguntaron, 28 “Maestro, Moisés escribió que si el hermano de un hombre muere dejando a su esposa sin hijos, su hermano debe tomar la esposa de su hermano, y levantar descendencia para él. 29 Ahora, digamos que habían siete hermanos. El primero tomó una esposa y murió sin hijos. 30 Luego, el segundo, y 31 entonces el tercero la tomó, y lo mismo pasó a los siete. Todos ellos murieron sin hijos. 32 Finalmente, la mujer también murió. 33 Entonces, ¿la esposa de quién será ella en la resurrección, ya que los siete la tuvieron como esposa?

34 Jesús respondió: “Los hijos de esta era se casan y se dan en matrimonio, 35 pero aquellos que han sido encontrados dignos de aquella [nueva] era, y de la resurrección de los muertos no se casan, ni se dan en matrimonio. 36 Y ellos no pueden morir ya más, porque son iguales que los mensajeros [de Dios], y ellos son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.

37 Porque, hasta Moisés mostró que los muertos serán levantados. Porque cuando [estaba] frente al espinal, llamó a Jehová el Dios de Abraham, Isaac, y de Jacob. 38 Por tanto, Él no es un Dios de los muertos, pero de los vivos, porque para Él, todos viven.

39 Entonces uno de los escribas dijo: “Maestro, esa fue una buena respuesta.” 40 Después de eso, no tuvieron el coraje de preguntarle nada más.

41 Entonces [Jesús] les preguntó: “¿Por qué dicen ellos que “El Ungido” es hijo de David? 42 Porque David mismo dice en el libro de los Salmos: “Jehová dijo a mi Señor: “Siéntate a mi derecha 43 hasta que ponga a tus enemigos como banquillo para tus pies.” 44 Por tanto, si David lo llama Señor, ¿cómo puede este ser su hijo?”

45 Y mientras toda la gente escuchaba, dijo a sus discípulos: “Cúidense de los escribas, a quienes les gusta pasearse en ropajes para ser saludados en los mercados, [así como] tener los asientos principales en las sinagogas [y] los primeros lugares en las cenas. 47 Después se tragan las casas de las viudas y esconden sus intenciones mediante ofrecer largas oraciones. Ellos recibirán un juicio más severo.”

Capitulo 21

1 Ahora, mientras observaba, miró a los ricos dejando sus regalos en las ánforas [del Templo]. 2 Entonces vio a una pobre viuda depositar dos monedas pequeñas. 3 Y él dijo: “Yo les digo la verdad, aunque esta viuda es pobre, ella depositó más que todos ellos. 4 Porque, ellos dieron regalos de lo que les sobra, pero esta persona en necesidad, donó todo su medio de vida.”

5 Entonces, mientras algunos discutían sobre el Templo- cuán fino es su trabajo en piedra y la forma hermosa en que está adornado-6 dijo: “¿Ven ustedes todas estas cosas? Los días vendrán cuando no habrá piedra sobre piedra que no sea derribada.”

7 Entonces le preguntaron: “Maestro, cuándo sucederán estas cosas, y ¿qué señal estará allí cuando estas cosas estén a punto de ocurrir?”

8 El dijo: “Cuidado que no sean extraviados, porque muchos vendrán en mi nombre y dirán: ‘Yo soy aquel’, y ‘el tiempo ha llegado’. Pero no los sigan. 9 Cuando ustedes oigan de guerras y desórdenes, no se atemoricen. Es necesario que estas cosas sucedan primero, pero el fin no viene inmediatamente.”

10 Entonces les dijo: “Nación se levantará contra nación y reino contra reino 11 y habrán muchos desastres naturales [y] muy grandes. Habrá también plagas y escaseces de alimentos en muchos lugares, además de escenas horrorizantes y grandes señales en el cielo.

12 Pero antes que esto ocurra, la gente los agarraráy los perseguirá, entonces los entregarán a las sinagogas y a las prisiones, y los arrastrarán ante reyes y gobernadorespor causa de mi nombre. 13 Esto será su señal.

14 Estén determinados a no planear su defensa de antemano, 15 porque yo les daré una boca y sabiduría que nadie que miente sobre ustedes podrá resistir y contradecir.

16 Pero hasta sus padres, hermanos, parientes y amigos los traicionarán, y a algunos de ustedes los matarán. 17 Todos los repudiarán por causa de mi nombre. 18 No obstante, ni un pelo de de sus cabezas será destruido, 19 porque por su aguante ganarán sus vidas.

20 “Cuando vean ejércitos acampados alrededor de Jerusalén, sepan que la destrucción está cerca. 21 Entonces, aquellos en Judea deben escapar a las montañas; aquellos dentro de ella deben salir; y aquellos en el campo no deben entrar, 22 porque aquellos serán los días de la venganza y del cumplimiento de todas las cosas que fueron escritas.

23 Hay de aquellas que estén en cinta y de aquellas que estén amamantando bebés en aquellos días, porque habrán muchas escaseces en el país, mientras la ira de Dios se muestra a estas personas. 24 Ellos serán degollados con espadas o serán exiliados a las naciones como cautivos. Y Jerusalén será pisoteada por las naciones hasta que se cumplan los tiempos de las naciones.

25 Habrá señales en el sol, luna y estrellas. Y en la tierra, las naciones estarán agobiadas y confundidas a causa de la agitación y el rugido del mar, 26 mientras los hombres se desmayan por el temor y la expectaciónpor las cosas que sucederán en la tierra. Porque, los poderes de los cielos serán sacudidos; 27 y entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero mientras estas cosas comienzan a suceder, yérganse y levanten sus cabezas, porque su salvación se está acercando.” 29 Entonces les dio esta ilustración: “Observen al árbol de higo y a todos los otros ‘arboles. 30 Cuando empiezan a echar capullos, ustedes pueden por ustedes mismos que el verano está cerca. 31 Del mismo modo, cuando ustedes vean suceder estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca. 32 Yo les digo la verdad; este período de tiempo no pasará, antes que todas estas cosas se cumplan. 33 La tierra y el cielo dejarán de ser, pero mis palabras no dejarán de ser.

34 Presten atención a ustedes mismos, para que sus corazones no llegue a estar pesados por la glotonería, [o con] beber en demasía y las preocupaciones de la vida; y que aquel día no los atrape instantáneamente 35 como un lazo; porque vendrá sobre la superficie de toda la tierra. 36 Por tanto, manténganse despiertos durante todo tiempo, rogando ser suficientemente fuertes para escapar de todas las cosas que están a punto de suceder, y [poder] estar de pie ante el Hijo del Hombre.”

37 [Jesús] enseñaba en el templo durante el día, y por la noche salía a las afueras y acampaba en una colina llamada Monte de los Olivos. 38 Entonces toda la gente venía al templo temprano por la mañana para oírle.

 

 

 

b statistics


Please visit our new website 2001translation.org